Ex autoridades de Hacienda y SII concuerdan en necesidad de modificar la reforma tributaria

Jul 2, 2014

Propuestas alternativas de recaudación y cálculos concretos de impacto fueron parte del análisis realizado ayer en la comisión de Hacienda del Senado. El principal temor es el efecto de los ajustes impositivos en el ahorro.

(El Mercurio) Una de las jornadas más intensas de análisis de la reforma tributaria se vivió ayer en la comisión de Hacienda del Senado, instancia integrada por Ricardo Lagos Weber (PPD), Andrés Zaldívar (DC), Carlos Montes (PS), José García Ruminot (RN) y Juan Antonio Coloma (UDI).

A las 10:30 horas comenzó la sesión legislativa en Valparaíso con la exposición del ex director del Servicio de Impuestos Internos (SII) Felipe Lamarca, quien fue sucedido por siete ex autoridades del Ministerio de Hacienda o bien del SII, las que terminaron sus exposiciones -con una pausa de hora y media- pasadas las 20.00 horas.

Más allá de los matices o el sector político de cada expositor, hubo consenso absoluto en que no es conveniente para el país que la reforma tributaria -tal cual como se encuentra hasta ahora redactada- sea aprobaba.

El principal temor está puesto en el impacto de los ajustes impositivos en el ahorro, variable clave para el crecimiento económico y la estabilidad de un país.

El sistema de renta atribuida fue un tema presente en casi todas las exposiciones e incluso el ex ministro de Hacienda Alejandro Foxley, que apoyó elevar la tasa a las empresas y eliminar el Fondo de Utilidades Tributables (FUT), advirtió que se trata de un mecanismo complejo.

El también ex titular de la cartera de las finanzas públicas Felipe Larraín fue mucho más categórico y calificó el señalado sistema como un «experimento».

El llamado transversal de los expositores fue a evaluar otras propuestas para lograr recaudar los US$ 8.200 millones que requiere el Gobierno para implementar su programa. Ante esto, los senadores García y Coloma señalaron en más de una oportunidad que la sesión confirmó la necesidad de analizar con mayor profundidad este tema tributario.

En tanto, Zaldívar centró sus preguntas en fórmulas alternativas que logren el mismo rendimiento que busca el Gobierno.

Lamarca: hay que agotar primero los esfuerzos de fiscalización tributaria y no inventar cosas como la renta atribuida

El ex director del Servicio de Impuestos Internos, Felipe Lamarca (1978-1984), opinó que si bien se pueden hacer perfeccionamientos al sistema tributario, lo primero es fiscalizar bien para ver de cuántos recursos se dispone y luego ver qué tipo de reformas se requieren. De acuerdo a su experiencia, no se necesitan muchas leyes y normas para fiscalizar bien, pues cuando él dirigió el servicio no había computador ni información, y la mejor arma que empleó fue provocar el temor de ser fiscalizado. «De repente, toda Providencia estaba clausurada. ¿Creen que alguien se atrevería a más después?», acotó.

Se opuso a facultades que conviertan al SII en juez y parte, así como al cambio del sistema por renta atribuida que «nadie entiende», comentó. «Los sistemas de impuestos internos tienen que ser sencillos, entendidos por todos, fáciles de aplicar y de fiscalizar», agregó.

Con todo, dijo que se pueden hacer perfecciones al sistema actual, como igualar la tasa de tributación máxima de empresas y personas en un 30%, lo que cerraría un canal de evasión del FUT, porque la mitad de las personas forma empresas con sus familias para tributar menos. Expresó su preocupación por la concentración del poder económico cada vez en menos manos, y sugirió una tasa diferenciada, más alta para las grandes empresas y que las empresas chicas paguen menos o no paguen. También sugirió explorar un FUT para todos, empresas y personas, y «si no es para todos, hasta luego», enfatizó.

Etcheberry: «Si los funcionarios del SII empiezan a tener mucho poder, en una de esas puede haber corrupción»

Los senadores de la Comisión de Hacienda estuvieron atentos a la exposición de Javier Etcheberry, la última de la extensa jornada de ayer. El experto y académico dirigió el Servicio de Impuestos Internos (SII) durante 12 años (1990-2002) y logró una de las tasas de evasión tributaria más bajas de la historia chilena, con niveles cercanos al 12%. Si bien valoró el objetivo central de la reforma tributaria de recaudar tres puntos del PIB, planteó fuertes reparos a aspectos específicos del proyecto.

