Universidad australiana crea robots para mejorar la seguridad en minas de Latinoamérica

Jun 20, 2012

El accidente en la mina San José, que atrapó a los 33 mineros durante 70 días, es una de las razones de este desarrollo.

(Emol) La Universidad de Sidney desarrolla una nueva generación de robots que mejorarán la seguridad en el sector minero de Latinoamérica, además de otros para labores de agricultura, arqueología e investigación biológica.

El director del Centro de Robótica de Campo de la Universidad de Sidney, el argentino Eduardo Nebot, declaró a la agencia EFE que accidentes como el que ocurrió hace unos dos años en la mina San José obligan a perfeccionar la seguridad en las minas mediante nuevas tecnologías.

Nebot señaló que en el centro se trabaja para «desarrollar nuevas tecnologías autónomas que permitan reducir las condiciones adversas» y evitar la presencia de seres humanos en las zonas subterráneas con riesgo de derrumbes o en áreas de escasa visibilidad por la neblina, la lluvia o la nieve. Otros robots saldrán de este centro, que recibe financiamiento de grandes empresas mineras, para mejorar la búsqueda y extracción de minerales de calidad, reducir el impacto medioambiental, prevenir desastres ecológicos como los causados por derrames y vertidos de sustancias contaminantes o para reemplazar al trabajador por robots en tareas repetitivas y tediosas.

El investigador argentino indicó que tienen varios proyectos con Argentina y Chile centrados en la seguridad minera, y añadió que él dirige un programa financiado por el organismo de cooperación australiano para «mejorar la seguridad en las minas de los países latinoamericanos».

Este centro, considerado el más grande a nivel mundial en la investigación de robótica de campo, también diseña robots autónomos que ayudarán en tareas de seguridad y defensa, que protegen el medio ambiente y el transporte de cargas pesadas o peligrosas.

El profesor Stefan Williams explicó que una de las mayores dificultades es crear robots capaces de «aprender y entender su entorno» y de «tomar decisiones por sí mismos», habilidades que consideró necesarias en los sistemas de vigilancia o en los rociadores aéreos para eliminar malas hierbas.

Los científicos de la Universidad de Sídney también inventaron un artilugio autónomo que estudia el lecho marino y que ha tomado fotografías nítidas de las ruinas de una ciudad sumergida o que dan cuenta del deterioro del medioambiente submarino. Mari Velonaki y David Rye son los creadores de «Diamandini», un androide de 1,55 metros de altura que ayudará a entender las interacciones entre robots y seres humanos en espacios sociales a través de sus movimientos, y en una etapa posterior mediante el contacto.

Fuente / Emol

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