(El Mercurio) Hace casi un mes, 2.800 trabajadores de Escondida, propiedad de BHP Billiton, realizaron un paro de 48 horas discontinuas que provocó mermas por US$ 40 millones. Según explica Patricio Tapia, presidente del sindicato N°1 de Trabajadores de la minera, la razones de la paralización son las infracciones continuas de la firma a la ley laboral. Ellos pedían regular la extensión de la jornada, mejorar la seguridad laboral y el trabajo en altura. Además, indican que la empresa elevó las metas de producción en cerca de un 10% para el lapso comprendido entre julio de 2014 e igual mes de 2015 en relación con las del ejercicio pasado. «Son inalcanzables. No tenemos equipos nuevos, ni más gente ni mayor inversión. Se compraron 26 camiones pero solo han llegado 10. Hay una serie de factores que impiden llegar a la meta», afirma.
Fuentes de la compañía indicaron durante la huelga que las metas de producción habían sido acordadas en la negociación colectiva de enero de 2013 y que cada trabajador había recibido $8 millones por su cumplimiento. Tapia asegura que eso jamás se acordó y que no han recibido ni un peso. «A lo mejor lo recibieron los supervisores que armaron el Sindicato N°2, pero nosotros no», aclara.
Escondida es una de las empresas mineras que mejor paga a sus trabajadores y además registra bonos por término de conflicto que están entre los más altos de la industria. Pero Tapia insiste en que «acá no estamos pidiendo ni un peso, sino que estamos diciendo que Escondida no respeta la ley chilena». Acusa que BHP, en vez de solucionar los problemas con los trabajadores prefiere pagar las multas de la Dirección del Trabajo.
La firma asegura que la huelga fue ilegal, pero Tapia insiste en que la OIT los faculta para manifestarse, por cuanto es la única forma de hacer entender a la empresa «y a las autoridades que hay que hacer algo». Dice que desde noviembre de 2008 están advirtiendo sobre las faltas.