(Pulso) “Para el total de la economía chilena, la tasa de supervivencia alcanza a 2012 a un 60% de las empresas creadas en 2008. Por ramas de actividad económica, este indicador muestra una dispersión acotada, con valores que oscilan entre 55% (minería, servicios personales) y un 70% en el caso de Electricidad, gas y agua”.
Esta es la principal conclusión a la que llegaron los profesionales Gonzalo Suazo y Josué Pérez en el estudio número 108 publicado por el Banco Central sobre demografía de empresas en Chile.
La idea de analizar la tasa de supervivencia de las empresas se debe a que el resultado de creación y destrucción de empresas “debe entenderse como un elemento clave a la hora de describir el crecimiento económico del país”.
De acuerdo al análisis, realizado entre 2008 y 2012 a 568 mil compañías que fueron clasificadas por nivel de ventas y número de trabajadores, la tasa de supervivencia de las empresas, a un año plazo, es creciente hasta el año 2010, para decrecer por primera vez en 2011.
“El indicador de supervivencia alcanza una tasa que bordea el 85% (2009) para el total de la economía, y fluctúa entre un 70% y 90% por tipo de actividad económica”, indica el estudio.
Así, se destaca que 2012, respecto a las empresas creadas en 2008, es el año con menor tasa de supervivencia, ya que en 2009 llegó a un 83%; el 2010 a un 77%; y el 2011 a un 69% (ver gráficos).
Del mismo modo, la tasa alcanzada en 2012 (60%) es una de las menores al compararlas con países europeos con iguales niveles de ingresos que Chile.
El informe señala que la supervivencia es significativamente menor en las microempresas. En esta categoría durante el primer año se destruye el 18% de las empresas, mientras que al cuarto año (2012) sólo sobreviven el 60%. En tanto, las Pymes y las grandes empresas muestras una supervivencia sobre el 70% al cuarto año, después de su creación.
En este mismo contexto, el análisis señala que las ramas de servicio (incluyendo la construcción y el comercio) muestran en promedio menor tasa de supervivencia, versus las productoras de bienes que tienden a permanecer en mayor proporción.
En cuanto a la tasa de creación de empresas, se observa un repunte de casi un 30% en 2010 con la recuperación de la economía. En 2011 y 2012, este indicador se modera, manteniéndose en niveles levemente superiores al 15%.
La tasa de destrucción de empresas, en tanto, normaliza sus valores a partir de 2008 en adelante, llegando a un porcentaje cercano al 15%.
También se concluye que aquellas empresas que son destruidas tienen un margen de capital muy estrecho, e incluso negativo, debiendo recurrir a terceros para financiar la inversión de sus empresas. “Con el transcurso de los años, las empresas poco productivas son apartadas del mercado, mientras que aquellas que sobreviven se consolidan como firmas que aportan valor a la economía”, afirma el estudio.