Gerardo Jofré: «Tengo mi conciencia muy tranquila, Codelco no es una caja pagadora de favores»

Jun 6, 2017

El actual director de Soquimich enumera algunas de las operaciones investigadas. También ejemplifica que otros directores estaban expuestos a negocios con personas o empresas relacionadas.

(El Mercurio) La semana pasada, «El Mercurio» dio a conocer una investigación de la Contraloría General de la República (CGR) a Codelco por contratos por casi US$ 800 millones asignados entre 2013 y 2015 de forma directa -sin licitación pública- a empresas proveedoras relacionadas a ejecutivos de la firma, que representan casi un 3% de todos los contratos de la estatal.

Parlamentarios de Chile Vamos anunciaron una querella contra quienes resulten responsables de supuestas irregularidades, acusando la posible existencia de delitos por negociación incompatible y fraude al fisco.

Gerardo Jofré, actual director de Soquimich y ex presidente del directorio de Codelco desde 2010 hasta mayo de 2014 y director de la estatal hasta igual mes de 2017, dio su visión sobre estos hechos.

-¿Cuál es su opinión sobre los cuestionamientos de la Contraloría?

«La mayor parte de esos más de US$ 700 millones corresponden a contratos con Finning (Caterpillar). Todas estas operaciones se veían tanto en el Comité de Directores como en el directorio que las aprobaba, porque pese a que una persona de la empresa tenga un parentesco con alguien de Finning, no por eso vamos a dejar de tener operaciones con Caterpillar. Además, todo se hacía a precios de mercado. Gran parte de los camiones mineros y muchos otros equipos en Codelco son Caterpillar y hay que comprarle los repuestos, es normal que se haga. Esos son muchos millones de dólares. El hecho de que haya parientes no significa que no se puedan hacer negocios».

«Otra empresa que tendría gran preponderancia en estas operaciones que se están cuestionando es Hatch, que es una de las firmas de ingeniería minera más grandes del mundo. Codelco tiene que operar con ellos».

«También hubo contratos con Sodimac, donde Nicolás Majluf, que fue presidente de Codelco hasta 2010, tiene un familiar que trabaja en dicha empresa. Pero eran compras muy pequeñas».

«Otro caso: Marcos Lima, que era director de Codelco, también lo era en Salomon Sack, firma a la que a veces les comprábamos acero. Eso se presentaba en el directorio y Marcos Lima inmediatamente se retiraba de la sala. Lo mismo pasaba con Blas Tomic (director). Un hermano de él era un alto ejecutivo de PanAust, firma socia de Codelco en el proyecto Inca de Oro. Cuando se hablaba de estas operaciones relacionadas, él se iba de la sala y no participaba en la toma de decisiones. Y así hay más ejemplos: un hermano de Marcos Büchi era socio de una auditora grande y, en estos casos, Büchi también salía de la sala. En mi caso, como director de Latam Airlines, no excluíamos las operaciones de compra de pasajes para los funcionarios, porque pasaban por política de habitualidad».

«Todas estas operaciones pasaban por el directorio, porque no queríamos que hubiera influencias indebidas. Nos preocupábamos de que los funcionarios de Codelco no tuvieran intervención alguna en los contratos con sus familiares».

-¿Existe, a su juicio, un exceso de discrecionalidad al interior de Codelco, que arriesga que la firma sea una caja pagadora de favores?

«No es una caja pagadora y trabajamos para que no lo fuera. El directorio se ha preocupado mucho en todos estos años que esto sea muy controlado y cada vez más transparente. Hemos avanzado mucho y hay una fuerte preocupación de estar atentos a cualquier operación que pudiera ser indebida».

-¿Usted hace algún mea culpa en este caso, considerando que presidió Codelco hasta 2014?

«Tengo la conciencia muy limpia. Nos mandaron casos de operaciones sospechosas y las investigamos y auditamos todas. Al final, había algunas que estaban al filo, pero la inmensa mayoría eran operaciones que no tenían ningún problema. No niego que podría haber ocurrido alguna falla, nadie puede garantizar que no existan. Me tocó ver muchas veces fraudes, que los descubrimos, los castigamos y luego hicimos las modificaciones para que no se vuelvan a producir, incluso metimos gente presa. Pero son excepciones y para eso están los controles».

«Yo y los actuales directores tenemos que estar tranquilos de que hicimos nuestro trabajo con mucho patriotismo. Veo a todos los directores muy comprometidos y todos están tranquilos de que han hecho su trabajo bien».

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