Temporal en el norte: Pérdidas en obras públicas suben a US$425,5 millones

Abr 8, 2015

Ministro de Hacienda expondrá hoy ante el Senado sobre el costo total de la catástrofe. Autoridades sanitarias, en tanto, dan por hecho un aumento de enfermedades respiratorias e intestinales. 

(El Mercurio) A dos semanas de los aludes que arrasaron Atacama, la titánica lucha contra el barro que aún cubre Copiapó, Chañaral, Diego de Almagro, Alto del Carmen y otras localidades sigue arrojando luces sobre el aún incierto costo total de la catástrofe.

Si hace seis días el Ministerio de Obras Públicas estimó en US$ 244 millones las pérdidas en la red vial de Atacama, ayer el titular de la cartera, Alberto Undurraga, elevó la cifra a US$ 425,5 millones, considerando además la reparación de las quebradas y las redes de alcantarillado.

El desglose indica US$ 163,6 millones en caminos, US$ 130,9 millones en quebradas y US$ 81,8 millones en alcantarillados, «más gastos en otras obras», precisó el secretario de Estado.

Según Undurraga, «esta información puede ir cambiando, puede ir subiendo en la medida que vamos enterándonos de otros daños, sobre todo en materia de alcantarillado».

En una sesión especial del Senado, el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, expondrá hoy sobre el costo global de la emergencia. El lunes, en una cita con parlamentarios, les adelantó que sería «similar» a las pérdidas del terremoto de Iquique y el incendio de Valparaíso, ambos en 2014, unos US$ 1.200 millones.

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Aguas servidas fluyen

En Atacama, el alcantarillado es uno de los principales problemas. En Copiapó solo se han podido despejar cuatro de los 14 kilómetros obstruidos por el lodo. Así, las aguas servidas fluyen por la superficie y, aunque no ha vuelto a llover, las calles aún lucen anegadas.

El problema es de tal urgencia que el MOP le exigió a la sanitaria Aguas Chañar que amplíe sus faenas desde la red troncal (abastece a la mitad de la población) a otros tres frentes simultáneos para avanzar más rápido. En tal escenario, las autoridades sanitarias admiten que hay un alto riesgo de brotes epidémicos.

El consenso es que desde la próxima semana aumentará la demanda asistencial, aunque aún se desconoce qué enfermedades afectarán a la población.

El subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, explica que aunque las campañas de vacunación han sido un éxito, se intenta no dar una sensación de seguridad a la población sobre los riesgos de un brote epidémico, porque «está latente». Admite que «va a haber un aumento» de enfermedades gastrointestinales, respiratorias y mentales.

Con él coincide el director médico de la Clínica Atacama, Guillermo de la Paz. Explica que la salida del alcantarillado es el principal problema sanitario en las zonas urbanas, lo que puede verse agravado por el polvo, «que generará problemas respiratorios y enfermedades alérgicas, y un alza de cuadros asmáticos».

De la Paz cree que esto puede tensionar fuertemente la red asistencial, tanto pública como privada, que asegura ha trabajado «como una sola durante todos estos días». Según Burrows, el riesgo se aminorará con distintas medidas, como la compra de un líquido que se aplica en las calles para reducir el polvo en suspensión, la instalación de estaciones de monitoreo de calidad del aire y el escaneo del suelo en lugares donde se ha retirado el barro y se reinstalan los poblados.

Lista de fallecidos

El subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, informó que hoy se hará pública en la página web de la cartera la lista de fallecidos; y en las de Carabineros y la PDI, la de desaparecidos.

Seis iglesias sufrieron daños

Según precisó la diócesis de Copiapó, seis iglesias de Atacama sufrieron daños producto de los aluviones.

Anegadas con agua y barro quedaron las parroquias de Nuestra Señora del Carmen (Alto del Carmen); Nuestra Señora de Loreto (Tierra Amarilla) y Santísima Trinidad, San Francisco, Sagrado Corazón y Nuestra Señora de la Calendaria, todas ubicadas en Copiapó.

La que sufrió peores daños fue la capilla de San Lorenzo, en El Salado, que fue arrasada por el aluvión del río homónimo.

El obispo Celestino Aós informó que la primera preocupación eran las personas -entre ellas un sacerdote del que no se tuvo noticias y luego fue encontrado- y posteriormente los edificios.

A su vez, el obispo presidente de la pastoral de Caritas, monseñor Pedro Ossandón, viajó a Copiapó junto a una delegación para llevar ayuda a la zona y planificar la reconstrucción.

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