Subcontratistas en minería caen por primera vez y compañías ven cambios en el modelo

Oct 27, 2014

La baja fue de 7,2% en el año 2013, pasando de 167 mil empleados a 155 mil, mientras que la dotación propia de las mineras subió 5,7%, de acuerdo a cifras del Consejo Minero.

(El Mercurio) De panacea productiva a modelo «en análisis». Por primera vez, desde al menos la última década, el número de trabajadores subcontratados en la gran minería descendió. La baja fue de 7,2% en 2013, pasando de 167 mil empleados a 155 mil, mientras que la dotación propia subió 5,7%, de acuerdo con cifras del Consejo Minero.

Lo que fuera un sistema que permitía reducir costos y centrarse en el corazón del negocio se convirtió para las grandes mineras en un mecanismo cada vez más complejo de gestionar. Y de ahí que empresas como Codelco, BHP Billiton y Anglo American estén redefiniendo qué hacer al respecto.

Joaquín Villarino, presidente del Consejo Minero, afirma que si bien «es muy pronto para concluir que esto revela un cambio de estrategia de las empresas mineras en términos de internalizar trabajadores, es una primera señal para tener en cuenta».

Diego Hernández, CEO de Antofagasta Minerals, explica que cuando la industria minera vive momentos de menores rentabilidades y más dificultades para desarrollar proyectos, como es el actual, «se generan ajustes en las dotaciones de trabajadores. Y estos ajustes habitualmente se notan primero en los contratistas».

Los trabajadores subcontratistas o tercerizados -que en el mundo corporativo se les denomina también «colaboradores» o «de empresas proveedoras», aunque también «contratistas»- suelen tener remuneraciones inferiores a las de los empleados propios y hacer labores de servicios o fuera del core business .

En el país hay 229 mil personas que trabajan en la minería, según cifras del Consejo Minero sobre la base de datos del Sernageomin. Por cada trabajador contratado por una empresa de este sector, hay dos que son de compañías externas.

«No existe en la gran minería ‘un’ modelo de subcontratación», sostiene Villarino. Cada empresa define su política, aunque «lo que sí es una constante es la contratación externa de servicios de construcción, de alimentación y de transporte, por ejemplo, otorgados por empresas especialistas», detalla el presidente del Consejo Minero.

Hay tres razones que han llevado a las mineras a analizar la conveniencia de «internalizarlos», o sea, que pasen a la dotación de planta, dicen en Codelco. Una es que en muchas compañías la dotación externalizada tiene una menor productividad; la otra, porque no tienen los mismos estándares, en particular de seguridad y, lo tercero, es que han ido creciendo en conflictividad laboral y los trabajadores externos reclaman que sus condiciones sean pactadas con la compañía «mandante». Y hoy, tras el cambio en la Ley de Subcontratación en 2006, las empresas «mandantes», es decir, las que contratan a un tercero, pasaron de tener responsabilidad «subsidiaria» a tener responsabilidad «solidaria», es decir, responden conjuntamente con la firma contratista o subcontratista, según el caso, respecto de las deudas laborales y previsionales, pero también en otros temas como la seguridad y las condiciones de trabajo.

En el caso de Codelco, la dotación de subcontratistas está en revisión, dicen en la estatal. Ello se explica por su menor productividad, que equivale a solo el 38% de la de un trabajador contratado. La idea es internalizar en procesos mineros, pero no en construcción.

La estatal ha registrado una baja de los subcontratistas de operación y servicio (es decir, los de las faenas y no de proyectos), pasando de 29.108 trabajadores en 2011 a 26.523 personas en 2013, una reducción de 8,8%, mientras que en igual lapso la dotación propia subió a 5,4%.

En BHP Billiton, que opera Escondida, la mayor mina privada de cobre, con 22.435 trabajadores subcontratados (incluye a quienes laboran en proyectos), la vicepresidenta de Asuntos Corporativos, María Olivia Recart, precisa que «el rol de las empresas colaboradoras siempre está siendo analizado en función de nuestros desafíos».

«Actualmente estamos abordando con mucha fuerza el factor productividad y, obviamente, les hemos pedido que se sumen a esto con la misma energía. No hay otra opción, ni para nosotros ni para ellos», sostiene María Olivia Recart.

Según el Centro de Competencias Mineras del Consejo Minero, las mineras invierten cinco veces más horas en capacitar a sus propios trabajadores que lo que hacen las firmas contratistas. También capacitan a más personas y gastan más dinero en hacerlo.

No hay una sola voz en las grandes mineras, porque la realidad es muy heterogénea.

