Economía crecería casi un punto menos al año si persisten retrasos en proyectos eléctricos

Nov 5, 2014

El próximo año se registraría el mayor impacto en el PIB, con una merma de 1,07%. Esto equivale a US$ 4.620 millones, suma que es más de la mitad de lo que se recaudaría con la reforma tributaria en régimen por año. 

(El Mercurio) El retraso ya es un factor común entre las inversiones correspondientes a proyectos eléctricos en el país, y si esta situación se prolonga el crecimiento económico se podría ver afectado en un 6% durante el período comprendido entre 2012 y 2019, según un análisis de una serie de estudios, tanto nacionales como internacionales, realizados por los economistas Vittorio Corbo y Agustín Hurtado, del Centro de Estudios Públicos (CEP). Esto significa que la economía chilena crecería casi un punto menos anualmente. En ese lapso, Chile dejaría de percibir US$ 27.743 millones, solo por la mencionada situación que enfrenta el sector energía.

El mayor impacto se produciría el próximo año, cuando el efecto anual ascendería a un 1,07% del Producto Interno Bruto (PIB), equivalente a US$ 4.620 millones. Esto es más de la mitad de lo que espera recaudar la reforma tributaria anualmente.

Esta cifra, en particular, es estimada en un artículo de Renato Agurto, Fernando Fuentes, Carlos García y Esteban Skoknic realizado en 2013.

Además, los investigadores del CEP señalan que si la situación continúa como está y no se destraban los proyectos de energía base -carbón, hidroelectricidad y gas- hasta 2019, esto podría implicar una disminución acumulada de 18% en la inversión privada, 9% en el consumo agregado y 8% en la generación de empleo.

Hurtado explica que mientras menor sea el grado de sustitución de energía eléctrica y otros insumos, mayor es el impacto sobre la producción. Es decir, en un escenario normal, las firmas podrían sustituir la energía por más capital o más trabajo, pero cuando esto no ocurre el efecto es aún más contractivo para la economía, señala. «Por su parte, los mayores precios de la electricidad se traspasan rápidamente a la inflación y a la inflación esperada, y la autoridad monetaria responde subiendo la tasa de política, el resultado puede ser más contractivo aún», puntualiza el análisis.

El economista explica que cuando sube el precio de la electricidad, las empresas reasignan su producción hacia bienes que son menos intensivos en este insumo. Y explica que, al producir otros bienes, disminuye la eficiencia o productividad en el corto plazo porque los recursos se emplean en sectores menos productivos, dice Hurtado. «Como la electricidad es parte de los costos de producción de las firmas, al aumentar el precio aumentan los costos y, por tanto, disminuyen los márgenes. Entonces las empresas producen menos», agrega. El análisis indica que a nivel de plantas industriales, un aumento de 10% en el precio de la energía eléctrica merma la inversión en 2%, el nivel de empleo en 0,14%, y la productividad laboral -por unidad de trabajadores- en 1% y 2% en el corto y largo plazo, respectivamente.

Salir del estancamiento

Para Corbo y Hurtado es fundamental que se desarrollen opciones de política que en el corto plazo mitiguen el problema, y que en el largo plazo lo resuelvan. Así, esto podría dejar de ser un obstáculo para el crecimiento de la economía chilena.

Los economistas postulan que el alto costo de la energía que enfrenta Chile hace al menos una década se explica principalmente por restricciones a la oferta de gas importado, los altos precios del carbón y del diésel, el estancamiento de inversiones en generación eléctrica de bajos costos marginales -como la hidroelectricidad- y por patrones climatológicos adversos.

«Las consecuencias del problema energético chileno son sustantivas, pues el precio de la electricidad no solo impacta a la economía doméstica, sino que también juega un papel central en la posición competitiva de países abiertos al comercio internacional, como es el caso de Chile», señalan los investigadores del CEP.

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