Escasez hídrica: Se requiere visión de largo plazo y global

May 5, 2015

Para resolver la escasez relativa de agua en algunas zonas del país es necesaria una visión de largo plazo e integrada en relación a las necesidades versus la disponibilidad, además de un diálogo social que involucre a todos los actores relevantes.

El agua es un insumo clave para el desarrollo futuro de la minería, especialmente considerando que la mayor cantidad de faenas mineras en Chile se encuentra en la zona centro-norte. Siendo uno de los países con mayor disponibilidad de agua en el mundo (53.000 m3/persona/año versus 6.600 m3/persona/año correspondientes al promedio global), entre las regiones de Arica y Parinacota y la Metropolitana existe una disponibilidad del recurso inferior a 1.000 m3 por persona anual, mientras el mínimo necesario para el desarrollo sustentable es de 2.000 m3 por persona anual. Cabe destacar que esta zona representa un 44% del territorio continental.

Así, el problema del agua en Chile es de gestión del recurso, de cómo se maneja la abundancia en términos absolutos y la escasez relativa en ciertas zonas del país. Si bien el mercado es un eficiente asignador de recursos en la economía, el del agua en Chile no ha funcionado como un instrumento adecuado para facilitar el desarrollo y promoción del uso eficiente del recurso en general. Por ello, es necesaria la adopción de medidas que contribuyan a un mejor y más transparente funcionamiento del sistema, entre las cuales está mejorar la información pública. Y estas medidas deberían ser acordadas entre agentes públicos y privados, siendo el Estado fundamental en su rol de facilitador del correcto funcionamiento del mercado, pero dando espacio al emprendimiento empresarial que permite el desarrollo de los países.

En opinión de Sonami, la solución pasa por al menos dos factores básicos. El primero es tener una mirada a largo plazo que permita planificar lo que sucederá con la oferta y la demanda en el futuro, que se complemente con una mirada de corto plazo para solucionar el problema coyuntural. El segundo factor básico es que para consensuar las soluciones exista un diálogo social sobre la gestión integrada del agua.

En relación a la mirada de largo plazo, promovemos una planificación a 50 años, que dé garantía de abastecimiento, considerando la disminución de la dependencia de aguas-lluvias, cada vez más escasas. Hay exitosas experiencias internacionales, como la de Singapur, con una planificación a 100 años y cuya estimación es que hacia 2060 el 80% del abastecimiento provendrá de recirculación de agua y de desalinización. Respecto de las medidas de corto plazo, es necesario regular las extracciones según la disponibilidad real de los acuíferos, para lo cual se requiere un monitoreo de su comportamiento, entre otros.

Relativo al diálogo social sobre la gestión integrada del agua, éste debería considerar a todos los actores, públicos y privados, que tienen injerencia a nivel de cauces y cuencas. Esto permite, además, el involucramiento de dichos actores relevantes, necesario para la sana convivencia que requiere la solución de los problemas.

En resumen, para resolver la escasez relativa de agua en algunas zonas del país es necesaria una visión de largo plazo e integrada en relación a las necesidades versus la disponibilidad, además de un diálogo social que involucre a todos los actores relevantes, para alcanzar una solución de la cual se sientan parte.

María Cristina Betancour – Economista especialista en temas mineros

Economista especialista en temas mineros

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