Calificada por representantes del sector como un “pequeño gigante” –debido a lo que significa para el país por ser un segmento gravitante en materia de exportaciones–, la mediana minería del cobre, oro y plata ha resultado ser clave para un aprovechamiento integral de los recursos mineros, especialmente de aquellos yacimientos que las grandes compañías no están dispuestas a desarrollar.
Lo anterior queda aún más de manifiesto al analizar la importancia de la mediana minería en la economía nacional: de acuerdo con cifras de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), el valor estimado de sus exportaciones alcanzó a US$2.745 millones, situándose solo después de las industrias frutícola y del salmón, que registraron envíos por US$4.893 millones y US$2.760 millones respectivamente, pero superando a los rubros de la celulosa, forestal y vino embotellado.
En este contexto, la IX versión del seminario MedMin, “Mediana Minería: Época de desafíos”, organizado por Sonami y el Grupo Editorial Editec, fue instancia para debatir los temas que preocupan al sector. Según el presidente de Sonami, Alberto Salas, tenemos que ver a la mediana minería con mirada de país. “Es ejemplo de tesón y esfuerzo”, lo que obliga a “poner énfasis en la institucionalidad, incluyendo a Enami”, dijo. Para el representante gremial, la estatal no se encuentra en crisis, sino más bien debe resolver asuntos de gestión. “Enami es una empresa sólida y tiene las capacidades para ser la contraparte que el país necesita para la pequeña y mediana minería”, afirmó.
Ley de cierre de faenas
Entendiendo el peso de la mediana minería y los impactos que podrían provocar en este segmento las obligaciones que implica la Ley de Cierre de Faenas Mineras, el Ministerio del rubro inició un trabajo con el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) para adecuar la normativa a la realidad del sector.
Ello, atendiendo que la versión original de la ley obliga a constituir garantías equivalentes al orden del 20% del total del plan de cierre, en función de las reservas demostradas. “Esto es muy complejo para la mediana minería, que trabaja con un horizonte de reservas muy a corto plazo”, reconoció el subsecretario de Minería, Ignacio Moreno, anunciando, durante MedMin 2014, el envío al Congreso de un ajuste a la norma. Se busca que la adecuación se apruebe antes que termine el plazo para que las operaciones existentes valoricen su plan de cierre y constituyan la garantía, fijado para el 11 de noviembre de 2014.
De acuerdo con la autoridad, la modificación principalmente involucra que las empresas de la mediana minería puedan sumar a las reservas los recursos económicos extraíbles, con el objetivo de constituir las garantías que exige la ley.
Según explicó la ingeniera de Proyectos de Sernageomin, Lilian Valdebenito, la normativa consta de dos ámbitos de aplicación, donde el primero es el procedimiento para aquellas faenas con capacidad de extracción o beneficio sobre las 10.000 toneladas por mes, y el segundo que consiste en un trámite simplificado para operaciones con capacidad de extracción o beneficio bajo las 10.000 ton/mes.
Entre las obligaciones que implica la regulación para el primer grupo, Valdebenito mencionó la existencia de un régimen transitorio –entre noviembre de 2012 y noviembre de 2014– que obliga a la integración de los compromisos de cierre tanto de las resoluciones de calificación ambiental (RCA) como de los permisos sectoriales aprobados. También exige la valorización de los compromisos de cierre y las propuestas de garantías financieras una vez aprobada esta valorización.
La experta comentó, además, que en la normativa se plantea un régimen normal para proyectos nuevos y que se incluye una definición de obras de cierre basadas en una evaluación de riesgos, una integración con la evaluación ambiental, valorización de los compromisos de cierre y una propuesta de garantías financieras.
Desafíos de la norma
Para la ingeniera del Sernageomin los grandes desafíos que conlleva la ley de faenas mineras se relacionan con “la incorporación del concepto de cierre, del diseño, construcción y operación”. En ese sentido, aclaró que “anterior a esta normativa lo que sucedía era que todas las faenas decían ‘de qué me preocupo si voy a cerrar en diez, 15 o 20 años más’. Hoy día no; en la medida que me preocupo del diseño, de la operación, de operar como diseñé, me van a disminuir los riesgos de las instalaciones pensando en el cierre, por lo tanto, los costos van a ir disminuyendo”.
Respecto del ajuste que se busca introducir en la ley para adecuarla a la situación de la mediana minería, Valdebenito precisó que esta modificación apunta “a definir cómo calcular su vida útil. Abrir los campos en el sentido de incorporar reservas económicamente extraíbles al cálculo de la vida útil que hoy como está expresado en la ley les acorta mucho los plazos de constitución de garantías. Es decir, tienen que constituir en dos o tres años montos que son bastante elevados, dado que los compromisos de cierre que tienen adquiridos no están basados en una evaluación de riesgo, por lo tanto, no necesariamente son esas las obras que asegurarán la estabilidad física y química de las faenas”, señaló.
Sobre la recepción de los planes de cierre de faenas de empresas mineras, cuyo plazo vence el 11 de noviembre próximo, la especialista dijo ver “muy auspicioso” el proceso: “Estamos muy tranquilos y confiados en que llegarán buenos proyectos. Hemos hecho mucho esfuerzo por generar guías metodológicas”, acotó.
Sin embargo, esta postura no fue compartida por el gerente general del grupo minero Las Cenizas, Hugo Grez, para quien “ni el 80% de las mineras podrá cumplir con el plazo del 11 de noviembre, porque se les exige ingeniería, valorización del cierre, y no existe compañía que lo esté haciendo”.
Operaciones y proyectos
En el marco de MedMin, fueron expuestos los proyectos Pampa Camarones y Santo Domingo, así como las operaciones de Rockwood Litio, dedicada a la extracción y procesamiento de salmueras para la producción de sales de litio y productos derivados.
Sobre las segunda de estas iniciativas, localizada en la Región de Atacama, su gerente general, Juan Carlos Alfaro, señaló que el yacimiento es del tipo IOCG, muy similar al de Candelaria, y comentó que existieron dos relocalizaciones en el emprendimiento, una correspondiente al tranque de relaves y otra a la del puerto.
En tanto, el superintendente de Calidad y Procesos de Rockwood Litio Ltda., Daniel Montero, señaló que la compañía opera en dos sitios de producción: la planta Salar de Atacama, ubicada en el desierto del mismo nombre, y la planta química La Negra, en Antofagasta. Sobre esta última instalación detalló el plan de expansión de la planta de cristalización de carbonato de litio BG, de 24.000 TM/año de capacidad a 44.000 TM/año. También informó la expansión de la planta de extracción por solventes para la remoción del boro, de 30.000 a 50.000 TM/año.