CAP y Gerdau AZA alertan que «la industria siderúrgica nacional se encuentra fuertemente dañada»

Mar 12, 2018

La medida adoptada por el Presidente Trump de poner aranceles al acero del 25% cayó como balde de agua fría en el mundo, pero también en Chile, donde las dos empresas productoras ya libran una batalla contra el acero mexicano que estiman llega a precios distorsionados por subsidios y ayudas. Y ahora, dicen expertos, podría sumarse el efecto de la desviación de comercio y que la producción de China y otras naciones inunde otros mercados.

(El Mercurio) No fue una bravata ni un anuncio sin consecuencias. Este jueves, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, oficializó que impondrá aranceles para el acero del 25% y de 10% para el aluminio, exceptuando por ahora a los productos de México y Canadá. Rodeado de obreros siderúrgicos que concurrieron  ex profeso a la Casa Blanca, el Mandatario firmó los decretos respectivos.

La medida cayó como balde de agua fría en el mundo y puede desatar una guerra comercial a nivel mundial. En lo inmediato, provocó que la Unión Europea -Alemania, Francia e Italia están entre los principales productores de acero del mundo- anunciara represalias contra otras industrias emblemáticas estadounidenses: whisky bourbon , las motos Harley Davidson y los jeans Levi’s.

Pero además, según expertos, provocará una desviación de comercio hacia terceros mercados y podría terminar afectando a Chile. Y no podía ocurrir en el peor momento, pues la industria siderúrgica chilena ya está en crisis.

De hecho, el pasado 12 de enero, CAP y Gerdau AZA solicitaron a la Comisión Antidistorsiones del Banco Central un aumento en la tasa arancelaria para barras de acero para hormigón importadas por la mexicana Deacero, de 38,2%. En la presentación a la entidad, las empresas hacen ver que «la industria siderúrgica nacional se encuentra fuertemente dañada a causa de importantes distorsiones en los precios de las importaciones de tales productos».

En concreto, el escrito señala que los productos provenientes de México «han continuado ingresando al país a precios distorsionados por dumping (subsidios o ayudas indirectas)».

En el mundo acerero, Chile carece de peso. El 50% de la producción viene de China; seguida de Japón, con 6,4%, India, Estados Unidos y Rusia , y nuestro país ni siquiera está dentro de los 50 mayores productores del mundo.

El economista Jorge Bravo, socio de Quiroz & Asociados, explica que una medida como la adoptada por Trump genera represalias en los países productores, especialmente porque se hace fuera de lo establecido en la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo que da espacio para la discrecionalidad. Hizo ver que ya en 2002, Estados Unidos elevó el arancel al acero y fue tal la reacción de sus socios comerciales, en especial la Unión Europea, que a los 20 meses se desmanteló la medida, que costó millones de empleos en Estados Unidos y Europa.

Bravo explica que estas alzas de tarifas aduaneras producen desviación de comercio hacia terceros países, pero no se sabe con antelación quién recibe el acero que quedaría fuera de Estados Unidos. «Lo que sí es que contribuye a distorsionar los precios aún más», detalla. «América Latina y Chile ya están muy afectados por el aumento de la producción en China que llega a estos mercados y esto puede acrecentar este efecto», añade.

En todo caso, la inundación de acero barato en el mundo debido a la desviación de comercio podría tener una contracara y eventualmente beneficiar a la industria manufacturera local metalmecánica que aún existe en Chile (ver artículo en B 9), y que requiere de insumos de acero baratos para sobrevivir.

La delgada línea entre proteger y distorsionar el mercado

El presidente del sindicato N° 1 de Huachipato, Héctor Medina, comprende, por un lado, la postura del Mandatario norteamericano porque «Donald Trump está haciendo presión ante la competencia desleal de China y otros países que otorgan subsidios y dumping a sus productos, buscando en definitiva defender la industria del acero y los puestos de trabajo que genera».

Sin embargo, alerta que esto puede complicar a países más chicos, como Chile, y hace ver que aunque la industria local pide alza de aranceles, «no busca proteger su mercado». Enfatiza que «el caso de Chile es distinto, porque lo que CAP Acero y Gerdau AZA solicitan es un derecho antidumping, que es muy diferente al proteccionismo que está haciendo Trump». Y alerta: «lo que resuelva Estados Unidos puede afectarnos respecto a las importaciones extranjeras».

Si uno ve los números de CAP, la icónica Compañía Siderúrgica de Huachipato registró una pérdida neta de US$ 21,3 millones al cierre del 2017, un 10,6% mayor que la cifra del año anterior.

Según informó CAP, este saldo en rojo se explica por los repentinos incrementos experimentados durante la primera mitad del presente año en los precios del hierro y carbón, principales materias primas de la operación siderúrgica y «la mantención de las distorsiones de precio, solo marginalmente corregidas por medidas solicitadas e impuestas por las autoridades», señalan en el grupo acerero, que evitó hacer un pronunciamiento oficial relativo a las medidas de Trump debido a que aún están en análisis interno.

En el mundo acerero, Chile carece de peso. El 50% de la producción viene de China; seguida de Japón, con 6,4%, India, Estados Unidos y Rusia. Nuestro país ni siquiera está dentro de los 50 mayores productores del mundo.

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