Tía María, las garantías que ofrece para no contaminar Tambo

Dic 24, 2013

En Southern descartan contaminación. El estudio ambiental pasó por el rigor de la ciudadanía. La última palabra la tiene el gobierno.

(Andina) Dicen que Tía María es un capricho de la naturaleza. Por lo general las grandes reservas de cobre se almacenan en la sierra. Es probable que un ramal de la rica franja mineralizada que recorre la cordillera peruana hasta Chile se desvió y depositó en la costa, a la altura de Arequipa. Las exploraciones comenzaron en 1994. Más de dos compañías hicieron  esos trabajos. Cuando Southern halló Tía María no estuvo muy convencida de explotar el yacimiento, la ley del cobre era muy baja, 0.29%. Sin embargo, a cuatro kilómetros estaría la justificación para invertir los más de 1,200 millones de dólares que cuesta el proyecto integral. Era La Tapada, bautizada así porque no mostraba ningún indicio superficial de la gran reserva que almacenaba a más de treinta metros de profundidad.

Desde 2008, la compañía intentó explotar las dos minas. Pero se ha enfrentado a los bajos precios del metal y sobre todo al rechazo de Tambo, un valle costero ubicado en la provincia arequipeña de Islay, que teme la contaminación por las operaciones mineras. Acorralado por  las protestas sociales, el gobierno aprista canceló el Estudio de Impacto Ambiental (EIA).Corría el 2011 y el país celebraba las elecciones presidenciales. Dos años después, la minera hizo un nuevo EIA. Hoy está en manos del Ministerio de Energía y Minas, después de haber sido expuesto en audiencias polémicas en el distrito de Cocachacra, en donde la sensación de desconfianza todavía persiste.

Pampa Cachendo será el corazón de las operaciones. Southern montará ahí el campamento e infraestructura para convertir la roca verde en finas láminas de cobre para  la exportación. Llegar a esta zona árida no es complicado. El viaje desde Arequipa dura casi dos horas. El martes pasado la compañía  trasladó a un grupo de periodistas para explicar el funcionamiento de las operaciones y garantizar que no habrá contaminación en Tambo. Son doce mil hectáreas cultivadas con caña de azúcar y arroz, preferentemente, y que sobreviven gracias al río del mismo nombre y en cuyo lecho se crían los camarones que alimentan la culinaria más deliciosa de la región.  Pasando el km 48 de la Panamericana Sur, el desvío al futuro campamento es una trocha carrozable. Está humedecida. Los neumáticos del vehículo que nos traslada  no levantan polvo. Desde el saque, la minera quiere demostrar a sus visitantes cómo controlará el contaminante. Quienes rechazan el proyecto sostienen que las voladuras para fracturar la roca mineralizada, la trituración de esta y desplazamiento de equipos provocarán terrales. Y estos trasladados por los vientos viajarán a depositarse en el valle, afectando a los habitantes, ganado y cultivos. Southern primero quiere explotar La Tapada a 2,5 km del valle y Tía María a 4 km. La cercanía crea el temor. Uno de los especialistas del proyecto explica que el polvo generado en las operaciones se depositará en el desierto. Las voladuras serán controladas. Cada dos días habrá una y al mediodía, cuando el viento sople de sur a norte, es decir en dirección contraria a la zona agrícola. Según los estudios de la mina, hay un patrón en el comportamiento meteorológico. Las masas de aire siempre viajan del mar a la tierra. Cuando ocurra lo contrario lo advertirán equipos de monitoreo y suspenderán la operación. El estándar de calidad de aire (Ecas) exige concentraciones menores de 150 microgramos por metro cuadrado. Lo ideal es no superar los 20 Ecas en la zona de influencia. El material molido será trasladado hasta Pampa Cachendo en una faja protegida. Todo será humedecido.

 

Control sulfúrico

 

El ácido sulfúrico es corrosivo. Produce quemaduras, destrucción de tejidos y una exposición a bajas concentraciones, dermatitis. En minería, este líquido lechoso disuelve el cobre de la roca. Los opositores temen que el tóxico contamine. Se ha hablado de lluvias ácidas generadas con la evaporación. Southern descarta tal argumento. La ebullición del ácido sulfúrico depende de temperaturas por encima de 200 grados. El proceso de lixiviación para disolver el mineral se hará en una cancha inmensa a temperatura ambiente, que en los peores escenarios llegaría a 30 grados en verano. ¿Cómo evitar que el ácido sulfúrico se filtre en el subsuelo y corrientes subterráneas lo arrastren a territorio agrícola o las playas? La base de la cancha será sellada por una capa de arcilla y sobreprotegida por membranas y películas de plástico y grava. En esa área instalarán sensores que avisarán de un probable derrame.

Una vez recuperado el cobre, el agua acidulada regresará a la cancha, no será arrojada al medio ambiente por una cuestión simple: ahí hay mineral y la minera no quiere perder un gramo. Antes que el cobre se convierta en planchas, hay otros procedimientos en donde se utilizan otros reactivos químicos que también serán devueltos a los procesos. ¿Qué se hará con el ripio, el material sólido e inservible contaminado con ácido sulfúrico? Se depositará en otra cancha  también impermeabilizada con arcilla.

El material lixiviado se irá secando sin generar  impactos. Para Southern, en este territorio las lluvias son escasas, aunque no debería descartarse un escenario de lluvias torrenciales comunes con el fenómeno de El Niño.

El traslado de ácido sulfúrico será desde Ilo, donde tienen una planta productora. Lo harán en barco hasta Matarani. Se proyecta construir una línea férrea desde el campamento hasta Estación Guerreros, así se conectarán con el ramal principal que llega de Arequipa hasta  el puerto de Matarani. El ácido sulfúrico no será trasladado en camiones. Descartan derrames en las volcaduras de los camiones.

 

La mina usará agua del mar para operar

 

La mina requiere siete millones de metros cúbicos de agua al año. Los obtendrá del mar. En la playa El Sombrero (Mejía)  instalará una planta desalinizadora.

Los opositores preguntan qué pasará con la sal retirada del agua para bombearse a Pampa Cachendo. Esta regresará al mar, sin embargo para descartar algún impacto en la flora y fauna marina, por cada 100 litros de agua de mar que toma la mina solo tratará 40, los 60 restantes retornarán al océano con la salmuera mediante una tubería. ¿Qué certeza hay que no se cause daño a la flora? El recurso se derivará mar adentro, donde la salmuera se disuelva rápidamente por las corrientes.

El proyecto está encaminado, como en 2008, pero las metidas de pata y la soberbia con la que los funcionarios trataron a los agricultores, desató un conflicto que dejó tres muertos. Hoy el escenario parece más despejado y ablandado con el aporte de S/. 100 millones a la provincia.

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