Pese al aumento del dólar, competitividad de la minería cae por costos laborales y menores precios

May 23, 2016

En los últimos tres y cinco años, solo el sector agropecuario, silvícola y pesquero registra cifras positivas, favorecido por el tipo de cambio multilateral en sus mercados de destino.

(El Mercurio) La competitividad de la minería y la industria ha tenido una fuerte caída en los últimos cinco años y en menor medida en el sector agrícola, silvícola y pesquero, de acuerdo al nuevo índice de competitividad sectorial de las exportaciones (ICSE), construido por BBVA Research.

«La depreciación del peso frente al dólar solo ha permitido atenuar algo las pérdidas de competitividad asociadas a las caídas de precios y aumentos de costos salariales en estos sectores», dice Hermann González, economista principal del banco.

El alza del dólar ha inyectado inflación a la economía, pero también se pensaba que permitiría mover recursos desde el sector minero hacia otros sectores exportadores de la industria y agricultura que empujarían el crecimiento y hasta ahora se ha visto poco de eso.

Entre 1997 y 2004, las exportaciones crecieron 7% promedio, mientras que entre 2005 y 2015 lo hicieron en 2%, en circunstancias que en ambos períodos la economía creció un 4% promedio, dice el economista. El año pasado, mientras la economía se expandió 2,1%, las exportaciones registraron una caída de 1,9%, la primera contracción desde la crisis financiera global de 2009.

La hipótesis que los llevó a elaborar el nuevo índice ICSE-BBVA es que esa recuperación no se ha dado porque la depreciación respecto de nuestros socios comerciales llega solo a un 10%, en lugar de cifras en torno a 40% y 50%, cuando se compara el peso solo respecto del dólar. «En términos multilaterales la depreciación es bastante más acotada porque todos los países nos hemos depreciado al mismo tiempo y eso no arroja ganancias significativas de competitividad», explica González.

Para medir la competitividad sectorial, tomaron como componente un tipo de cambio multilateral (TCM) para cada uno de los tres sectores, esto es, considerando los diferentes mercados de destino de las exportaciones mineras, industriales y del sector agropecuario, silvícola y pesquero.

En el caso de la minería, que representa el 50% del total de las exportaciones chilenas, China pesa mucho más que en los envíos industriales.

Además, los precios en dólares de los productos de la minería han caído y los costos salariales se han incrementado.

El ICSE-BBVA incorpora las tres variables y al cierre del primer trimestre muestra que el sector minero ha tenido pérdida de competitividad de 47,7% en cinco años, y de 23,8% si se compara con marzo de 2013.
En la industria, que representa el 40% de las exportaciones, los precios externos en dólares también han caído, han subido los costos y no hay ganancias de competitividad importantes por el tipo de cambio multilateral. En cinco años, la pérdida de competitividad es de 29,4% y en tres años de 9,6%.

Con una participación de 10% en las exportaciones totales, el sector agropecuario, silvícola y pesquero arroja resultados positivos de 15,9% en cinco años y 14,2% en tres años. En la agricultura, para efectos del TCM Estados Unidos pesa mucho más como mercado de destino y allí hay ganancias de competitividad por el alza del dólar. En esta actividad algunos precios externos han caído y otros han tenido un alza.

-¿Cómo se sale de una situación donde el 90% de las exportaciones chilenas registra fuertes caídas de competitividad?
«Una alternativa es que tengamos una depreciación multilateral más significativa y ahí creemos que la política monetaria podría tener un rol si se mantienen bajas las tasas de interés, más allá de lo que pase en el resto del mundo.
Esto implica al menos mantener la tasa de interés de política monetaria (TPM) en los niveles actuales de 3,5% y si el Banco Central decide mantener la tasa y pasar a sesgo neutral, creo que eso va a inyectar algo de depreciación multilateral a la economía. La posibilidad de recortar la tasa es algo que no debiera descartarse en un escenario en que la actividad se frena de manera más brusca y la inflación cede más rápido».

-¿Hay otras salidas?
«La otra forma es que haya un ajuste muy fuerte en el mercado laboral y es algo que ya estamos viendo, con un desempleo que empieza a subir y salarios que tienden a moderarse, pero claramente eso no es suficiente para permitir que estos sectores ganen competitividad. Si las empresas no ganan competitividad vía tipo de cambio tienen que ajustarse internamente conteniendo aumentos salariales o reduciendo personal, lo que es una salida dolorosa».

-¿Por qué no reducir costos en los procesos productivos?
«Lamentablemente el ajuste más rápido o de corto plazo que pueden hacer las empresas es vía dotaciones de personal. Las medidas de productividad que se están discutiendo apuntan a que las empresas sean más eficientes a través de mejoras en los procesos productivos, pero esto solo tendrá efectos en el mediano y largo plazo».

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