Los efectos de las catástrofes en el norte y sur de Chile

Feb 11, 2019

Las mineras, pese a estar acostumbradas a operar en condiciones climáticas extremas, en algunos casos se vieron superadas por la magnitud del fenómeno.

(El Mercurio) Hay noticias en desarrollo y ésta. Once regiones del país permanecen con algún grado de alerta decretada por el Gobierno a consecuencia de las fuertes lluvias que está dejando un invierno altiplánico que este año se manifestó con una intensidad inusual, y los numerosos focos de incendios forestales que, al cierre de esta edición, se registraban en las zonas norte y sur del país, respectivamente. Todo está en desarrollo porque era imposible estimar el término de las precipitaciones ni la extinción total de los incendios.

Los sectores productivos más afectados con estas catástrofes varían según la geografía. Mientras en el norte cuatro faenas mineras debieron paralizar sus operaciones y otras cinco activaron planes de contingencia que en alguna medida alteraron la actividad normal en sus instalaciones, pese a que muchas de estas minas están habituadas a responder al fenómeno de lluvias en la temporada estival, así como a las inclemencias climáticas invernales en la alta cordillera.

La estatal Codelco paralizó en forma preventiva las operaciones en sus divisiones Chuquicamata y Ministro Hales, mientras que la estadounidense Freeport hizo lo propio a partir del martes de esta semana en El Abra. Todas estas faenas están ubicadas en la Región de Antofagasta, mientras que en la Región de Arica y Parinacota la productora de ácido bórico, Quiborax, también debió detener sus labores debido al daño registrado en algunas de sus instalaciones.

Desde Freeport informaron el viernes que su foco ha estado en evaluar los daños generados y despejar caminos para acceder a sus instalaciones en forma segura. «No tenemos pronóstico de reinicio de actividades operacionales, toda vez que se pronostican condiciones climáticas adversas en la zona», indicó la empresa.

El estado de alerta ha sido la tónica de la industria minera durante estos días. Las operaciones que siguieron trabajando lo hicieron en esta condición. Esto implicó, por ejemplo, realizar traslados de trabajadores solo durante el día y evaluar la conveniencia de realizar nuevos cambios de turno dependiendo de la evolución de las condiciones del clima, como informó la minera Doña Inés de Collahuasi, que está ubicada en la Región de Tarapacá. Lo mismo hizo Codelco en sus divisiones Radomiro Tomic y Gabriela Mistral, mientras que en general las compañías redoblaron el monitoreo y reforzaron estructuras -como tranques de relaves- que podrían ser críticas ante la persistencia de precipitaciones durante varios días y los pronósticos que anticipaban un aumento de éstas durante el fin de semana.

Electricidad, agua y agricultura, también con problemas

En paralelo a las acciones preventivas de sus faenas, las mineras activaron acciones para apoyar a las comunidades aledañas a sus operaciones, las que en muchos casos quedaron aisladas y también entregaron asistencia a ciudades más importantes como Calama, donde la falta de agua fue uno de los problemas más graves, ya que el suministro eléctrico -salvo situaciones de fallas muy específicas los días miércoles y jueves, las que fueron rápidamente recuperadas, según informó el Coordinador Eléctrico Nacional- se ha mantenido sin problemas durante esta emergencia, según indicaron en CGE, que atiende a los clientes residenciales en las tres regiones más afectadas por este fenómeno climático.

Las lluvias en el norte comenzaron la semana pasada y en el caso de Aguas de Antofagasta provocaron daños en su infraestructura de captación y problemas para la operación de sus plantas debido a la turbiedad. A raíz de esto durante varios días de esta semana la concesionaria operó en forma parcial, alternando cada doce horas el abastecimiento para el 50% de los clientes en Calama. El viernes, el gerente general de la firma, Carlos Méndez, indicó que estaba en condiciones de iniciar el restablecimiento del suministro «luego de todos los esfuerzos para recuperar los daños generados». «Estamos en medio de un evento climático extremo y casi catastrófico que no se daba hace 100 años. Las condiciones pueden cambiar significativamente en los próximos días, de acuerdo al nivel de las lluvias en la alta cordillera y en Calama», advirtió el ejecutivo, dando cuenta de lo frágil de la situación en esa zona.

Al cierre de esta edición, Aguas del Altiplano, que atiende en las regiones del extremo norte, informó que todos sus servicios estaban operando normalmente, su infraestructura no había sido afectada y mantenían activos planes de monitoreo permanentes, según indicó el gerente regional de la firma, Cristián Barahona.

La agricultura nortina también se ha visto afectada. Según datos preliminares del Ministerio de Agricultura en Arica se ha registrado destrucción de invernaderos, de estanques de acumulación de agua y bombas de riego, así como rotura de canales comunitarios o tapados con lodo. También se ha registrado pérdida de insumos, guano, forraje, ganado y la caída de frutos y floras. En total, 135 agricultores Indap se han visto afectados. Mientras que en Putre suman seis, principalmente con daño de canales y estanques de acumulación de agua, así como pérdida de animales.

En Calama y San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta, suman 114 afectados en frutales, ganado, obras de riego (canales y bocatomas), infraestructura productiva, hortalizas, producción forrajera y turismo rural. En la Región de Tarapacá, en comunas como Camiña y Huara, suman 242 agricultores Indap afectados con pérdida de cosechas de cultivos por el desborde de ríos, arrastre de sedimento y material; pérdida de suelo agrícola, además de aterramiento de canales, ruptura de bocatomas, tranques de acumulación, defensas fluviales, y la consecuente pérdida de corrales y animales.

