Sergio Bustamante, gerente de Proyecto Chuquicamata Subterránea: “Habrá un cambio de visión de la minería subterránea”

May 6, 2015

El ejecutivo, quien detalla las fases de una de las mayores iniciativas de inversión de Codelco, destaca que los operadores mineros trabajarán sistemas teleoperados y de control desde superficie y que se deberá introducir el concepto de minería de procesos.

Con una inversión total de US$4.200 millones, el proyecto Chuquicamata Subterránea es el tercero en cantidad de recursos dentro de los proyectos estructurales de Codelco. La iniciativa, que convertirá lo que hoy es el yacimiento a cielo abierto más grande del mundo en una de las mayores minas bajo tierra, aseguró su financiamiento a fines de 2014, cuando fueron aprobados los recursos pendientes por US$3.306 millones para dar continuidad a su ejecución.

La mayor parte de la inversión, correspondiente a US$1.877 millones, obedece a obras de construcción (obras mineras, civiles, eléctricas, movimientos de tierra, piping), detalla a MINERÍA CHILENA el gerente de Proyecto Chuquicamata Subterránea, Sergio Bustamante. “La inversión en adquisiciones equivale a US$894 millones y corresponde principalmente al sistema de manejo de minerales, sistemas de chancado, sistemas eléctricos, de control y otros. Las inversiones en ingenierías, mano de obra, servicios de mantenimiento, administración, servicios a las personas y otros alcanzan a unos US$500 millones”, indica.

Serán construidos cerca de 180 km de tunelería: un túnel de acceso de 7.500 metros, un túnel de transporte de mineral de 6.500 m, cinco túneles para inyección de aire de 4.300 m, entre las obras principales, las cuales también incluyen dos piques verticales para extracción de aire de 918 m de profundidad y 11 m de diámetro, además de las obras de interior mina para construir el primero de los cuatro niveles de explotación del proyecto con sus servicios y un barrio industrial en superficie, que considera oficinas, talleres, bodegas, casas de cambios, policlínico y un centro integrado de operación y control.

“Por sus dimensiones (más de siete veces la altura de la torre Entel), los dos piques verticales para ventilación constituyen una novedad constructiva en la minería de nuestro país”, destaca Bustamante. En su construcción se emplea un complejo sistema de huinches que introduce al pique una plataforma de cinco pisos (de unas 120 toneladas de peso) a través de la cual entran y salen los operadores y los equipos. La perforación vertical es realizada por una perforadora de ocho brazos.

Más que un cambio cultural
El paso de explotación de mina a rajo abierto a subterránea “lleva asociada una profunda transformación en la cultura laboral”, reconoce el gerente de Proyecto, quien añade que también “habrá un cambio de visión de la minería subterránea”. Esto, porque los operadores mineros trabajarán algunos sistemas teleoperados y sistemas de control desde superficie, “sin perjuicio de que se deberá introducir el concepto de minería de procesos, vale decir mirar la mina más como una planta conformada por sistemas y procesos”, dice.

Entre los hitos más importantes que vienen, se espera conectar la mina subterránea a través del túnel de acceso en desarrollo a principios de 2016, lo que dará independencia a las obras con la actual operación del rajo. “Para 2017 se estima la energización de la mina subterránea y durante 2018 dar inicio al precomisionamiento de los sistemas que permitirán iniciar la producción durante 2019, con la socavación de los primeros macrobloques”, puntualiza Bustamante.

¿Qué desafíos implica desarrollar una mina subterránea bajo el gran rajo de Chuqui? ¿Hay experiencias similares en el mundo?
Sin duda plantea un gran desafío de ingeniería, construcción, operación, coordinación y logística. No se debe olvidar que mientras dure la construcción de la mina subterránea el rajo continuará en operación de manera simultánea. Existen algunas experiencias similares en el mundo, pero en ningún caso de la magnitud de este proyecto.

¿Existe un plan B en caso de problemas?
A la fecha el proyecto ha sido sometido a una serie de revisiones independientes, ninguna de las cuales ha encontrado alguna falla fatal en su diseño. Sin embargo, estamos conscientes de que todo proyecto tiene riesgos y es probable que nos encontremos con problemas específicos para los cuales se adoptarán las medidas de mitigación y planes alternativos correspondientes.

Serán construidos cinco túneles para inyección de aire de 4.300 m, dos de los cuales ya están siendo ejecutados.

¿Qué desafíos presenta el macizo rocoso bajo el rajo?
En relación con las características geológicas, Chuquicamata es un yacimiento favorable al método de hundimiento de bloques, con bajo riesgo geomecánico del tipo de explosiones de roca. Se trata de un yacimiento extraordinariamente rico que, después de 100 años de explotación, nos ofrece bajo el fondo del rajo reservas cuantificadas en 1.760 millones de ton de mineral con una ley de 0,71% de cobre y 512 ppm de molibdeno. Lo anterior permitirá, cuando la nueva mina esté en régimen, producir 140.000 ton diarias de mineral.

¿Cuál será la fase más compleja en el desarrollo de este proyecto?
La construcción de los niveles de hundimiento, producción y transporte, dado que será una gran tarea coordinar a las empresas contratistas en su tránsito del personal al interior mina, la coordinación del transporte de material de desarrollo de los túneles y todas las tareas propias de los desarrollos mineros.

Mano de obra y tecnología
¿De cuánto será la fuerza laboral en la fase de construcción y luego en la operación?
Durante la ejecución del proyecto se generará un promedio de 6.000 empleos directos, lo que sumado a los empleos indirectos arroja un total del orden de 18.000 a 20.000 personas. En la fase de operación se estima una dotación máxima en régimen de aproximadamente 3.500 personas, la que estará asociada a la producción, desarrollos mineros, mantenimiento, servicios de apoyo y administración de la faena subterránea.

¿Qué nuevas tecnologías incorporarán?
La explotación minera se hará con el clásico método de Block Caving, pero en una nueva configuración en unidades independientes de explotación de aproximadamente 35.000 m2, denominados macrobloques, por su magnitud. Se aplicarán técnicas de preacondicionamiento del macizo rocoso, lo que permitirá asegurar los ritmos productivos y minimizar los tiempos de conexión, mejorando la productividad de la futura mina subterránea.

Se emplearán equipos de producción semiautónomos y telecomandados (LHD’s y martillos picadores, respectivamente), lo que permitirá operarlos y controlarlos desde una sala de control ubicada fuera de la mina subterránea.

Se usará cinta transportadora ST-10.000, de alta resistencia a la tracción, para elevar el mineral unos 1.000 m desde la mina subterránea hasta la superficie. También motores gearless para transportar el mineral a las tasas de producción planificadas. Además, un sistema integrado de Ventilación según Demanda (VOD, por su sigla en inglés), que posibilita ahorros relevantes en la energía utilizada en ventilación.

¿Hay algún cambio en el suministro eléctrico?
El proyecto incorporará una línea eléctrica de aproximadamente 85 km desde la subestación Encuentro a la subestación Principal de la nueva mina subterránea (Tchitak), la que le dará independencia de las actuales instalaciones de la División. La fuente energética será 100% convencional.

¿Está contemplada una inversión específica de abastecimiento hídrico?
Chuquicamata Subterránea no considera el uso de una mayor cantidad de agua fresca respecto de la utilizada en la actualidad. Lo que debemos asegurar, como exigencia de la DIA del proyecto, es que no se generarán descargas de efluentes líquidos al medio ambiente, lo que se logrará a través de la recolección, tratamiento y reutilización de las aguas.

 

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