El buen feedback

Dic 4, 2014

Ya estamos terminando el año y es buen momento de tomarse un tiempo para planificar, darle forma y entregar un buen feedback a las diferentes personas que conforman nuestro equipo. El rol del líder sin este delicado trabajo se debilita considerablemente. Más allá de las evaluaciones oficiales, los 360 y todas las herramientas que se […]

Ya estamos terminando el año y es buen momento de tomarse un tiempo para planificar, darle forma y entregar un buen feedback a las diferentes personas que conforman nuestro equipo. El rol del líder sin este delicado trabajo se debilita considerablemente.

Más allá de las evaluaciones oficiales, los 360 y todas las herramientas que se empiezan a aplicar por estos días en las empresas, una conversación franca, cara a cara, que incluya el reconocimiento de los logros y avances de las personas, que agradezca el compromiso y los aportes y que defina las metas para el próximo año, es fundamental para conocer a las personas, desarrollar los talentos y sacar lo mejor de cada uno de los miembros del equipo.

Lo clave aquí es preocuparse de tres cosas. Primero, planificar, ya que es importante el contenido de la conversación. Preparar notas, buscar argumentos y ejemplos concretos para los juicios o valoraciones que se quiera entregar. No olvide conectar estas cosas con la estrategia de la empresa y ser coherente con las conversaciones que usted ha ido teniendo durante el año con esa persona. Es recomendable revisar este plan unos días después, cuando esté en otro estado de ánimo; de esta manera se podrán incorporar los matices y énfasis necesarios, y distinguir lo importante de lo urgente. Hágase cargo de lo que dice y anticipe posibles resistencias.

Las personas no somos capaces de hacer muchas cosas a la vez. Si usted sugiere cinco metas distintas, seguro que no logrará avance en ninguna. Mejor concentrarse en uno o dos objetivos y posteriormente apalancar esos buenos resultados para avanzar en otros frentes.

Lo segundo es asegurarse de tener un buen momento. Hacerse del tiempo necesario, citar con anticipación, preocuparse del estado de ánimo e invitar a un momento de aprendizaje hace mucho sentido para que exista una buena recepción. Evitar interrupciones y darle importancia a la conversación seguramente mejorará el nivel de escucha de su interlocutor. Otra sugerencia que hace toda la diferencia: no mezcle las cosas y deje la conversación de los bonos para otra oportunidad. Usted va a hablar de desarrollo y crecimiento personal; no es bueno mezclarlo con los resultados del negocio.

Y lo tercero es ponerse al lado, no al frente de la persona. Esto tiene un sentido físico y también sicológico. Sentarse al frente, con un escritorio de por medio, no es lo más cercano ni comprometido. Muchas veces las cosas de las que hablamos tienen que ver con nuestras debilidades y nuestro interior, y una mirada frente a frente puede ser muy dura. Mucho mejor es sentarse al lado, hombro con hombro, hablar entre personas que comparten el 99% del ADN y no entre seres de diferentes categorías. Conversar de lado nos abre la posibilidad de recibir algún valioso feedback también para nosotros, lo que en una conversación jerárquica es muy improbable que ocurra. Por otra parte, genera cercanía y una mayor intimidad, permitiéndonos asumir juntos los desafíos de crecimiento personal y colectivo que queremos para el próximo año.

Nadie se mejora a sí mismo mirándose al espejo y deseando ser diferente. El verdadero desarrollo viene de la interacción, del feedback y de la corrección afable y sincera entre los pares.

 

José Luis Barroilhet, consultor de Spencer Stuart.

Consultor de Spencer Stuart. 

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