Proyecto Caserones avanza firme pese a las dificultades

Mar 13, 2014

Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de SCM Minera Lumina Copper Chile, confía en que lograrán resolver pronto los cargos levantados por la Superintendencia del Medio Ambiente y así iniciar la puesta en marcha de su línea de sulfuros. De ser así, adelanta, “podríamos pensar en una producción de cobre en concentrado cercana a las 70.000 toneladas métricas”, para este año.

“Considero que ha sido uno de mis mayores desafíos profesionales, porque en Caserones enfrentamos desafíos de gran envergadura y algunos de alta complejidad”. De esta forma resume Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de SCM Minera Lumina Copper Chile, la experiencia de impulsar y trabajar en el desarrollo de este proyecto, donde se desempeña como su gerente general desde inicios de su construcción, en abril de 2010.

Y a estas dificultades se suman los cargos presentados en 2013 por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), por infracciones relacionadas principalmente a los recursos hídricos y al trazado de la línea de transmisión.

Al respecto, Pizarro reflexiona y sostiene que “no esperábamos que, habiendo alcanzado un avance de más del 90% en la construcción y manteniendo un sistema de gestión medioambiental centrado en la prevención del daño y sin eventos de contaminación, se pusiera en riesgo la puesta en marcha de la operación del proyecto”.

No obstante, en esta entrevista con MINERÍA CHILENA, el avezado ejecutivo minero se muestra confiado en que lograrán resolver este contratiempo, y así iniciar este año la producción de cobre en concentrado de Caserones.

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Enfrentando desafíos

Ubicado a 162 kilómetros al sureste de Copiapó y a una altitud de 4.300 msnm, Pizarro no duda en señalar la localización de este yacimiento como el primer desafío complejo que debieron enfrentar. “Esta posición geográfica nos ha significado afrontar el proceso de construcción sometidos a los efectos de la altura y a condiciones climáticas muy adversas, con temperaturas invernales hasta de -25 grados
Celsius”.

Además, el proyecto se construyó en la cabecera de la hoya hidrográfica del valle de Copiapó, situación que supuso un trabajo comunitario temprano con las comunidades tanto en el uso de una única ruta terrestre como la gestión del recurso hídrico, entre los temas de interés abordados con los vecinos y autoridades.

A lo anterior, Pizarro suma la carencia de áreas planas donde construir las instalaciones, lo que significó “preparar enormes plataformas, con un movimiento de varias decenas de millones de metros cúbicos de tierra”, acota.

En cuanto a los desafíos técnicos de Caserones, estos apuntaban a “enfrentar las más exigentes condiciones para su operación”, tomando en cuenta que la ley de cabeza de sus reservas mineras es de 0,34% de cobre sulfurado, con una presencia de molibdeno del orden de 120 PPM, pero con una baja proporción de lastre mineral (0.5:1). “Por lo tanto –enfatiza-, se trata de un caso excepcional de desarrollo de un proyecto grass root con estas características”. Asimismo, hace hincapié en que las etapas de exploraciones complementarias para los modelos de recursos y el desarrollo de la ingeniería se sucedieron con relativa rapidez, “desde el scopping study hasta el diseño de factibilidad que dio pie a la formulación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y la presentación del proyecto a los dueños”.

En cuanto a la adquisición de equipos de procesos y operación críticos, el presidente ejecutivo destaca la decisión del directorio de la empresa de no detener las compras, a pesar de la caída que experimentó la economía mundial en 2008 y 2009. A su juicio, esta medida, les permitió acceder a plazos de entrega y precios de equipos competitivos y así llevar adelante buenas negociaciones para el suministro de las estructuras.

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