Australia: la estrella de la minería está en aprietos

Jun 28, 2013

La nación sufre los embates del fin del súper ciclo de commodities, mientras que con la crisis del Partido Laborista, los sondeos evidencian un avance de la oposición ante las elecciones del 14 de septiembre.

(Pulso) Australia está perdiendo brillo. La nación atraviesa un difícil momento económico, golpeada por el fin del súperciclo de los commodities. Y la situación política supone un problema mayor, tras la salida de Julia Gillard del mando del gobierno, lo que anticipa inestabilidad en los próximos meses.

Antes de que la primera ministra dejara su cargo el miércoles, el gobernante Partido Laborista ya tenía dificultades para conseguir el apoyo popular de cara a las elecciones del 14 de septiembre, que decidirán si el país mantiene un controvertido impuesto al carbono, y un gravamen de 30% a las ganancias mineras de carbón y mineral de hierro, que el líder de oposición, Tony Abbott, prometió disputar en caso de llegar al poder.

Los sondeos muestran que los laboristas, ahora liderados por Kevin Rudd, el nuevo premier australiano, están codo a codo con el Partido Nacional Liberal. Una encuesta rápida de Roy Morgan, mostró que tras la salida de Gillard, los australianos ahora se inclinan en 49,5% a favor del gobierno, mientras que 50,5% apoya a la oposición. Y como si se tratara de la tormenta perfecta, el desacelerado crecimiento económico de Australia y los precios más bajos de commodities han dañado los ingresos tributarios del país y probablemente impidan cumplir la promesa del ex jefe del Tesoro, Wayne Swan -que fue reemplazado por Chris Bowen-, de conseguir un superávit para fin de año.

FIN DEL SÚPER CICLO

El banco central australiano recortó para este año sus pronósticos de crecimiento de 2,75% a 2,5%, advirtiendo que el peak de la industria minera ocurriría antes y sería menor de lo esperado. En paralelo, el dólar australiano, que se ha transado a cerca de máximos de 30 años contra el dólar estadounidense durante gran parte de los últimos dos años, sumado a los crecientes costos y menores precios de commodities, está perjudicando la inversión en el sector de recursos. La moneda ya ha caído 12% desde mediados de abril.

Un estudio de la consultora BCA Research destacó cómo los desafíos de Australia yacen en su dependencia de las exportaciones de commodities, que se incrementó fuertemente desde inicios de la década pasada. Así, el porcentaje de las exportaciones de commodities subió de menos de 45% de los envíos en 1996 a más de 72% en 2011-12.

La Oficina de Energía e Investigación Económica recientemente estimó que proyectos de recursos por 150.000 millones de dólares australianos habían sido cancelados o retrasados en el país durante 2012. Todo esto en momentos en que Citigroup prevé que el gasto de capitales global a lo largo de la industria minera será 30% menor para 2015 en comparación con el año pasado.

Y el impacto social de esta realidad está recién comenzando, alertó ayer el CEO de Anglo American, Mark Cutifani, en un discurso al Consejo de Minerales de Australia. “Solo en los últimos doce meses, cerca de 9.000 empleos de la minería se perdieron en Nueva Gales del Sur y Queensland”, señaló, agregando que esos números deberían aumentar rápidamente.

IMPUESTO A LAS MINERAS

Otro de los dolores de cabeza que complicará al presupuesto australiano, son las proyecciones del polémico impuesto de 30% a las ganancias de minas de carbón y mineral de hierro, que partió en julio del año pasado. Y es que el impuesto se preveía que recaudaría 2.000 millones de dólares australianos (US$2.080 millones) en el año actual, sin embargo solo recaudó 126 millones de dólares australianos los primeros seis meses.

El magnate minero Andrew Forrest, que hace tiempo mantiene una campaña contra el gravamen, ha desafiado al impuesto en la Corte Suprema de Australia, reclamando que es inconstitucional porque discrimina a los estados mineros de Queensland y Australia Occidental. Actualmente la corte está considerando la decisión.

Con todo, se espera que el presupuesto australiano para este año concluya en déficit, pese a las promesas de superávit de Gillard y Swan cuando estaban en el gobierno, por lo que habrá pocos recursos para recuperar el apoyo ciudadano y financiar mayores reformas en educación y servicios para discapacitados.

El Partido Laborista deberá aprovechar para reformar la agenda política y recuperar el respaldo de los votantes, antes de las elecciones de septiembre.

Fuente / Pulso

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