¿Por qué es importante medir el impacto de la inversión social?

Feb 8, 2017

Medir el retorno de una inversión social y evidenciar que el impacto de ésta es positivo es clave para generar un relacionamiento empresa-comunidad efectivo.

En los últimos años hemos visto cómo se han ido robusteciendo y sofisticando las estrategias de relacionamiento de las empresas mineras con la comunidad; los equipos dedicados a este tema han crecido, quienes lideran estas prácticas tienen cargos cada vez más estratégicos dentro de las compañías y los montos de inversión social han ido aumentando. Las mismas empresas reconocen que la relación con la comunidad ha pasado de ser un tema de gestión de riesgo, a ser parte de la estrategia del negocio.

Esta mayor relevancia trae consigo más exposición y responsabilidad. Como ocurre con cualquier inversión, respecto de las que se hacen en la comunidad tanto los directorios de las compañías, como la propia comunidad, esperan que generen un determinado resultado. Si hasta ahora la sola evidencia de la realización de actividades podía ser indicador suficiente para evaluar el éxito de una iniciativa, hoy las expectativas se han elevado.

Esto es parte de los hallazgos que se identificaron en dos estudios realizados por EY en 2016: “Visión de la comunidad sobre la inversión social de la minería: caso de la comuna de Sierra Gorda” y “Benchmark de la gestión de inversión social de la minería”. Por un lado, las empresas, en particular sus directorios, esperan que se identifique el logro de los objetivos propuestos y el impacto de estas iniciativas en su reputación y en otros indicadores que se relacionan con la sustentabilidad y el valor para la empresa. Por el lado de los beneficiarios y la comunidad, se pretende que éstas aborden intereses y necesidades relevantes y que su implementación cumpla con sus expectativas.

Es por esto que medir el retorno de una inversión social y evidenciar que el impacto de ésta es positivo es clave para generar un relacionamiento empresa-comunidad efectivo.

La medición de este retorno presenta al menos dos grandes desafíos. El primero se relaciona con el proceso de diseño de las estrategias de relacionamiento y de las iniciativas a desarrollar. El diseño deberá identificar el problema a abordar, los resultados esperados, metas e indicadores, y considerar la participación de la comunidad en esta identificación, para asegurar así la relevancia del proyecto y que los resultados estén alineados con sus expectativas.

El segundo desafío se relaciona con llevar a cabo la medición de resultados/impacto, proceso que requiere inversión de trabajo y capital,  conocimiento especializado,  acceso a fuentes de datos, participación de grupos de partes interesadas y una comunicación efectiva.

Sin perjuicio del esfuerzo que significa hacer esta medición, hay cada vez más conciencia sobre su utilidad, pues sirve para tomar decisiones sobre escalar o desechar iniciativas, mejorar la pertinencia de la inversión, pasar de una comunicación descriptiva a una comunicación de desempeño y, finalmente, permitirá legitimar el valor de la inversión social, tanto internamente como frente a la comunidad.

Alejandra Medina

Directora de Sostenibilidad de EY.

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