(El Mercurio) Para el académico del Centro de Minería de la UC, Gustavo Lagos, los US$ 387 millones que pagó Codelco en bonos a sus trabajadores en los últimos cuatro años es una cifra alta.
«Representa, anualizado, cerca del 3,5% de las utilidades de Codelco después de impuesto. Eso es, sin duda, alto. Esto obedece a que el cobre entrega al país grandes recursos y los sindicatos de Codelco y de la minería privada tienen un alto poder negociador. Los trabajadores del cobre, en general, han aumentado en 30% más su ingreso frente a los demás trabajadores del país».
-¿Esa diferencia se justifica solo por el alto precio del cobre y el aporte al fisco?
«Eso es el mercado. Aquí no estamos mirando solo una negociación, sino que muchas negociaciones colectivas en las empresas mineras. Los bonos han estado en ese orden, siendo el más alto el de Escondida, que es la mina más grande del mundo, y porque tiene costos bajos. Ese es el referente».
-Pero Codelco entregó bonos similares a los de Escondida en El Teniente y Chuquicamata, pese a que estas dos divisiones son mucho menos productivas que el yacimiento de BHP.
«Eso es cierto y da cuenta del poder negociador de las organizaciones sindicales en Codelco. Acá hay un tema importante que no ha sido internalizado por los trabajadores del cobre: los bonos que se entregan hoy son más grandes de los que se entregaban en 2006-2007, que fue el peak del súper ciclo. Las platas que Codelco le entrega al fisco hoy son más menos un tercio de lo que le aportaba en 2006. En el caso de las empresas privadas, la diferencia no es tanto. Tenemos organizaciones de trabajadores que entienden su importancia, su poder negociador, y estos altos bonos son un hecho de la causa. Lo lógico es que los bonos del súper ciclo del cobre sean más altos que los de hoy».
-¿Cree que Codelco es una empresa que, en cierta forma, está capturada por los trabajadores?
«Depende de la división. Hay divisiones que funcionan muy bien, pero en otras como Chuquicamata se han adquirido beneficios que son superiores a las de otros yacimientos. Es decir, el costo de los trabajadores de Chuquicamata es muy superior al de las otras divisiones, y eso también es un hecho histórico, y no se puede deshacer de una. Lo que reciben los trabajadores de Chuquicamata en sueldos es mucho menos de lo que a la empresa le cuesta cada trabajador. Tiene que mantener, por ejemplo, un hospital, que es el único de este estilo en Chile».
-¿Entonces no se justifica un bono tan alto en Chuquicamata?
«Creo que Chuquicamata es un caso muy especial y confío en la gerencia de Codelco para presentar esa oferta. Sin embargo, estoy en total desacuerdo con que los trabajadores hayan ido a huelga para elevar el bono con la intención de acercarse a los $23 millones de Escondida. Chuquicamata hace rato que dejó de ser la mina de cobre más grande del mundo, y tiene indicadores de costos y productividad que no la ponen en los primeros lugares de competitividad. No hay motivo para que pudiera compararse la realidad de Chuquicamata con Escondida. Creo que están totalmente equivocados los trabajadores de Codelco en la forma como dirigen su negociación».
-¿Que los trabajadores pidan mayores bonos pese a que la productividad es baja es una demostración de que no están entendiendo el momento que vive la minería?
«Hay casos en que eso existe. A mí no me hace sentido una huelga en Salvador, que tiene los costos más altos de Codelco y es una división pequeña. Eso significa que a algunos trabajadores les falta ubicarse. Por eso digo que no hay que confundir peras con manzanas, pues si bien Codelco es una sola, tiene realidades distintas en sus yacimientos. La fiesta del cobre se terminó. Tenemos una situación buena, pero no es la fiesta que conocimos en su apogeo hace seis o siete años atrás. Esto no va a mejorar en el corto plazo, y es importante que esto lo entiendan no solo los chilenos, sino que también los trabajadores».
»No hay motivo para que pudiera compararse la realidad de Chuquicamata con Escondida. Creo que están totalmente equivocados los trabajadores de Codelco en la forma como dirigen su negociación».
»Tenemos organizaciones de trabajadores que entienden su importancia, su poder negociador, y estos altos bonos son un hecho de la causa».