China nuevamente arrastra a los mercados del mundo y al precio de los commodities

Jul 28, 2015

Bolsa de Shanghái cayó 8,48% y gatilló bajas en las principales plazas. El cobre perdió 0,66% y el petróleo, 1,56%.

(La Tercera) China volvió a estornudar y el efecto dominó se sintió con fuerza en los mercados del mundo y en el precio de los commodities.

La bolsa de Shanghái se desplomó 8,48%, su mayor caída diaria desde febrero de 2007, mientras que la de Shenzhen retrocedió 7,59%, luego que un plan gubernamental de rescate sin precedentes, para elevar su valor, quedó sin impulso, abriendo nuevas dudas sobre la viabilidad de los esfuerzos del gigante asiático por evitar una caída más profunda.

En efecto, hasta la mitad de junio la bolsa de Shanghái acumulaba una subida de 150% en 12 meses, una evolución que no era coherente con la economía real, y luego vino un período de corrección en el que su plaza llegó a perder 30% en tres semanas obligando a la autoridad a actuar, pero el efecto de las medidas, entre ellas, una línea de liquidez de su banco central, tuvo un efecto temporal.

La caída de Shanghái arrastró a las principales bolsas del orbe, inquietas por la posibilidad cada vez más cierta de una desaceleración más profunda en el motor de la economía global.

Así, las principales plazas europeas mostraron descensos superiores al 2%. En Italia, el FTSEMIB cayó 2,97%; el CAC francés, 2,57%; el DAX alemán, 2,56% y el español Ibex, un 1,45%. Los descensos cruzaron el Atlántico, y el industrial Dow Jones bajó 0,73%.

Las bolsas latinoamericanas se sumaron, con el Merval de Argentina bajando 2,90% y el Bovespa de Brasil, 1,04%. El local Ipsa no quedó ausente y perdió 1,22%.

Algo similar vieron los precios de las materias primas afectadas por las expectativas de una menor demanda. El cobre, principal producto de exportación de Chile cerró en US$ 2,354 la libra, lo que implicó una baja de 0,66%, acumulando una caída de 5,21% en cuatro días. El precio del petróleo WTI culminó en US$ 47,39 el barril, con una variación diaria de -1,56%, sumando también cuatro jornadas de descensos, acumulando -5,9%.

La nota distinta la puso el dólar, divisa que los inversionistas miran como refugio frente a estas turbulencias. Así, el tipo de cambio cerró en el mercado local en $ 666,34, con una variación diaria de $ 4,84, y suma $ 23,6 en las ocho jornadas consecutivas de alza. En el año, en tanto, el avance es de $ 59,34 y $ 102 en 12 meses.

A juicio de los analistas la moneda de Estados Unidos debería seguir su escalada alcista, si la economía china no levanta cabeza. Las próximas barreras, dicen, serían los $ 660-$ 670, y algunos incluso creen que podría tocar los $ 700.

Las dudas

Varias son las dudas que despiertan los últimos datos económicos del gigante asiático. Las ganancias industriales de ese país cayeron 0,3% en junio, revirtiendo el aumento de 0,6% de mayo, según la Oficina Nacional de Estadísticas.

A ello se suma a la debilidad del sector manufacturero. El viernes, el Indice de Gerentes de Compra (PMI) elaborado por Caixin/Markit cayó a 48,2, la menor lectura desde abril del año pasado y el quinto mes consecutivo por debajo de la marca de 50, que separa la contracción del crecimiento.

Para Alejandro Fernández, economista de Gemines, China enfrenta problemas de fondo. “Hay resultados de las empresas chinas que están saliendo peor de lo esperado y el problema de sobevaluación bursátil claramente no está resuelto. Las medidas de intervención simplemente han servido para diferir este efecto, para taparlo y en algún sentido provocar problemas mayores a los que había antes”, dice.

Para Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, el 7% de crecimiento observado en China hoy es un techo y lo más probable es que expanda unas décimas menos. “Lo más relevante es la velocidad. Si la economía tiende a crecer más cerca del 6,8%, quiere decir que estará creciendo más cerca de 6,5% y eso es bastante preocupante, porque así estamos entrando a 2016”, advierte.

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