Diego Hernández, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, plantea que no tienen espacio para internalizar porque «no usamos contratistas ni contratamos mano de obra para realizar labores propias de la operación minera, porque estamos convencidos de que en esos temas somos más eficientes, tenemos más conocimientos y lo podemos hacer mejor. Si no fuera así, nos dedicaríamos a otra cosa».
En el caso de este conglomerado, ligado a la familia Luksic, «nuestra mirada estratégica es contratar servicios a empresas contratistas en las áreas en que no somos especialistas, que están alejadas del centro de nuestro negocio, y en donde existen compañías que lo pueden hacer mejor que nosotros».

Huelgas masivas

Un factor adicional es la creciente conflictividad de los trabajadores de las empresas contratistas, con procesos en que finalmente terminan negociando con la compañía mandante. Si bien el problema data desde hace dos años en la minería privada, alcanzó su punto más alto en la paralización de Anglo American en marzo de este año.

El 11 de abril de este año, la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) y Anglo American firmaron un acuerdo inédito. Los trabajadores subcontratistas de las cinco divisiones de la minera -Chagres, El Soldado, Manto Verde, Mantos Blancos y Los Bronces- pactaron condiciones como sueldo base, gratificaciones, incentivos a la seguridad, a la productividad, bonos de educación y hasta pagos por años de servicio. Eso tras meses de paralizaciones en todas las faenas.

Muy controvertido a nivel de industria, este pacto dividió al Consejo Minero, pero para la compañía anglo sudafricana fue una forma de «encapsular» el conflicto, señalan fuentes que saben del proceso.

En todo caso, el conflicto de Anglo American no fue el primero de su tipo, ni tampoco la movilización más violenta, aunque sí la que involucró a más faenas de un mismo grupo minero. Uno de los episodios más dramáticos fue el que vivió Caserones -entonces a cargo de Nelson Pizarro, hoy en Codelco- en diciembre de 2012. En ese entonces era el mayor proyecto minero en construcción en el país y paró por 20 días.

Fueron casi 20 mil trabajadores subcontratistas los que dejaron la faena. Hubo jornadas de saqueos y desórdenes, justo cuando la empresa iba a iniciar su producción. Aunque había compañías contratistas grandes (Salfa y Sigdo Koppers, principalmente), al final la «mandante» tuvo que sentarse a negociar.

A este proceso siguió una movilización en Cerro Negro de CAP en julio de 2013, donde más de mil trabajadores de la construcción detuvieron el proyecto. La arremetida se replicó en Escondida en 2013.

Trabajo «cero sangre»

El accidente fatal en Minera Centinela en septiembre, donde fallecieron tres trabajadores de Enaex, contratista de la empresa del grupo Luksic, puso en el tapete otro tema que preocupa a las mineras: la seguridad. Aunque las compañías del sector tienen la menor tasa de accidentes por sector productivo de Chile -1,6% en 2013, frente al 6,2% de la industria-, tienen la mayor incidencia de incidentes con resultado de muerte, de 19,5 fallecidos por cada 100 mil trabajadores.

Aunque no se tienen datos a nivel de todo el sector minero, el balance de BHP Billiton Chile en 2013 es que la tasa de accidentes registrables es mucho más alta en los subcontratistas que en los trabajadores propios.

Para la industria, la tasa de accidentes es alta y preocupante. Ernesto Evans, presidente de Asociación de Mutuales, explica que cada vez que un trabajador se accidenta sube la tasa de cotización en el sistema mutual, que es de cargo del empleador. En el país, la base es de 1,6% del sueldo, pero ha llegado a ser de 6,8% en empresas con grandes problemas de seguridad.

Este experto explica que cada accidente genera un shock productivo a las mineras que redunda en menor productividad. A nivel internacional existen países que castigan productos provenientes de otros donde hay accidentes fatales, lo que se conoce como una política de «cero sangre», detalla Evans.

Codelco tendrá 100 mil trabajadores subcontratistas en proyectos

Una de las mayores dificultades que tienen los proyectos estructurales de Codelco -US$ 23.500 millones para ampliar la producción, con iniciativas como Chuquicamata Subterráneo, Nuevo Nivel de El Teniente, Andina 244, entre otros- es la cantidad de mano de obra subcontratada que se requerirá en la etapa de construcción.

En la estatal hablan de 100 mil trabajadores externos. «Un esfuerzo de movilización solo equivalente quizás a la Guerra del Pacífico, en 1879», ha dicho Óscar Landerretche, presidente del directorio de la estatal, al interior de la empresa.

El mayor riesgo que ven en la cuprera es que se produzcan movilizaciones que retrasen y encarezcan los proyectos. «Los trabajadores que no son mineros no aguantan fácilmente las condiciones del sector», comenta un ejecutivo del rubro.

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