Bolivia: Nacionalización de hidrocarburos en Bolivia está fuera de control

Ago 30, 2006

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El gobierno logró dispersar una protesta que bloqueó el suministro a Argentina por doce horas, que de haberse prolongado habría afectado las exportaciones de gas argentino a Chile.

El gobierno de Evo Morales debió salir al rescate ayer de su accidentado proceso de nacionalización de los hidrocarburos, argumentando que los últimos escándalos de corrupción y conflictos internos que afectan a Bolivia son propios de un proceso de transición política y social.

Desde el anuncio el 1 de mayo de la estatización de todos los yacimientos de gas natural y petróleo bolivianos, una cadena de irregularidades pone en duda el proceso, restando credibilidad al gobierno y tensado aún más las relaciones entre el oficialismo izquierdista y las petroleras privadas que operan en el país.

A la falta de recursos económicos y la experticia para llevar a cabo esta tremenda iniciativa, algo que el propio Morales reconoció en julio, se suma la descontrolada situación social en el país y acusaciones de corrupción que comprometen a la estatal YPFB. Grupos radicales ejercen presión bloqueando gasoductos con destino a Brasil y Argentina, conscientes de que todo lo que comprometa los hidrocarburos concentrará la atención en sus demandas.

El último bloqueo estuvo a punto de tensar otra vez las relaciones con Argentina, y de paso perjudicar la ya reducida provisión de gas trasandino a Chile. Tras doce horas de huelga, fuerzas del Ejército boliviano lograron dispersar en la madrugada del martes una protesta social que cortó el gasoducto que une al pueblo fronterizo de Pocitos, con las provincias del norte argentino.

Argentina compra siete millones de metros cúbicos diarios de gas natural boliviano a US$ 5 el millón de unidades térmicas británica (BTU), pero por lo general usa entre cuatro y cinco millones de metros cúbicos diarios, suficientes para mantener la estabilidad del suministro gasífero a sus principales clientes –hogares, industrias, estaciones de gas natural comprimido y eléctricas.

De haberse prolongado la huelga un día más, fuentes de la industria dijeron al diario trasandino El Cronista que lo primero que ocurriría sería la disminución de las exportaciones a Chile al priorizarse el mercado interno.

El desquite

La huelga de Pocitos reflejó lo que se ha vuelto una práctica normal en Bolivia. A partir de hoy la región de Chuquisaca se paralizará por 24 horas en rechazo a la “lentitud en el cumplimiento de compromisos con la región y el menosprecio hacia Chuquisaca en comparación con otras regiones del país”.
Bolivia sufrió ayer su mayor jornada de protestas contra el gobierno, con choferes de transporte urbano, taxis y autobuses y maestros de las escuelas públicas paralizando varias ciudades en el país acusando a Morales de no cumplir sus promesas electorales.

Y hace doce días que indígenas guaraníes tienen tomado el gasoducto que exporta gas natural a Brasil en la localidad de Parapetí para que la empresa operadora Transierra ejecute un plan de desarrollo regional.
El clima de incertidumbre se intensificó el martes con la renuncia obligada del presidente de YPFB, Jorge Alvarado, acusado de infringir las normas de nacionalización. Alvarado podrá realizar mañana ante la Fiscalía del Distrito de La Paz sus descargos formales contra las acusaciones.

Fuentes de la industria de hidrocarburos boliviana aseguraron que la destitución de Alvarado fue una maniobra política para evitar un mayor deterioro de su imagen y que no les sorprendería ver al ex ejecutivo y militante del oficialista Movimiento al Socialismo en otro puesto de gobierno.

Fuente / El Diario

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