Santa Cruz: «El fin del reemplazo en huelga y titularidad sindical no son hoy temas prioritarios»

Jul 28, 2014

El timonel de los empresarios entra al debate que viene en reforma laboral y afirma que son otras las materias que requieren discutir el mundo del trabajo y las compañías. De todos modos, se muestra abierto a dialogar y a ser convencido con buenos argumentos.

(Pulso) No sólo la reforma tributaria ha generado incertidumbre en el empresariado, la reforma laboral también es un punto de preocupación, sobre todo cuando desde el gobierno se ha insistido en temas como la titularidad sindical y el fin del reemplazo en huelga. El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, asegura que hoy no es el momento para hacer cambios en ese ámbito y defiende la figura del reemplazo en huelga como necesaria para algunos sectores productivos del país.

Si bien hasta ahora no se ha reunido con las autoridades para tratar estos temas, señala estar dispuesto al diálogo, y llama al gobierno a no tener interlocutores privilegiados en este debate.

¿Cómo enfrentará la CPC la reforma laboral que impulsará el gobierno?

No tenemos temas ni interlocutores vetados para discutir, y eso lo aplicamos en todas las materias. En el tema laboral, nos interesa que el foco de la legislación sea permitir que los trabajadores estén mejor y que las empresas tengan mayor competitividad. Y no tengo claro que los proyectos de titularidad sindical y fin del reemplazo en huelga sean los temas que hoy demande el mundo del trabajo, y por lo tanto aumente la competitividad de las empresas.

¿Y cuáles son los temas que a su juicio demandaría hoy el mundo del trabajo?

Hay un tema fundamental que dice relación con la capacitación. Si enfocamos bien la capacitación y se aumenta la competencia de los trabajadores, los trabajos van a ser mejores y los salarios también. Ese debería ser el primer foco. Es decir, cómo logro que haya mejores trabajos y mejores sueldos, teniendo una fuerza laboral más capacitada; cómo hago que las mujeres se integren al mundo del trabajo; cómo enfrentamos el desempleo juvenil.

¿Y usted cree que eso no está siendo abordado por el gobierno?

Pero seguimos con esas realidades y deberíamos preocuparnos de ello de manera prioritaria. En ese contexto, creo que el fin del reemplazo en huelga y la titularidad sindical no son hoy temas prioritarios.

Pero la ministra Javiera Blanco ha dicho que ambas materias son intransables.

Creo que todas las autoridades tratan de implementar buenas políticas públicas, pero también hay que ver el momento económico en que se implementan. Si las inversiones caen, el crecimiento cae y yo rigidizo el mercado del trabajo, va a haber un efecto mayor en el empleo sí o sí, por eso hay que considerar los distintos escenarios.

¿Cuáles son las principales aprensiones en titularidad sindical?

En el tema de la titularidad tenemos que discutir qué es la representación. Si estamos hablando de un sindicato que tiene un 80% de los trabajadores, entonces digo está bien; pero, un sindicato con un 20% de afiliados, ¿yo voy a decir que tiene titularidad sindical? Esto no es a todo evento.

¿Y en cuánto al reemplazo?

Primero, cuando hablamos del reemplazo en huelga, en algunos países existe, en algunos estados de EEUU, en Canadá, o sea, no es algo único de Chile como se quiere vender. Y en la práctica, el reemplazo en huelga muchas veces puede estar consagrado en la ley, pero veamos si se lleva a cabo, en muchas partes no se puede realizar.

Y si es una figura que no se utiliza, ¿por qué no eliminarla?

Voy a poner un ejemplo, así es más fácil entender. Hace poco hubo una huelga en el Hogar de Cristo; si la huelga se mantenía, ¿qué iban a hacer?, ¿echar a todos los enfermos porque no se podía tener reemplazo? A todos los viejitos que las señoras tienen que hacerle aseo o darle de comer, no se podría hacer, y habría que desalojarlos a todos, porque no tengo posibilidad de contratar a alguien para hacerlo. ¿De eso estamos hablando? Hay casos y casos.

Pero respecto de ello la ministra Blanco ha hablado de turnos mínimos o éticos.

Hablemos en castellano. Los turnos éticos en muchas partes no se cumplen. Cuando se dice que el sector público no puede parar, ¿para o no para? Para. Cuando sabemos que ciertos servicios públicos no pueden parar, ¿paran o no paran? Paran. Ese es el mundo real. No siempre porque se legisló de alguna manera las cosas son así. Estoy poniendo ejemplos prácticos: cuando los trabajadores portuarios bloqueaban la entrada y apedreaban a quienes entraban y salían, ¿había posibilidad de reemplazo en huelga? Ese es el mundo real.

Entonces hay muchas cosas que se deben considerar. Por todo lo anterior, hoy estos dos temas (titularidad sindical y fin del reemplazo en huelga) no nos parecen prioritarios. No siempre la legislación se cumple, ni es práctica ni considera los casos; para los dos lados.