«Encuentro delicado que se les den nuevas atribuciones a los funcionarios del SII para que opinen sobre la forma corriente o normal de hacer los negocios. Tampoco creo que deban opinar sobre eso los jueces (…) Si los funcionarios del SII empiezan a tener mucho poder, en una de esas puede haber corrupción y hasta ahora los funcionarios son ejemplares», dijo. Y agregó que la solución sería arreglar los «portillos» que tiene la actual legislación impositiva y que la tributación de todas las distintas situaciones que se presenten deben ser reguladas en forma pareja por ley.

Señaló que mientras estuvo a la cabeza del organismo, la evasión logró llegar a niveles bajos con las mismas atribuciones del SII y que es mejor concentrarse en mejorar la gestión del organismo que aumentar dichas facultades. Pero lo que Etcheberry sí planteó que debería estar en la ley es que el SII y sus funcionarios puedan tener pleno acceso a la información bancaria de todos los contribuyentes y que esta solo pueda ser utilizada con fines de fiscalización tributaria.

Consultado por el senador Zaldívar respecto de la aplicabilidad de la renta atribuida, el experto dijo que el SII tiene la capacidad «computacional» de hacerlo, pero que el problema es más profundo.

«Hay una serie de condiciones para un buen sistema tributario y una de las condiciones es que en el sentido común de la gente parezca justo y creo que el sistema de renta atribuida no va a parecer justo, va a parecer raro (…) Esto de que gente que tenga acciones al 31 de diciembre… pueden empezar a comprar antes, a vender, eso no ayuda al progreso de Chile», dijo Etcheberry.

Finalmente, no se mostró partidario de la eliminación del FUT.

Larraín advierte que reforma reduciría crecimiento en dos puntos por año

El ex ministro de Hacienda del gobierno de Sebastián Piñera, Felipe Larraín (2010-2014), insistió en los efectos negativos que el proyecto de reforma tributaria puede tener en el crecimiento. Dijo que solo por el concepto del alza de impuesto a las empresas desde el actual 20% a un 35%, Chile podría dejar de crecer 0,9 puntos anualmente. Agregó que tal como está planteada hoy y con la eliminación del FUT, la reforma tiene efectos en otros sectores como el de la vivienda y que todo eso sumado podría reducir el crecimiento del PIB en hasta dos puntos por año.

Larraín hizo una propuesta alternativa al proyecto actual, pero que logre recaudar los mismos US$ 8.200 millones -o tres puntos del PIB- propuestos por Hacienda.

Para ello, el economista sugiere mantener el aumento de la tasa de impuesto de primera categoría (20% a 25%), homologar el requisito de distribución mínima de utilidades de las sociedades anónimas abiertas a todas las empresas y aumentarlo desde el actual 30% a 40% (excepto para regímenes 14 bis, 14 ter y 14 quáter), rebajar la tasa marginal máxima de 40% a 35% tal como se propone hoy, tributar a los retiros en exceso, eliminar la exención de IVA a juegos de azar y espectáculos, aumentar el impuesto adicional a las bebidas de mayor graduación alcohólica (mayor o igual a 40°) y disminuir la evasión y elusión tributaria. Larraín propuso, además, no eliminar el FUT, sino que corregirlo y no excluir el crédito del IVA a la construcción. Bajo este camino, la ex autoridad afirmó que los efectos negativos sobre el crecimiento económico se reducirían a cerca de un tercio de la propuesta del Gobierno.

Velasco dice que modelo tributario de Australia es ideal para Chile

El ex ministro de Hacienda del primer gobierno de Michelle Bachelet, Andrés Velasco (2006-2010), presentó tres opciones de sistemas tributarios alternativos para Chile y que funcionan en países miembros de la OCDE.

Dijo que un modelo que podría operar es el australiano, que también es usado con variaciones en Nueva Zelandia, Canadá y México. Explicó que en ese país se tributa sobre renta distribuida, no atribuida y que no hay FUT o registro equivalente. Por ello, los retiros tributan a la tasa vigente, no a la tasa histórica, como pasa hoy en el caso del FUT. Otras dos alternativas serían optar por el sistema desintegrado, donde personas y empresas tributan por separado o un modelo propuesto por una comisión para Gran Bretaña, donde se exime del impuesto a la renta el costo de oportunidad del capital invertido o reinvertido. Dijo que esas alternativas preservan la equidad tributaria, cumplen con la recaudación y son más amigables que la propuesta del Gobierno.

Una de sus mayores críticas radicó en el hecho de que el cambio de sistema haría que el tratamiento tributario para los que ahorran fuera igual a los que gastan. «Un peso retirado para consumo tendrá el mismo tratamiento tributario que un peso retirado para invertir. La señal (del gobierno) es que ambos tipos de comportamientos tienen el mismo valor social. Eso no puede ni debe ser. El tratamiento debe ser distinto y favorecer el ahorro y la inversión», dijo.

