(El Mercurio de Calama) En Calama el 34% del valor del un litro de bencina de 95 octanos corresponde al impuesto específico a los combustibles, gravamen que fue instaurado en 1985 con el objetivo de financiar la reconstrucción después del terremoto de ese año, que el senador Pedro Araya propone extender a la gran industria minera, naviera, aérea, forestal y energética, que hoy gozan de franquicias tributarias.
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