(El Mercurio) Atrás quedaron los años donde los comerciantes de las regiones I y II del país se preparaban con ansias para el pago que recibían los trabajadores de las distintas compañías mineras por concepto de bonificación.
Si bien en 2013 los trabajadores de Minera Escondida -controlada por BHP Billiton– recibieron un pago récord de $23 millones por bonos por contrato colectivo, ahora esa realidad ha cambiado completamente y esa cifra se podría reducir a menos de la mitad.
Actualmente, los 2.500 trabajadores sindicalizados de Escondida totalizan 10 días en huelga, proceso en el cual solicitan un reajuste salarial de 7% y el pago de un bono de término de conflicto de $25 millones, entre otras condiciones. Sin embargo, la compañía propone el pago de $8 millones, sin reajuste y, según han acusado los sindicatos, un recorte de al menos 15 beneficios sociales que impactan de distinta forma las remuneraciones mensuales.
Esta situación ha generado que, a diferencia de años anteriores, el comercio de las regiones del norte de Chile no haya desarrollado ninguna estrategia para atraer a los trabajadores, que anteriormente desembolsaban grandes cantidades de dinero en la compra de vehículos todoterreno, aparatos electrónicos, viajes al exterior e incluso casas y departamentos.
Rafael Montes, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Iquique, comenta que «los mineros comúnmente invierten en vivienda o en renovar el automóvil. Claro está que eso sucedió en años de bonanza, cuando el cobre llegó a estar en US$ 4 la libra. Hoy los tiempos cambiaron, y pienso que esta vez serán los bancos los que aprovecharán estos bonos de término de conflicto», para el pago de deudas o refinanciamiento de ellas.
Con esta visión coincide Lucas Martinich, gerente Zona Norte en Kaufmann (Mercedes Benz), quien afirma que «si efectivamente se llega a concretar el pago de este bono, va a ser por un monto considerablemente menor, y yo creo que los mineros no se van a poner a gastar la plata en autos». Asimismo, adelanta que producto de la compleja situación que viven los trabajadores de la zona por esta paralización, es posible que incluso el retail se tenga que preparar para un menor consumo en los próximos meses. «El comercio y el retail en general en Antofagasta, de aquí a final de mes van a ver los efectos de la huelga que hoy día existe, porque se avecina un menor consumo», dice Martinich.
De igual forma, el presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Antofagasta, Mauricio Líbano, cuenta que «algunas automotrices han realizado en forma interna algunos ofrecimientos y entrega de facilidades para renovar vehículos, lo mismo que algunas inmobiliarias. Pero no nos olvidemos de que pese a que el cobre ha aumentado de precio, la economía en general aún no se dinamiza y no goza de buena salud».
Pese al repunte que experimentó el cobre durante las últimas semanas, en lo que va de este año, el metal promedia un precio de US$ 2,64 la libra, cifra que equivale a un 40% menos que los US$ 4,41 la libra que alcanzaba durante el mismo período de 2011, cuando la principal materia prima de exportación nacional vivía sus años de bonanza.
Este menor nivel de precios, según explica Rafael Montes, sería lo que también estaría golpeando a toda la zona. «El precio del cobre y los despidos registrados perjudicaron el largo ‘veranito de San Juan’ que vivieron las mineras y las empresas contratistas que, a la larga, han sido las más perjudicadas», admite.