(Capital) Esta mañana Barack Obama lanzó su nuevo plan medioambiental para enfrentar el cambio climático, el que consiste en una larga lista de premios y castigos para fomentar la reducción de emisiones de carbono a la atmósfera, donde se apunta principalmente a disminuir la contaminación de las centrales eléctricas que actualmente representan el 40% de las emisiones de Estados Unidos.
Un plan que según expertos podría funcionar, pero que es bastante menos eficaz y más caro que subir el precio de emisión de carbono, regulando naturalmente los gases de los consumidores y las empresas.
Sin embargo, el impuesto sobre el carbono no puede pasar por el Congreso y además, los republicanos no creen en que el cambio climático sea un problema real. Por su parte, los demócratas no se han mostrado entusiastas para regular las emisiones de carbono.
Por lo mismo, al presidente estadounidense no lo quedó más opción que hacer uso de sus facultades legales para imponer la regulación.
Según Business Insider, hay razones para estar especialmente satisfecho con el plan de Obama, dadas las restricciones que está trabajando en su interior:
La regulación de las centrales existentes aprovecharía las fuerzas del mercado, puesto que el gobierno establece que las empresas eléctricas podrían reducir sus emisiones combinando nuevas plantas ecológicas y la optimización de las ya existentes, de este modo no propone cerrar plantas específicas según sus utilidades, sino que daría a los productores de energía y a los consumidores, la libertad para encontrar las formas mas efectivas económicamente para reducir sus emisiones.
La aprobación del Oleoducto Keystone ha sido uno de los temas más conflictivos que ha enfrentado a Obama con los ambientalistas. Sin embargo, el presidente norteamericano pareciese que estaría de acuerdo con aprobarlo. Una medida que llama la atención, pero que en el fondo es bastante realista, pues como explica Business Insider, de todas las medidas para reducir las emisiones de carbono, uno de los menos rentables es el bloqueo de construcción de tuberías, ya que la única forma de reducir la huella rentablemente es permitiendo la importación.
Fuente / Capital