Suena obvio pero se nos olvida permanentemente: lo más importante que tenemos que hacer cuando se nos vienen los problemas encima es trabajarlos con nuestros equipos. Para eso estamos juntos y en ellos, en sus capacidades, visión, creatividad, dedicación y compromiso con la empresa, está gran parte de la solución a los múltiples problemas que usted está vislumbrando y que le quitan el sueño. Dejemos de lado los paradigmas sobre que el jefe tiene que saberlo todo y que los problemas son su responsabilidad.
Son cuatro los beneficios de compartir sus preocupaciones:
- El primero es que al ponerle nombre a las cosas, éstas automáticamente adquieren una dimensión conocida. Por ejemplo, si usted está preocupado de qué va a pasar si el precio del cobre sigue bajando, el problema es como una nube oscura, poco definida y con muchas aristas abiertas. Al conversarlo con el equipo podemos discutir y entender exactamente cuál es el problema, los plazos, las causas, sus implicancias en nuestro negocio, en nuestros clientes y nuestros competidores, y también una buena estimación del costo de solucionarlo. Al hablar las cosas éstas toman forma y dejan de producir ansiedad.
- El segundo beneficio de juntar a su gente y mostrar abiertamente las dificultades está en acordar que el problema no es sólo suyo sino de todos y, como tal, es lógico enfrentarlo como grupo. Automáticamente la presión baja y se distribuye la fuerza. Pero esto no es fácil, porque intuitivamente tendemos a quedarnos con el problema o bien entregarlo a otros 100%. Compartirlo como equipo es un desafío y va a depender de la confianza y del conocimiento que el equipo tenga de sí mismo. Déjese acompañar por los demás, haga la prueba.
- Lo tercero es que permite entrar en un círculo virtuoso entre las personas. Esta dinámica aumenta el compromiso y hace salir lo mejor de cada uno. El ser humano en general vive y crece en los desafíos y cuando estos se presentan, en un ambiente de equipo, nos energizamos. Como en el estadio, como en una marcha, el estar codo con codo con los nuestros nos llena de una emoción muy constructiva.
- Lo cuarto y más interesante que sucede es que aparecen posibilidades e ideas que usted no estaba viendo necesariamente. En el diálogo respetuoso, en el escuchar y compartir se empiezan a tejer las soluciones que usted estaba buscando. De ahí en adelante estamos en terreno conocido.
La variable más importante es su equipo; la calidad humana y profesional de su gente va a hacer toda la diferencia en momentos complicados. Vuelva a mirar a su gente. Están ahí no por juntar dinero sino porque quieren trabajar con usted. Quieren aprender, colaborar, compartir y sentirse parte de los desafíos.
Está en usted hacer la diferencia y ganar esta partida.