En total, según el Minagri, hay 497 agricultores Indap afectados en el norte. Hasta ahora.

Hectáreas forestales quemadas bordean las 26 mil

Otro escenario es el que se vive en el sur del país, entre las regiones de Ñuble y Magallanes, con los incendios forestales y las altas temperaturas registradas.

A las 00:05 horas del sábado, la cifra de terrenos quemados llegaba a 25.958,03 hectáreas, a raíz de 2.215 incendios en la temporada 2018-2019 entre las regiones del Biobío y Magallanes, según datos de la Conaf. En tanto a nivel país la superficie arrasada ascendía a 35.660,12 hectáreas producto de 4.040 focos de incendio.

Según datos de Corma, sus empresas socias destinaron US$ 85 millones para esta temporada, lo que se traduce, entre otros, en 24 aviones, mismo número de helicópteros, tres megahelicópteros pesados para el traslado de 10 mil litros de agua, cada uno. Además de 2.500 brigadistas, 188 torres de vigilancia y detección de incendios; 32 bases de carguío para proveer de agua a las brigadas y la construcción de 14.500 km de estructuras de protección (cortafuegos).

Por su parte, Arauco informó que esta temporada están invirtiendo US$ 40 millones, lo que entre otras medidas incluyó la construcción de 6.300 kilómetros en estructuras de protección, 4.315 kilómetros en estructuras de protección a conglomerados y 485 kilómetros de cinturones de protección en zonas habitadas, así como 5.000 hectáreas de franjas de amortiguación y sin plantación.

En cuanto a dotación de aeronaves para la extinción del fuego, se mantuvieron 13 helicópteros tradicionales, 13 aviones de combate y un avión de coordinación y observación, además del helicóptero Erickson Aircrane «Annie» utilizado en la temporada 2018, al que se suma una segunda aeronave, el «Sun Bird».

En tanto, CMPC dijo que destinó cerca de US$ 30 millones para 20 aeronaves, entre ellas el megahelicóptero Chinook, capaz de lanzar 10 mil litros de agua; ocho helicópteros medianos; nueve aviones cisterna tipo AT y dos aeronaves de vigilancia y coordinación.

Una de las lecciones que el sector sacó de la última temporada de incendios 2017-2018 es que durante todo el año había que trabajar con las comunidades y la autoridad para estar preparados ante una nueva emergencia. Según la Corma, se organizaron 300 comités de vecinos en una red dedicada a prevenir incendios en 73 comunas de siete regiones.

De acuerdo a las estadísticas del gremio al viernes, las empresas forestales asociadas han combatido 1.095 incendios, concentrados en las regiones del Biobío y La Araucanía, y la mitad corresponde a siniestros en terrenos de terceros, es decir, fuera de los predios forestales.

«Se ha definido un protocolo de las capacidades públicas y privadas para que aquel grupo de combate que esté más cerca del foco de incendio sea el primero que concurra, sin distinguir si el equipo especializado es público o privado», indicó el presidente Corma, Juan José Ugarte.

El sector agrícola también se ha visto afectado en estas zonas. Según el reporte preliminar del Ministerio de Agricultura, en la Región del Biobío, en las comunas de Quilaco y Laja, hay tres agricultores Indap afectados con quema de bosque nativo y praderas, además de viviendas dañadas por el fuego. Pero es la Región de La Araucanía la que concentra los mayores problemas con 96 beneficiarios Indap y otros 29 que no son parte de esos programas sumando 125 afectados en comunas como Angol, Carahue, Cholchol, Perquenco, Victoria y Galvarino, quienes principalmente han reportado problemas con plantaciones renovales de eucaliptos y quema de invernaderos, bodegas, cercos, viviendas, maquinaria agrícola y bombas de riego. Así como la quema de praderas y empastadas para animales. También han perdido siembras como lupino, trigo y avena.

En cuanto a los tendidos eléctricos, respondieron desde Saesa, que durante las últimas semanas distintos focos de incendio han afectado a su zona de concesión (desde Ñuble a la Región de Aysén), por lo que activaron un plan de contingencia especial, «Hemos tenido que desenergizar las líneas para que personal de Bomberos o Conaf pueda combatir el fuego de manera segura y, por otro, después de que los focos han sido controlados, hemos enfrentado la tarea de reconstruir las redes que puedan haber resultado dañadas. Para esto último, hemos reforzado nuestro personal de terreno, aumentando su despliegue y horas de labores, con el fin de reponer el servicio en el menor tiempo posible», dijeron.

En la Región de La Araucanía han sido afectados parcialmente en las comunas de Carahue, Nueva Imperial y Cholchol y Galvarino. Esto, porque a solicitud de la autoridad han debido desconectar sus redes eléctricas para que personal de Conaf pueda realizar sus labores sin riesgos eléctricos. Producto de esto, cerca de 2.500 clientes estuvieron sin suministro durante los días 3 y 4 de febrero, pero, hasta el miércoles 6 de febrero, tenían el 90% de sus instalaciones restauradas y conectadas.

En SalmonChile indicaron que hasta ahora no han registrado problemas en plantas productivas con los incendios y tampoco con las altas temperaturas registradas durante la semana en las regiones de la zona sur donde esta actividad se concentra. En todo caso, el gremio y sus empresas asociadas se encuentran monitoreando la temperatura del agua y el ambiente para detectar la explosión de algas nocivas, lo que hasta ahora no se ha registrado.

En las viñas tampoco se han reportado incidentes.

En el gobierno indicaron que aún es pronto para entregar un monto de los daños en las once regiones, las que al cierre de esta edición mostraban afectación ya sea por incendios forestales o la acción del invierno altiplánico.

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