Seminario analizó la gestión integrada de recursos hídricos

Dic 11, 2015

Se analizó la experiencia de las cuencas de Copiapó, Aconcagua, Cachapoal y Biobío, de acuerdo a la coordinación y resultados para buscar soluciones a la sequía y escasez hídrica.

La iniciativa Agua y Medio Ambiente, liderada por Andess, en conjunto con el Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la Universidad de Chile, organizó un seminario para mostrar la experiencia de cuatro cuencas, respecto al diálogo entre los actores y las posibilidades para enfrentar la sequía y escasez hídrica.

Desde la organización explican que en el norte, el agotamiento del Rio Copiapó llevó a que las aguas subterráneas se convirtieran en la principal fuente de abastecimiento. La Comunidad de Aguas Subterráneas de Copiapó abrió la jornada contando su experiencia en el desarrollo de un sistema de monitoreo e información único en Chile, que busca maximizar la eficiencia en el uso de un recurso frágil. El sistema registra todas las extracciones de agua, para uso en agricultura, minería y consumo humano, reconociendo que las acciones de un usuario impactan en todos los demás.

El segundo caso fue el de la cuenca del Aconcagua, un exponente claro de la competencia por el agua entre diferentes usos. La situación se vio agravada por la severa presión de la sequía que afectó a la zona en los últimos años, que por momentos puso en riesgo el abastecimiento de los centros urbanos al final del río. “Las lluvias de los últimos meses aliviaron la presión, pero la sequía no ha terminado”, señaló Guillermo Pickering, presidente ejecutivo de Andess.

En la zona central, la experiencia de la cuenca de Cachapoal llamó la atención, porque en la junta de vigilancia participan además de los regantes, Codelco y generadoras como Pacific Hydro y Endesa. En este caso, los usuarios han trabajado coordinada y colaborativamente para lograr un adecuado ejercicio de sus derechos de aprovechamiento de aguas a través del diálogo en temas como horarios, sustentabilidad del recurso, puntos de extracción o devolución, entre otros.

Más al sur, la experiencia del Biobío, donde se destacaron generadoras hidráulicas como Ralco, Pangue y la reciente central Angostura, porque a pesar de su importancia no existe actualmente una junta de vigilancia que agrupe a los diversos usuarios. Un hecho destacable es que el río cuenta con un sistema único de monitoreo de calidad del agua, que maneja el Centro Eula, de la Universidad de Concepción. “Considerando que el agua es uno de los recursos de energía renovable más importantes de Chile, con un alto potencial de desarrollo futuro, es necesario fomentar su uso compartido a través de una eficiente y sustentable gestión de cuencas”, señaló Claudio Seebach, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Generadoras.

Tampoco hay junta de vigilancia en el río Laja, parte de la cuenca del Biobío y uno de sus principales afluentes, y donde también hay centrales hidroeléctricas. “En el caso del Rio Laja, además se proveen otros servicios ambientales, como las actividades turísticas y recreacionales en torno al salto del mismo nombre, las que gracias a un reciente acuerdo se asegura un caudal mínimo para que mantenga su atractivo turístico”, subrayó José Luis Arumí, decano de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción.

Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, insistió en la importancia de adoptar una mirada más amplia “tanto respecto de la multiplicidad de actores de una cuenca, como de las iniciativas que deben desarrollarse para ayudar a garantizar el agua se gestiona de forma sostenible como un recurso compartido”.

Lo último
Te recomendamos

REVISTA DIGITAL

Temas relacionados

Suscríbase al Newsletter Minería Chilena