(Pulso) “En Chile se ha hecho un esfuerzo de apoyar fases más tempranas del emprendimiento, pero en etapas que siguen de financiamiento no se ha establecido un mercado ni mecanismos adecuados para apoyar el crecimiento. En Chile no hay una industria de capital de riesgo de fase temprana que pueda tomar todos estos emprendimientos e invertir entre US$500.000 y US$2 millones”, dijo.
“Corfo ha mantenido programas de desarrollo de una industria de capital de riesgo, pero la mayoría de los fondos que existen se orientan a fases más tardías, con inversiones sobre US$2 millones, y tomando a las compañías en un momento con menor nivel de riesgo, mercados más desarrollados y tecnologías completamente probadas”, señaló.
¿Por qué pasa eso en Chile?
No es solo un problema de Chile. La mayoría de países OCDE que tratan de dinamizar el emprendimiento tienen el mismo problema, porque el financiamiento de capital de riesgo en etapas tempranas requiere un enorme esfuerzo para evaluar, apoyar, asesorar el desarrollo de cada una de estas empresas, inicialmente son inversiones pequeñas pero el esfuerzo es grande, el nivel de riesgo también es más alto. Por lo tanto, la tentación obvia es irse a empresas más maduras.
¿Y en cuanto a innovación? ¿Cómo ve la posición de Chile?
En innovación a nivel empresarial no estamos muy bien como país. Porque en general el gasto o inversión en I+D en las empresas es extremadamente bajo y el nivel de innovación de productos y procesos con tecnologías ha venido cayendo en los últimos años y eso hace que no haya un proceso de diversificación y sofisticación de la economía chilena como nos gustaría. Hemos puesto gran énfasis en esta materia, por un lado haciendo más expeditos los mecanismos de crédito tributario que tiene Corfo y que esperamos ir aumentando cada año a través del mecanismo de crédito tributario.
¿De qué otra manera?
Lanzamos en agosto un programa de innovación tecnológica empresarial, que es una ventanilla abierta a empresas en todo el país para que hagan innovación de producto y proceso para estimular fuertemente con cofinanciamiento que puede ir hasta 70% del monto del proyecto, y con una red de evaluadores que tenemos estructurada. También estamos trabajando en el mismo ámbito, vinculando la innovación a oportunidades de exportaciones. Es un trabajo conjunto entre Corfo y Prochile. Finalmente en el ámbito de innovación estamos promoviendo la generación de alianzas publico -privadas donde Corfo lo que hace es que aporta recursos a estas alianzas, a estas mesas de distintos sectores, para que ellos hagan hojas de ruta tecnológica en las cuales identifican brechas y oportunidades y en base a eso generar la necesidad de hacer esfuerzos de I+D, crear infraestructura tecnológica, etc.
¿Cómo se alcanza esto?
De un proceso en que participa la academia, el sector privado, y el estado. Ese triángulo virtuoso en otros países ha dado grandes resultados y en Chile aún es insuficiente. Estamos haciendo inversión en capital social en torno a la innovación colaborativa público-privada-academia, y ese mecanismo permitirá identificar centros tecnológicos y una serie de iniciativas que serán financiadas por el fondo de inversión estratégica.