La tecnología revoluciona la geomensura

Nov 29, 2013

Actualmente, es posible realizar un levantamiento topográfico en cosa de minutos. Y las alternativas se han multiplicado.

 (El Mercurio) «Originalmente, solo bastaba con la topografía. Sin embargo, en la actualidad la tecnología ha revolucionado esta área del conocimiento. En primer lugar, con la llegada de los computadores, y en segundo lugar, con la tecnología aplicada a las mediciones,» explica el Dr. Gabriel Álvarez Ábalos, académico del Departamento de Geomensura y Geomática de la Universidad de Antofagasta.

Señala el experto que este desarrollo de las mediciones se ha dado en varios frentes.

En primer lugar, el desarrollo tecnológico en la computación. Esto permitió la introducción de aplicaciones como Google Earth o Map Google. «Gracias a ellos, al digitar dos direcciones distintas, un GPS navegador puede resolver la ruta más corta o generar aplicaciones propias del área de la urbanización. Para lograr el desarrollo en esta área fue necesario juntar dos tecnologías. La primera fue la base de datos y después las herramientas CAD (dibujo asistido por computadora) y el resultado fue una herramienta poderosa llamada Sistema de Información Geográfica. Esta ciencia permite conocer con un click información de personas y espacios geográficos».

VENTAJAS

A su vez, señala, se han desarrollado tecnologías que han sofisticado el trabajo de los geomensores. Por ejemplo, indica, los scanners son capaces de medir utilizando un láser con precisiones milimétricas, cubriendo extensas áreas en minutos.

Señala que gracias a ellos se pueden cubrir enormes áreas que por topografía tradicional podrían llegar a tomar 15 días y se realizan en 15 minutos.

«Y luego viene un posproceso que puede durar un día para obtener el plano final. La ventaja es que se no se arriesga personal en la toma de los puntos y se puede trabajar dentro de las áreas de las minas denominadas de exclusión que son aquellas donde se prohíbe que vehículos livianos y personas se movilicen en el mismo espacio».

Por otra parte, indica, el GPS (Sistema de Posicionamiento Global) permite conocer la ruta del vehículo liviano en tiempo real y enviar su posición a un centro de control.

«Esto permite controlar velocidades, rutas etc.», señala.

También, asevera, otro importante avance es la percepción remota.

«En cada instante de nuestro día un satélite se encuentra observando la Tierra. Las órbitas de los satélites circunpolares (el tiempo que demoran en dar una vuelta a la Tierra) es de alrededor de 100 minutos y pueden cubrir el cielo visible de cualquier persona en alrededor de 10 minutos. Las aplicaciones civiles han superado todas la expectativas y hoy en día se puede observar el patio de nuestra casa desde una imagen satelital obtenida a una distancia de 700 kilómetros, que es aproximadamente la distancia que existe entre Santiago y Valdivia».

DESDE EL AIRE

Agrega Álvarez que la percepción remota aporta en dos ámbitos.

«En el rango del visible (imágenes que se encuentran en la longitud de onda que el ojo humano puede ver) sirven para determinar áreas de importancia para alguna labor específica. Por ejemplo, para determinar la mejor posición de un botadero de mineral de estéril en la gran minería».

Por otra parte, indica, en el ámbito medioambiental se puede hacer control del impacto de las operaciones mineras sobre el medio ambiente, lo cual tiene muy buen resultado en la protección de la flora y fauna.

«Y en el rango submilimétrico, con sensores activos (señales de radar) se puede controlar, por ejemplo, la estabilidad de las paredes de la mina Chuquicamata de Codelco. Estas imágenes de radar permiten detectar movimientos perpendiculares al desplazamiento del satélite con precisiones cercanas a los dos centímetros utilizando un método de análisis de la fase de la onda».

Por su parte, Patricio Ramírez, ingeniero geomensor de la Unidad de Geomensura del IDIEM de la Universidad de Chile, señala que uno de los últimos avances tecnológicos en geomensura son los llamados UAV (Unmanned Aerial Vehicle), que es un vehículo aéreo no tripulado, de dimensiones reducidas, el que posee un sistema de pilotaje automático mediante navegación GNSS (sistema global de navegación por satélites) y sistemas inerciales (IMU), incorporando además sensores de pequeño formato (cámaras digitales a color, infrarrojo o multiespectrales y sistemas láser). Este sistema abre nuevas posibilidades en el área de geomensura, como herramientas para la obtención de información georreferenciada de forma expedita y de alta precisión.

«La irrupción de los UAV es parte del cambio de paradigma tecnológico que la geomensura ha venido experimentando desde fines del siglo pasado, con el advenimiento de los sistemas de posicionamiento satelitales GNSS».

Y agrega: «Sus aplicaciones se orientan a la representación del relieve terrestre, estudios de ingeniería de detalle, control de taludes y monitoreo medio ambiental. Su incorporación a la geomensura demanda conocimientos en el área de geodesia, cartografía, fotogrametría y georreferenciación».

Con lo anterior, dice Ramírez, «es posible obtener imágenes que permiten generar una ortoimagen (imagen de proyección ortogonal, rectificada y georreferenciada), modelo Digital de Terreno MDT (modelo numérico de elevaciones de terreno), nube de puntos tridimensionales de alta densidad y adicionalmente curvas de nivel».

Agrega que el equipo compuesto por los profesores René Zepeda, Diego Ortiz y Daniel Quezada -quienes se dedican a la innovación tecnológica en geodesia, geomensura y geomática- ha tenido la oportunidad de colaborar al IDIEM en diversos estudios que involucran alta tecnología y precisión.

«Ellos comentan que la incorporación de los Sistemas UAV se entiende como la combinación lógica y eficiente de los elementos físicos, electrónicos, de navegación, hardware y software que permiten lograr un sistema equipado y operacional, ello asociado al correcto apoyo geodésico, lo que ha permitido obtener productos con precisiones mejores a 10 cm. Por ejemplo, en un proyecto realizado en Santiago, en un área de 45 hectáreas, con un tiempo de vuelo efectivo de 8 minutos, las precisiones alcanzadas fueron de 5 centímetros horizontalmente y 8 centímetros verticalmente, para lograr un producto con resolución espacial de 20 centímetros, una densidad de puntos de 33 metros cuadrados y una ortoimagen de 10 centímetros.»

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