El ex ministro de Hacienda agregó que no ha habido ningún estudio que mida el posible impacto del proyecto en esas dos variables.

Fontaine propone impuesto de 30%

El economista y encargado del área económica de Amplitud, Paul Fontaine, también expuso ayer en el Senado y propuso un alza de impuesto a las empresas de 30% y que la tasa máxima a las personas se rebaje hasta un 30%, «logrando una tasa plana que evita elusión», afirmó. Además, planteó un impuesto específico a la minería, incluyendo a los no metálicos e hidrocarburos. La propuesta es que el pago de ese royalty empiece desde las seis mil toneladas en vez de las 12 mil de hoy, dejando un 20% en regiones. La recaudación de esa medida sería de 0,2% del PIB.

Cáceres defiende el FUT como instrumento de ahorro e inversión

El ex ministro de Hacienda Carlos Cáceres (1988-1990) se mostró en desacuerdo con la eliminación del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), el que se creó en 1984 para gravar el consumo y estimular el ahorro y la inversión. El ahorro pasó desde 1,5% del PIB en 1981 a un 30% en 1989, y posteriormente ha oscilado entre 20 y 23% en un contexto en que aumentaron las tasas corporativas. Enfatizó que el ahorro hizo posible incrementar la tasa de inversión desde un 12% del PIB en 1983 a un 27% en 1989.

Ante una consulta, señaló que si el FUT se elimina, una forma de paliar su efecto es poner un incentivo a todas las empresas, independiente de su tamaño, colocando un punto mínimo sobre el cual no se paga impuesto y luego entra a operar el 20% o el 25%. Manifestó su preocupación por el efecto de la reforma en las empresas familiares, por la diferenciación que se hace respecto del pago de intereses, que en un caso puede ser cargado como gasto de la compañía, mientras que en las empresas familiares un aumento de capital que provenga de deuda con el sistema financiero no se considera gasto para generar renta, lo que constituye una discriminación que no se justifica.

La propuesta alternativa de Marfán que también recauda US$8.200 millones

Fueron los últimos minutos de la exposición del ex ministro de Hacienda (1999-2000), Manuel Marfán, los que centraron más la atención de los senadores de la Comisión de Hacienda. Esto, porque el economista y ex consejero del Banco Central dio luces respecto de otras formas para recaudar los US$ 8.200 millones que requiere el fisco para cumplir con su programa de gobierno.

Ante la insistencia de los senadores, Marfán comentó que está trabajando con René Cortázar y José Pablo Arellano en este tema y que el objetivo es buscar caminos alternativos de recaudación de una forma menos costosa.

Algunos elementos de esa propuesta son elevar el Impuesto de Primera Categoría a 25%, crear un impuesto único a los dividendos de 15%, mantener la tasa máxima marginal que pagan los trabajadores en 40%, y proponer mecanismos para incentivar la inversión en capital humano.

El ex ministro también planteó dar un nuevo tratamiento al Fondo de Utilidades Tributables (FUT). Esto, porque la reforma considera que el FUT histórico quede congelado, lo cual es «muy mal negocio para el Estado» a juicio de Marfán, pues -argumentó-hay impuestos pendientes por pagar.

Los aspectos señalados serían parte de una primera reforma tributaria, para luego dar paso a una segunda centrada en subirles los impuestos a los retiros de utilidades por parte de las empresas.

La propuesta alternativa de Manuel Marfán fue realizada en un contexto de preocupación por parte del economista al proyecto del Gobierno. De hecho, Marfán dijo estar totalmente de acuerdo con una reforma tributaria significativa, pero reiteró en más de una oportunidad que hay formas «menos costosas» de hacerla.

El economista ve también riesgos operacionales, de aplicabilidad y económicos en la reforma aún en trámite legislativo.

Aninat: Costos por caída en ahorro e inversión y nuevas exigencias administrativas superarán los US$ 5 mil millones

Luces de alerta encendieron ayer, en la comisión de Hacienda del Senado, las cifras que entregó el ex ministro de Hacienda Eduardo Aninat (1994-1999), respecto de los costos de la implementación de la reforma tributaria, si es que esta es aprobada por el Congreso tal como está hasta ahora redactada.

