Las fuertes críticas recibidas durante este año definitivamente le jugaron en contra a la aspiración de Juan Villarzú de continuar al mando de la estatal Codelco si la Concertación gana las elecciones presidenciales de diciembre próximo. Conscientes de estos cuestionamientos, y de la necesidad de un recambio general en distintos cargos de la cuprífera, fuentes cercanas al comando de Michelle Bachelet, aseguraron que ya se barajan al menos tres nombres para suceder en el puesto a Villarzú, cuestión que el actual ejecutivo de la compañía tiene más que claro, según indicaron.
Así, entre los nombres que suenan con más fuerza están Jorge Bande, Iván Valenzuela y Jaime Estévez. Todos ellos han estado con anterioridad vinculados a la estatal a través de distintos cargos.
Bande es economista y ocupa el cargo de director del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco), pero antes fue director de Enami y también vicepresidente de Desarrollo de Codelco. Actualmente también está integrado al comando de Bachelet como asesor en materias mineras.
Iván Valenzuela también es economista y ocupó el cargo de subsecretario de Minería en el gobierno de Patricio Aylwin, pasando luego al puesto de vicepresidente de nuevos negocios de Codelco.
En tanto, el economista Jaime Estévez, actualmente a cargo del triministerio de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, también estuvo en la estatal antes, con el cargo de director.
Según lo comentado, este último también contaría con el apoyo del sindicato de la estatal, cuestión que en todo caso ayer no fue confirmada. “Todavía falta mucho”, dijo el presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), Raimundo Espinoza, al ser consultado por el tema. De todas formas, trascendió que los trabajadores ya habrían tenido conversaciones con Bachelet por este asunto en particular, y es reconocida la afinidad que existe entre ambos, incluso mayor a la que actualmente tienen con Villarzú comentaron.
Imagen resquebrajada
Ciertamente la opción de Villarzú en Codelco cambió drásticamente durante este año. Si bien él se veía a sí mismo como continuador en la estatal por otro período de la Concertación en el gobierno -lo que le permitiría continuar con el desarrollo de varios proyectos que surgieron durante su gestión-, las críticas pudieron más en términos políticos. Su gestión al frente de la cuprífera se vio alterada por varios hechos seguidos: los contratos a personas relacionadas, el fuerte crecimiento de los costos en los últimos ejercicios y el acuerdo con la estatal china Minmetals, donde el detalle de la operación -que aún no se materializa- no causó mucha gracia a sectores de la oposición, principalmente a la senadora Evelyn Matthei, por considerar que era una alternativa cara de financiamiento.
Sin embargo, el temor en la cuprífera no sólo proviene del cambio a la presidencia ejecutiva. Al interior de la compañía también existe incertidumbre sobre lo que ocurrirá con varios otros cargos directamente relacionados, como las vicepresidencias o las gerencias generales de las divisiones.
También existe cierta preocupación por lo que en realidad podrán hacer los nuevos ejecutivos a cargo de la empresa. Esto considerando que el gobierno que asume contará con un plazo de 4 años para materializar proyectos, período que en la minería es demasiado breve, considerando que algunas iniciativas tardan hasta 8 años en atravesar todos los períodos de aprobación. Ejemplos actuales de lo que sucederá son claves: la transformación de Chuquicamata en mina subterránea y de El Teniente en mina a rajo abierto son los principales, y de ellos recién podría haber novedades hacia 2013, según los últimos informes.
Fuente/El Diario