La próxima semana el vicepresidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Minería (Enami), Oscar Landerretche, cumplirá seis meses a la cabeza de la firma. Pese a que en términos económicos la compañía se mueve en la actualidad en un terreno mucho más firme -luego de sanear sus pasivos con la venta de la fundición y refinería Ventanas a Codelco- lo cierto es que no todo es miel sobre hojuelas para la nueva administración.
Uno de los puntos conflictivos se desató hace no más de un mes, cuando el ejecutivo hizo público un cuantioso plan de inversiones por US$ 350 millones hasta 2010, lo que no cayó bien al interior del directorio, que aún no aprueba varios de los proyectos en cuestión. Es más, todavía no alcanzan consenso en varias materias que Landerretche dijo que propiciaría, como la condonación de deuda a pequeños mineros -donde busca propiciar un “perdonazo” a un tercio de la deuda por US$ 12 millones que se arrastra desde 1982- y la inclusión de trabajadores contratistas a la planta de personal propio. El planteamiento del ejecutivo es disminuir el número de subcontratistas de 680 a 300 y con ello aumentar el número de trabajadores directos de 784 a más de 1.000. “La administración propuso esta dotación y no entendemos por qué ha estado en la prensa”, enfatizó un director.
De acuerdo a la versión de algunos directores y de otras fuentes de gobierno, en la última reunión de directorio realizada el martes de la semana pasada, se discutieron sin consenso varias de estas materias y hasta ahora no hay claridad de lo que sucederá realmente.
Una de las principales divergencias está en la forma en que se manejará la caja que está generando la compañía luego de varios años de operar a pérdidas precisamente por su alto endeudamiento. Sólo el año pasado ganó más de US$ 100 millones.
Cuando el Congreso autorizó el traspaso de Ventanas en 2005, se especificó en la ley que la compañía no entregaría utilidades el Fisco mientras continuara teniendo crédito fiscal, lo que en la práctica sigue ocurriendo, por lo que estas ganancias podrían usarse en varios de los proyectos en carpeta, a diferencia de lo que rige para otras empresas estatales como Codelco, donde todos sus excedentes van obligatoriamente a las arcas fiscales. En esto es donde no habría consensos pues las opiniones de Landerretche contrastan con algunos directores que no apoyan la idea de invertir el máximo de estos recursos.
El directorio de la firma se reunirá nuevamente el 25 de septiembre próximo para continuar analizando varias de estas materias. Esta instancia está formada por ocho miembros: tres del ministerio de Minería – Jacqueline Saintard, Santiago González y Cristián Quinzio-, uno de Hacienda -Jorge Rodríguez Cabello-, otro del Sistema de Empresas Públicas (SEP) -Luis Eduardo Jiménez-, dos de la Sonami –Alberto Salas y Joaquín Marcó- y un último del Instituto de Ingenieros de Minas, representado por Manuel Viera.
Cambios en la casa matriz
En todo caso y pese a los desacuerdos que existen en el directorio, la gestión del ejecutivo ha sido bien evaluada al interior de Enami, donde destacan su experiencia y manejo en el trabajo público, además de algunas mejorías que ha llevado adelante, tanto en la forma de trabajo, como en la infraestructura.
Respecto de esto último, explican que puso en marcha un plan de remodelación del edificio que alberga la casa matriz en calle Mac-Iver, que busca mejorar la infraestructura para hacerla más amigable para quienes trabajan allí, pero sobre todo, dejar el edificio en mejores condiciones para su futura venta, ya que en el mediano plazo la empresa trasladará sus dependencias a Copiapó, donde ya está su dirección comercial, según lo estipuló la misma ley que autorizó el traspaso de Ventanas.
Si bien estos trabajos han sido criticados por el costo que ha implicado –de hecho, el mismo Landerretche ha confesado que él sabe que muchos lo tratan de “Landerroche”-, en la Enami explican que ha sido una remodelación austera, destinada al mejoramiento de pisos, ventanas y estructuras de un edificio de 50 años. Agregan que las obras en que se ha incurrido están financiadas por el arriendo de tres pisos al ministerio de Salud.
En cuanto al trabajo, fuentes de Enami destacan que ha impuesto nuevas formas de trabajo, que pueden haber despertado resistencias. Por ejemplo, está desmantelando
–para las faenas– la distinción de las diferentes jerarquías de ingenieros de acuerdo al color de los cascos.
Fuente / Diario Financiero