(Pulso) El proyecto de reforma laboral ya está redactado. Así lo afirman en el ministerio del Trabajo, desde donde también aclaran que de todas formas se sigue escuchando a los diversos actores involucrados con tal de ir incorporando visiones al documento que ya ha tenido 5 borradores.
En ese contexto, y durante la última reunión técnica que sostuvieron los asesores del ministerio, liderados por el abogado socialista Roberto Godoy, y los representantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) a fines de octubre, ya se habría conversado de “mandatos” o temas establecidos a pie firme en la reforma.
Así lo comentan fuentes ligadas al proceso, quiénes indicaron que ya existen algunas definiciones en torno a los principales titulares de la iniciativa que ingresaría en diciembre al Congreso. De hecho, fuentes de Gobierno aseguran que estarían esperando la tramitación del Presupuesto y del reajuste del sector público, para su presentación, y así no contaminar ninguna iniciativa.
Respecto a titularidad sindical, comentan fuentes conocedoras del proceso, se eliminará la facultad que tiene el empleador de extender los beneficios obtenidos en la negociación colectiva a trabajadores no sindicalizados. Si bien, en algún momento, la CUT solicitó regular las negociaciones individuales, fue descartado por Trabajo, ya que no se puede intervenir la libertad contractual. Además la autoridad tiene la convicción que sólo la primera medida ayudará a fortalecer el sindicalismo.
A esto se suma, señalan dichas fuentes, que se reforzaría la figura de “adherentes” en la negociación colectiva. Actualmente esa figura existe en términos legales y consiste en que un trabajador se puede adherir a la negociación sin pertenecer al sindicato.
Los cambios contemplarían que el “adherente” deberá pagar la cuota sindical durante el proceso de negociación, y en una eventual huelga deberá unirse.
A su vez, se flexibilizarían los plazos para afiliarse al sindicato hasta 25 días posteriores a la presentación del proyecto de contrato colectivo. Y se facultaría a los sindicatos votar huelga 5 días antes del término del convenio vigente (actualmente son 3 días antes), y también se ampliaría el plazo de presentación del proyecto colectivo a 60 días antes que culmine el convenio vigente (hoy son hasta 45 días).
En la última cita con la CUT, desde Trabajo se habría reiterado que terminarán con los reemplazos externos en períodos de huelga, manteniendo servicios mínimos. Estos últimos no serían una norma general si no que excepcional, es decir, sólo para las empresas que lo amerite.
Según explican, para aquellas empresas que pudieran acceder a este beneficio de servicios especiales, los turnos deberán ser definidos con el sindicato antes del inicio de la negociación colectiva. Si la empresa está en desacuerdo con la decisión adoptada o los trabajadores incumplen lo acordado, se podrá apelar a la justicia.
La reforma prohibiría la práctica de los llamados “descuelgues” durante la huelga, e incorporaría sanciones a la empresa.
Diferencias con la CUT. Hasta aquí no habrían grandes diferencias con la CUT. Donde surgen las distancias es con el concepto de piso mínimo, es decir, que el sindicato negocie a partir de lo establecido en el convenio anterior. Trabajo habría apostado a no incorporar el reajuste por IPC, aunque la multisindical opina lo contrario.
Frente a la extensión de temáticas en la negociación colectiva, se establecería un 60% de representatividad de los sindicatos según los trabajadores de la empresa, para incorporar temas como flexibilidad o jornadas de trabajo. El ministerio habría definido que esta representatividad puede contenerla un sindicato o un conjunto de ellos, es decir si 3 organizaciones representan el 60%, los tres podrían extender temáticas.
La CUT discrepa pues aseguran que este derecho debería tenerlo el sindicato más representativo, sólo uno, con la idea de avanzar hacia sindicatos únicos.
Frente a esto, y a la exclusión de temas esenciales para la multisindical como: negociación interempresas, modificación a los artículos 161 y 159 del Código del Trabajo que regula los despidos, sanciones a prácticas antisindicales y la eliminación de las empresas estratégicas, en la CUT sienten que la reforma es insuficiente, incluso, advierten que tal cual se ha diseñado no la apoyarán.
Por ahora, en la CUT están esperando una respuesta de los ministros de Trabajo y Hacienda a la carta enviada este lunes, donde solicitan una cita para conocer los tiempos del proyecto para su presentación en el Congreso y tramitación.
Teniendo la respuesta de las autoridades, dicen, comenzarán su ofensiva parlamentaria, y definirán la estrategia a seguir, donde no se descarta un paro.