La Minería, palanca de desarrollo para el futuro

Abr 13, 2016

Desde hace tres años que la AIC viene advirtiendo lo que está ocurriendo con la inversión del país y la negativa consecuencia que su baja ha tenido en la tasa de crecimiento del Producto.

Recientemente se publicaron los resultados de los indicadores de actividad de ingeniería de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería (AIC), correspondientes al último trimestre del año pasado. Puntos más puntos menos, la verdad es que la caída en las actividades pre-inversionales de ingeniería parece haber llegado para quedarse en los niveles del orden de la mitad de lo que alguna vez fueron.

Gracias al carácter predictor de sus indicadores de actividad, desde hace tres años que la AIC viene advirtiendo lo que está ocurriendo con la inversión del país y la negativa consecuencia que su baja ha tenido en la tasa de crecimiento del Producto. Ya en junio de 2013, en esta misma columna advertíamos que una caída de 14% en la inversión impactaría la tasa de crecimiento del Producto en 0,4%. La cosa ha sido mucho peor. Tanto la caída de la inversión como su incidencia en el Producto están siendo mucho mayores que lo previsto.

Desde fines de los ‘80 hasta la crisis subprime el país vivió una bonanza sin precedentes. Debido a diversos factores (entre otros, estabilidad macroeconómica, invariabilidad en las reglas del juego, rapidez en los procesos de aprobación de los proyectos, recursos naturales atractivos, baja judicialización de proyectos), la mayor parte de los cuales ya no están, el país vivió un proceso de inversiones como no se había visto antes, con impactos directos e indirectos en la actividad del país (altas tasas de crecimiento del Producto, niveles mínimos de cesantía). No cabe duda que las espectaculares tasas de crecimiento del país estuvieron estrechamente ligadas a la inversión.

[Cabe destacar el Programa Nacional de Minería, que apunta a resolver las
múltiples trabas de distinta naturaleza (técnicas, ambientales y sociales) que frenan la inversión.]

Cabe preguntarnos qué haremos con el país para volver a tener altas tasas y poder acceder al desarrollo. Se ve muy poco probable que volvamos a tener en el mediano plazo un proceso de inversión tan intenso como el vivido. Sin las inversiones en capital fijo que llegaban del exterior ya comienzan a manifestarse algunos problemas que, como consecuencia de la histórica falta de inversión en I+D+i, frenan fuertemente nuestro desarrollo, tales como nuestra baja productividad y la poca diversificación de nuestra industria. En este sentido, no cabe sino destacar los esfuerzos que se realizan desde Corfo y el Ministerio de Economía con sus programas de especialización inteligente, que buscan generar diversificación productiva, sofisticación y sustentabilidad, así como cambios en la formación de ingenieros con el proyecto de Ingeniería 2030.

Sin perjuicio de lo anterior, es necesario reactivar la inversión para seguir creciendo. En este aspecto, cabe destacar el Programa Nacional de Minería, que apunta a resolver las múltiples trabas de distinta naturaleza (técnicas, ambientales y sociales) que frenan la inversión, de modo de seguir creciendo como país minero y, muy importante, utilizar mejor el tamaño de la industria minera para generar diversificación productiva.

Tal como otros y dada la relevancia del sector privado, este programa requiere del concurso activo de las empresas para ser exitoso. Si todo se da bien y las empresas se “suben al carro”, podríamos estar frente a un nuevo camino de desarrollo, similar al vivido por Australia, cuya industria de proveedores de la minería aporta más al país que la minería misma.

Elías Arze

Miembro del Consejo Directivo del Programa Nacional de Minería Alta Ley, miembro de número de la Academia de Ingeniería, y ex presidente de la AIC y del Instituto de Ingenieros de Chile.

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