Disidentes de sindicato de Escondida denuncian amenazas

Feb 5, 2018

Denunciantes aseguran que la actual directiva del Sindicato N° 1 de la faena cuprífera privada más grande del país ha sido negligente en el manejo económico de la entidad.

(El Mercurio) A casi un año de iniciada la huelga más larga de la historia de Minera Escondida, que se prolongó por 44 días y sin éxito en las negociaciones, se han intensificado las disputas al interior del sindicato de la minera privada.

Un grupo de trabajadores de un gremio alternativo al sindicato N° 1 de Escondida realizó una serie de denuncias en contra de la actual dirigencia. La situación ocurre en el marco de un posible proceso de constitución de un nuevo gremio.

El pasado jueves 1 de enero, los disidentes del sindicato oficial inscribieron la organización, el directorio y los estatutos de esta entidad, bajo la fiscalización de la Dirección del Trabajo. El proceso culmina el próximo viernes, y en caso de llegar a buen término, el nuevo gremio debería empezar a operar cinco días después.

Pero según Marcelo Fonseca, aspirante a la dirigencia del sindicato alternativo, han sido sujeto de amenazas de muerte, víctimas de acusaciones de intentar dividir a los trabajadores y de prácticas antisindicales. «La directiva del Sindicato N° 1 ha tratado por todos los medios de obstaculizar la formación del nuevo sindicato. Eso es una práctica desleal y antisindical, ya que se está ejerciendo la fuerza para impedir el normal desarrollo del proceso de constitución», señala el dirigente.

Además, Fonseca acusa a la directiva de prestaciones impagas en los servicios de salud, que tienen convenios con el sindicato.

Desde el Sindicato N° 1 de Escondida señalan que la «denuncia carece de argumentos y aún no es legal, es más bien solo un comunicado, entonces como sindicato no hay nada que decir».

La disputa al interior de Escondida no es una situación nueva. A mediados de enero, la dirigencia sindical inició en las ciudades de Iquique y La Serena una consulta junto a sus afiliados, con el objetivo de abandonar la federación minera.

En ese momento, y a modo de incentivo, el sindicato ofreció el sorteo de camionetas entre todos los participantes. Por esos días, según consignó «El Mercurio», había voces disidentes a la actual dirigencia.

En ese minuto se planteó que una de las salidas era realizar una nueva organización, buscando una negociación colectiva anticipada. En los días previos a esa situación, un hecho similar ocurrió en Antofagasta, sin la concurrencia esperada.

Lo anterior surgió debido a las divisiones internas que aparentemente se gestaron al interior del sindicato, donde un grupo de trabajadores está descontento con los resultados de la negociación colectiva del 2017, que no llegó a puerto.

En tanto, para mediados del presente año se debiese iniciar un nuevo proceso de negociación colectiva en Escondida, pero no hay ninguna clase de acercamientos con la plana mayor de la empresa, según fuentes conocedoras que aseguran que el ambiente está tenso.

En la huelga, ocurrida entre febrero y marzo del año pasado, el Sindicato N° 1 solicitó un bono por término de negociación colectiva equivalente a $25 millones, monto rechazado por la minera. Lo anterior desató la extensa paralización mencionada.

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