(El Mercurio) La misma recaudación para financiar la reforma educacional puede hacerse sin un cambio significativo de los estímulos a la inversión y el ahorro, aseguró ayer el ex ministro de Hacienda y ex vicepresidente del Banco Central Manuel Marfán, durante un seminario empresarial sobre el proyecto de reforma tributaria.
En la sesión de la comisión de Hacienda del Senado del pasado miércoles, a petición de los parlamentarios, Marfán enumeró algunas de las ideas en las que ha venido trabajando junto con sus colegas de Cieplan, como José Pablo Arellano y René Cortázar.
Subir la tasa corporativa de 20% a 25% y fijar un impuesto único de 15% a los dividendos, con lo cual se llegaría a 40%; mantener la tasa marginal máxima de impuesto a la renta de las personas en 40%, y cambiar el sistema del FUT de modo de terminar con el registro histórico son parte de esas ideas.
Con la propuesta del Gobierno, que incluye la renta atribuida, el FUT histórico no muere, porque se retiran las utilidades más nuevas y eso hace que el pago de impuestos se difiera para siempre. Por eso, Marfán plantea un sistema como el de manejo de inventarios, en que la primera mercadería que entra es la primera que sale (FIFO, en su sigla en inglés), en lugar de que lo último que entra es lo primero que sale (LIFO, en su sigla en inglés), con lo cual se elimina el FUT histórico.
En su presentación a los empresarios, Marfán enfatizó que una economía de mercado que progresa requiere de mercados e instituciones fuertes, a las que no se les falte el respeto.
Hizo presente que si en un país los impuestos no cambian, la recaudación empieza a decaer y se generan comportamientos masivos cuando se descubre «un portillo» en el sistema.
Ejemplificó con el caso de una autopista: cuando alguien va en la carretera y ve que los demás vehículos adelantan por la berma, también lo hace.
Por eso se requieren reformas misceláneas, que vayan corrigiendo esa situación aproximadamente cada cuatro años, indicó. Así se hizo en 1990, 1993 y 1998, pero después el sistema tributario empezó a usarse para otros fines, como para eludir impuestos, lo cual daña a las instituciones y se hace necesario volver a poner orden.
Para Marfán, este es un momento en que el Gobierno y los senadores, que son los colegisladores, tienen que conversar, probablemente, sin tanta exposición pública para ir avanzando en acuerdos.
«Yo no voy a entrar en mi propuesta, porque creo que lo importante es que ellos la sepan. Ellos entienden y hay que tener confianza en que hay autoridades competentes, y tenemos senadores competentes en la comisión de Hacienda», planteó ayer el economista.
En su presentación, se refirió también a los riesgos económicos del proyecto de ley e indicó que su razonamiento está contenido en un modelo que hará llegar a la comisión de Hacienda del Senado esta semana.
Con todo, sus dichos han dado lugar a diferentes interpretaciones, como la presentación de una propuesta alternativa de la DC. «No hay comentario», dijo el presidente de la comisión de Hacienda, el senador Andrés Zaldívar. Por su parte, Matías Walker, jefe de la bancada de diputados DC, dijo que los senadores, en coordinación con los diputados, han conversado con muchos economistas, entre ellos Arellano, Cortázar y Ricardo Ffrench-Davis.
«Yo voy a apoyar cualquier acuerdo que el ministro Arenas logre en el Senado para la pronta tramitación de una reforma tributaria que pueda ser aprobada con el mayor consenso posible», enfatizó Walker.