Procesamiento de impurezas, una oportunidad para agregar valor

May 23, 2016

Un adecuado manejo de los residuos implica minimizar sus impactos ambientales, pero también recuperar una gran cantidad de subproductos que hoy se botan en nuestro país.

La presencia del arsénico asociado a la minería del cobre es un hecho que no debe sorprendernos. Por el contrario, se trata de un fenómeno de larga data, no sólo en Chile, también en otras latitudes, vinculado a la explotación de yacimientos o al proceso de fundición de concentrados.

Un estudio del Grupo Internacional de Estudios del Cobre (ICSG) señala que la producción de arsénico ligada a la minería del cobre, a nivel mundial, fue de 82.000 toneladas en 2013 y que prácticamente se duplicará en 2020, alcanzando las 162.000 toneladas. Y es que la mayoría de los nuevos yacimientos presentan altos contenidos de arsénico. En Chile, es el caso del distrito de Calama, en que mientras la ley de cobre cae desde hace casi una década, la ley de arsénico va en alza.

Uno de los principales retos de la actividad minera es extraer y procesar los minerales, minimizando los impactos en el medio ambiente. Por ello, el tratamiento y disposición final de los residuos cada vez más estables es uno de los mayores desafíos, asociado a crecientes exigencias ambientales en Chile y el mundo.

La buena noticia es que el país está siendo parte de la solución, al desarrollar una de las  tecnologías de tratamiento del arsénico que lo estabiliza como un residuo no peligroso, llamado escorodita. La tecnología fue desarrollada y patentada por EcoMetales (N° 50.423), una empresa filial de Codelco, que opera la mayor planta industrial de este tipo a nivel mundial, en Calama.

El proceso permite remover el arsénico desde polvos de fundición y efluentes de refinería, de manera segura para el medio ambiente y sustentable económicamente, al recuperar valores metálicos a partir del proceso. Desde 2007 EcoMetales ha procesado 400 mil toneladas de polvos de fundición, ha recuperado 75 mil toneladas de cobre y desde 2013 ha abatido 7.500 toneladas de arsénico como escorodita.

Un adecuado manejo de los residuos implica minimizar sus impactos ambientales, pero también recuperar una gran cantidad de subproductos que hoy se botan en nuestro país.

Los llamados “metales menores” son recuperados y comercializados desde distintos complejos industriales de Asia y Europa, y son considerados críticos por su escasez, abastecimiento riesgoso e importancia en la industria de alta tecnología. Chile puede (y debe) estar en estos mercados.

En la medida en que se desarrollan procesos metalúrgicos más limpios, se crean las condiciones para recuperar económicamente subproductos. Así, la protección del medio ambiente finalmente se asocia con el desarrollo y la aplicación de tecnologías que recuperan valor, mejorando la sustentabilidad, tanto ambiental como económica.

Por ello, el negocio del futuro es generar y aplicar más conocimiento. La explotación minera intensiva ha generado un gran aporte al desarrollo del país, pero hemos desaprovechado el enorme potencial de un desarrollo con más valor, más integral y sustentable. Los desafíos que enfrenta la minería exigen la implementación de una política de largo plazo, de mayor aplicación de conocimiento e inteligencia.

Chile debe cumplir un rol protagónico e innovador, transformando el desafío del arsénico en una oportunidad y su procesamiento en agregación de valor.

Iván Valenzuela

Gerente general de EcoMetales, empresa filial de Codelco.

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