¿Los turnos mínimos no le darían más certezas a las empresas para continuar su funcionamiento?

Es cierto que el reemplazo en huelga en muchos casos es imposible realizarlo porque hay muchas pegas que son especializadas, y en la medida que el mundo se torna más complejo es más difícil; y por eso en la práctica es mucho menos factible ocupar ese mecanismo. Yo tiendo a pensar qué tanto nos empeñamos en ese mecanismo, cuando hay materias que son mucho más importantes.

El diagnóstico que tiene el gobierno es que el fin del reemplazo en huelga incentivará a anticipar los acuerdos. ¿Cree que es un escenario posible?

Desde la experiencia, no he visto que por haber reemplazo en huelga los empleadores tiendan a dilatar los acuerdos. No creo que esto sea la solución para anticipar acuerdos. Hoy el reemplazo en huelga en algunas industrias es importante tenerlo.

Si el gobierno insiste en el fin del reemplazo en huelga, ¿cree que debe haber excepciones?

Hoy no somos partidarios en innovar en ese tema; esa es nuestra postura.

Cuando usted dice que no somos partidarios de innovar, ¿de todas maneras se sentarán a conversar con las autoridades?

No me puedo negar a conversar y oír los argumentos. Si me dan buenos argumentos y me doy cuenta de que tengo que innovar y cambiar de opinión, no tengo problema, no me siento poseedor de la verdad. Por tanto, cuando estoy dispuesto a conversar, no significa que esté dispuesto a tener dos monólogos, estoy dispuesto a dialogar, a oír. Mi voluntad es de diálogo, y eso le pido al gobierno y a cualquier contraparte , que nos sentemos a conversar y escuchemos los argumentos.

Los titulares de la reforma van más allá de estos temas, también están los pisos mínimos para la negociación colectiva, la ampliación de materias a negociar colectivamente. ¿Cómo evalúan esas materias?

Hay que ir analizando cada uno, en detalle y en su mérito, y en ese sentido nosotros hemos manifestado una voluntad de diálogo. Nosotros suscribimos un acuerdo de voluntades con la CUT en su momento, porque estuvimos dispuestos a dialogar, y eso es así. Hay muchos de los temas que el gobierno recoge y que vienen del acuerdo de voluntades, pero veamos como los implementamos.

Desde esa perspectiva, ¿ve que hay espacio y disposición para llegar a un consenso en la reforma laboral?

Siempre vamos a estar dispuestos a escuchar los argumentos, y si esos argumentos son buenos está la disposición a ser convencidos y cambiar de opinión. La gente que cambia de opinión porque la convencieron con buenos argumentos se enaltece, pero aquí se denosta.

Uno de los objetivos de esta reforma es aumentar el número de trabajadores que negocia colectivamente. ¿Está de acuerdo con ese propósito?

El nivel de sindicalización en las grandes empresas es altísimo (50%). En las empresas grandes hay sindicatos grandes que negocian colectivamente, pero en las medianas y pequeñas hay muy poca sindicalización porque las realidades son distintas. Yo valoro los sindicatos, creo que éstos contribuyen al desarrollo de los trabajadores y las empresas, y por tanto, el fortalecimiento de los sindicatos es algo importante en el país.

Entonces, ¿cómo se podrían fortalecer?

Gran parte de la poca sindicalización está relacionado con el tamaño de las empresas. Para fortalecer la sindicalización creo que no es sólo un desafío legal, sino también de los dirigentes. Hay lamentablemente sindicatos bonistas, que están sólo preocupados del bono, incitados por abogados que cobran un porcentaje no menor de dicho bono, y que por tanto privilegian el conflicto para poder obtener beneficios económicos; lo que estoy diciendo es la pura y santa verdad.

Según lo que ha dicho el gobierno esta reforma buscará equilibrar la cancha entre trabajadores y empresarios.

Lo que nosotros debemos buscar es que no haya abusos y cuando existan se sancionen. Esto va más allá de la cancha. Se tiende a pensar que todo se soluciona con legislación, la vida real no se soluciona así. La solución pasa porque como sociedad entendamos y sancionemos las conductas abusivas de todos los integrantes de ella, en todos y cada uno de los ámbitos en que se actúe.

¿Le preocupa que dadas estas reformas el gobierno esté mostrando mayor sintonía con la CUT?

No me preocupa para nada, están en todo su derecho. No pretendo ser un interlocutor privilegiado, lo que pretendemos es ser un interlocutor. Lo peor es tener interlocutores privilegiados, lo mejor es escuchar a todo el mundo en el mérito de sus argumentos.

¿Se han reunido con parlamentarios para manifestar su posición al respecto?

Nosotros nos hemos reunido con todos los actores con que hay que reunirse en éste y otros temas.

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