En los últimos años se han producido grandes cambios en los mercados de commodities y en la industria minera. Entre 2004 y 2011 llegaron a su peak la mayoría de los precios, influenciados por el excepcional crecimiento de China. Posteriormente, entre 2011 y 2015, se generó una caída abrupta de las cotizaciones, por una ralentización de la demanda global y un exceso de oferta generado por la materialización simultánea de muchos proyectos mineros.
El mercado asumía un crecimiento económico de China y de los países emergentes muy por encima de las tendencias históricas, y sin interrupciones. Incluso algunas mineras globales llegaron a publicar que la demanda de cobre refinado se duplicaría entre 2005 y 2020, lo que finalmente nunca ocurrió.
Este excesivo optimismo sobre el futuro de la demanda y el miedo a no aprovechar los altos precios o perder cuota de mercado, sumado al premio en el valor de las acciones de las empresas con grandes portfolios de crecimiento, terminó impactando las decisiones de la industria minera.
Como resultado, se produjeron grandes fusiones y adquisiciones, y se ejecutaron grandes proyectos mineros, muchos de ellos marginales, de baja ley, pobre posicionamiento competitivo, sustentados sólo en el alto nivel de precios proyectado, los cuales hoy están con problemas financieros.
En general, los analistas, bancos y accionistas no fueron capaces de anticiparse adecuadamente al cambio de tendencia que se produciría y sus impactos negativos sobre la industria, olvidando el comportamiento cíclico de los commodities. Destaco con mucho énfasis este punto, por la importancia que puede tener un análisis periódico, integral, objetivo y sin sesgo, del entorno competitivo.
La Inteligencia Competitiva es una metodologia de análisis clave para apoyar una mejor toma de decisiones, involucrando el análisis de múltiples fuentes de información para identificar tendencias relevantes del entorno competitivo, que ayuden a los ejecutivos a tomar mejores decisiones, agregando valor. Considera las lecciones aprendidas del pasado, la situación y tendencias del presente y la proyección de escenarios futuros posibles del mercado y la industria.
La Inteligencia Competitiva posibilita, entre otros:
- Anticipar probables escenarios y perspectivas futuras de los mercados de commodities e insumos.
- Comprender el grado de competencia del negocio donde se desenvuelve la compañía, entendiendo las estrategias de sus competidores y los probables impactos.
- Determinar oportunidades y amenazas a la empresa.
- Conocer el posicionamiento competitivo relativo (costos, rentabilidad, proyectos, KPIs, etc.) actual y proyectado de la empresa.
- Generar y/o revisar periódicamente la estrategia corporativa, identificando brechas y estableciendo prioridades, permitiendo la definición de metas e indicadores de desempeño de corto, mediano y largo plazo.
- Determinar la razonabilidad de estimaciones de parámetros utilizados para la toma de decisiones.
Los ejecutivos mineros manejan muy bien los aspectos técnicos de sus decisiones, pero la mayoría no incluye a cabalidad los aspectos del entorno competitivo donde se desenvuelve el negocio. Las decisiones estratégicas o relevantes requieren una mirada integral profunda de todos los ámbitos internos y externos del negocio. Estoy convencido de que los factores asociados al entorno competitivo son los que principalmente determinan el éxito o fracaso de un negocio.