Una iniciativa diferente y extraordinaria

Dic 13, 2017

La sencillez y modestia, el espíritu y la generosidad de Leo Mahoney, especialmente en los tiempos que vivimos, marcan una impronta que está lejos de abandonar esta Tierra.

La relación Minería-Comunidad es compleja. Ambas partes tienen aún mucho que decirse y el diálogo está lejos de llegar a un acuerdo, pero su camino está lleno de realidades, algunas notables.

En el Salar Grande, 80 km al sur de Iquique y prácticamente sobre el Océano, en el acantilado de la Cordillera de la Costa, se emplaza sino el mejor, uno de los mejores yacimientos de sal del mundo. Dos empresas importantes operan allí, Salinas de Punta de Lobos y Minera Cordillera. El fundador y dueño de esta última fue el protagonista de un hecho que lo identifica y lo honra como una persona de extraordinaria calidad humana y que acerca la minería a la gente de una manera real.

Leonard Mahoney (1928-2010) fue un empresario y un filántropo. Sus raíces nacieron en Irlanda, cerca de las Montañas Mullaghareirk, hogar centenario de los Mahoney. Su padre llegó a Estados Unidos desde el pueblo de Rock Chapel y allí fundó su familia inmigrante con Cinthia McCann. Leo Mahoney conoció el rigor del trabajo desde niño y en 1950 fundó la empresa Eastern Minerals Inc., hoy una de las mayores comercializadoras de sal en la costa noreste norteamericana. Sus negocios en Estados Unidos, Irlanda y Chile incluyen desde la exportación hasta la recepción final de sal en sus complejos portuarios. Sus negocios en Chile se iniciaron con Salinas Punta de Lobos, pero en la década de 1970 adquiere propiedades mineras en el Salar Grande y derechos para la instalación de un puerto de embarque en Patache. Desde 2007 su empresa, Minera Cordillera, exporta anualmente del orden de 2.000.000 de toneladas de sal de su mina Tenardita, a través de su Terminal de Puerto Patache.

Leonard Mahoney (1928-2010).

Leo Mahoney no fue sólo un empresario exitoso, sino que conquistó a los que lo conocieron con su optimismo, trato amistoso y cordial, su solidez y fortaleza. De todo aquello sobresalía su inmensa compasión, comprendida como el concepto de “padecer con”. Cuando entendía que faltaba algo, allí estaba él, compartiendo generosamente sus recursos con instituciones de caridad o sin fines de lucro, tanto en su país como en Irlanda y Chile, especialmente orientado hacia la educación de los niños con una deteriorada condición social.

Con ese espíritu, Leo Mahoney creó una fundación educacional, basada inicialmente en una donación personal superior a los US$3 millones, para fundar un colegio de Educación Básica y Media en uno de los lugares más vulnerables de Chile, la Población El Boro de la Comuna de Alto Hospicio. Es el moderno y completo Colegio Nazaret, que abrió sus puertas a 300 niños en abril de 2011.

Hoy Minera Cordillera, a través de la fundación, actúa desde el Directorio y Administración del Colegio, aporta económicamente y mantiene una constante preocupación por su éxito y progreso. Más aún, Shelagh Mahoney, presidenta de la empresa y la menor de las hijas de Leo Mahoney, apunta a que el Colegio Nazaret sea uno de los mejores de la región.

La sencillez y modestia, el espíritu y la generosidad de Leo Mahoney, especialmente en los tiempos que vivimos, marcan una impronta que está lejos de abandonar esta Tierra.

Guillermo Chong

Geólogo y profesor titular del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad Católica del Norte.

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