El dilema de Codelco y del país

Mar 3, 2014

En los últimos años se entabló un intenso debate entre Codelco y el Fisco sobre la capitalización que este debería autorizar. Ello es crucial, ya que determina el endeudamiento que deberá adquirir la compañía para llevar adelante las inversiones que el dueño apruebe. En una empresa privada es el dueño el que autoriza el ritmo […]

En los últimos años se entabló un intenso debate entre Codelco y el Fisco sobre la capitalización que este debería autorizar. Ello es crucial, ya que determina el endeudamiento que deberá adquirir la compañía para llevar adelante las inversiones que el dueño apruebe.

En una empresa privada es el dueño el que autoriza el ritmo y el momento del crecimiento futuro de la empresa, y ello lo hace en reuniones con el directorio o con el presidente de este, previa consulta sobre las rentabilidades y otros aspectos que pueden esperarse de los potenciales proyectos. Es el presidente del directorio el que conoce las alternativas que tiene la empresa, las que, previamente, le han sido informadas por el gerente general. Ahora, cuando el dueño considera que las opciones presentadas no son las óptimas o bien cuando concluye que la empresa no está bien manejada, se lo indica al directorio, exigiéndole mejores resultados. El dueño tiene la palanca para cambiar el directorio, y a los ejecutivos, según crea necesario.

La relación entre el dueño y el directorio en una empresa privada es transparente, por cuanto así lo requiere el mercado. Un anuncio sobre futuras inversiones realizado por el gerente general o por el presidente de una compañía cuenta ya con la aprobación del dueño, y con los recursos frescos que la empresa requiere.

En el caso de Codelco ello no ha sido así. El conjunto de proyectos propuestos por Codelco al dueño en 2010 fue aprobado por la junta de accionistas, integrada por los Ministros de Hacienda y Minería –y en la que el Presidente de la República- ha tenido un importante decir- pero estos parecen no haber reparado que ello requería un nivel de financiamiento del Fisco muy superior a lo que este había otorgado históricamente. Entonces, los proyectos siguieron adelante, pero a la hora de las decisiones, el Fisco entregó desde 2012 mucho menos recursos a la empresa que los estipulados en el plan de inversiones.

Con el actual apoyo del dueño en cuanto a capitalización, Codelco puede ejecutar su plan solo incurriendo en un endeudamiento que sería excesivo.

Entonces, lo crucial es que Codelco ajuste sus planes a lo que quiere su dueño, el Fisco. Este debe comprometer un aporte no solo para un año sino para varios. Codelco debe seleccionar los proyectos que llevará adelante primero, postergando otros, ya que parece poco probable que el Fisco, dada la demanda social, quiera destinar a Codelco todos los recursos solicitados. Es realista pensar que la empresa no podrá llevar a cabo su plan como estaba contemplado, a menos que venda algunos activos.

¿Qué proyectos posterga y cuáles lleva adelante? El análisis es complejo. El único proyecto que no se puede retrasar por ahora es el Nuevo Nivel Mina de El Teniente, pues es el único que está en plena construcción. Todos los otros necesitan aún el visto bueno del directorio para comenzar la construcción.

Si no se hiciera ninguno de los proyectos que aún no se aprueban, la producción de Codelco a 2025 sería de 1 millón de toneladas de cobre. Si se hacen todos, su producción sería 2,5 millones de toneladas. Este es el dilema que tiene Codelco y el país.

Gustavo Lagos

Profesor de Ingeniería de Minería de la Pontificia Universidad Católica.

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