De acuerdo al economista, el impacto supera los US$ 5 mil millones. Esto porque cifró en US$ 170 millones el efecto de una menor disponibilidad para el ahorro por parte de las empresas, lo que se traducirá en más endeudamiento y dependencia de la banca. A esto adicionó una merma en los proyectos de inversión privados, lo que tendría un efecto de US$ 3.410 millones, junto con desembolsos por US$ 1.434 millones asociados a las nuevas exigencias administrativas, aspecto donde incluyó la aplicación del sistema de renta atribuida.

Durante su exposición, Aninat también analizó los costos que implicarán algunas medidas de la reforma educacional, como por ejemplo, la compra de inmuebles por parte del fisco, decisión que con una estimación conservadora ascendería a US$ 2.500 millones en todo el período: US$ 500 millones al año.

La liberación del copago la cifró en US$ 430 millones, pero este ítem no lo incluyó dentro de los costos.

Luego, Aninat sumó otros componentes y concluyó que en diez años los costos de las dos principales reformas del Gobierno ascenderán a poco más de US$ 60 mil millones.

«Diputados y senadores no pueden pensar que están evaluando sobre una reformita (…) Estamos hablando de mucha plata. Los costos equivalen a dos tercios del valor comercial total de Codelco completo», advirtió Aninat tras exponer en la Cámara Alta.

«Lenguaje republicano»

El ex ministro hizo un llamado a volver al lenguaje «tradicional republicano» y a buscar nuevas formas para incentivar el ahorro en los ciudadanos. Esto, porque el economista discrepa del enfoque que diferencia a las pymes de las grandes empresas.

A su juicio, si se pone término al FUT es imperativo buscar otros mecanismos pro ahorro que puedan ser utilizados por todas las personas, sin distinción.

Esto -aseguró- porque el fin al FUT inevitablemente afectará el patrón de uso y disponibilidad de ahorro en el país.

Es por eso que hizo un llamado al Gobierno y al Congreso a escuchar propuestas alternativas pro ahorro e inversión, citando medidas que ha estudiado el ex consejero del Banco Central Manuel Marfán.

Otro aspecto donde Aninat hizo reparos fue en las dificultades prácticas que impondrá la implementación del sistema de renta atribuida en las pymes. «¿Cómo le pido a una pyme que simule la atribución de renta? Mínimo tendrán que contratar a economistas», dijo.

En esta misma línea, indicó que ser asesor tributario o contador se convertirá en la mejor profesión a futuro.

Foxley apoya la reforma tributaria y aboga por búsqueda de consensos

El ex ministro de Hacienda Alejandro Foxley (1990-1994) dijo que personalmente apoya la reforma tributaria, porque lo que se juega es lo que la mayoría de la gente plantea, que es una disposición a compartir sacrificios cuando la meta que se busca es que la próxima generación tenga más oportunidades y mejor calidad de vida. Al mismo tiempo, abogó por buscar el consenso, la cooperación más que la confrontación.

Respaldó el fin del FUT, subir el impuesto de 1ª categoría de 20% a 25% y bajar la tasa marginal máxima del impuesto a las personas desde 40% a 35%, aunque dijo que hay que estar abierto a si hay un acuerdo amplio por mantenerla en 40%. Cuestionó el gravar las ganancias de capital por venta de primera y segunda vivienda señalando que la clase media lo usa como ahorro para paliar las bajas pensiones, por ejemplo. Advirtió que Chile está en la trampa de los países de ingresos medios con 13 millones de personas de clase media, de los cuales siete millones son vulnerables y un tercio de ellos puede volver a la pobreza.

Citas mencionadas

Manuel Marfán citó el libro «Treasure Islands» en su exposición donde se refería a los paraísos fiscales. El libro -según él- se refiere al porqué Warren Buffett, uno de los millonarios del mundo, paga menos impuestos, en proporción a sus ingresos, que su secretaria.

Carlos Cáceres citó el último informe de la OCDE, donde se señalan los avances de Chile en reducir la pobreza, y también citó estudios econométricos de Marfán, que muestran que el ahorro conduce al crecimiento de la economía y no al revés.

Alejandro Foxley aludió a un estudio de Unicef, según el cual, niños de hogares pobres aprenden 500 palabras en sus primeros mil días de vida y los de hogares más ricos, 1.500 palabras, y otro estudio del Banco Mundial, de acuerdo al cual, de los 101 países que hace 50 años eran de ingreso medio, solo 12 cruzaron la barrera de economías más avanzadas; ninguno de América Latina.

Felipe Larraín citó siete estudios que demuestran el efecto negativo en la inversión de un aumento en la tasa del impuesto corporativo, y mostró titulares de prensa con recientes anuncios de recortes de impuestos a las empresas en Japón, España y Francia.

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