Juan Antonio Guzmán: «Es imposible tener un acuerdo energético con 100% de respaldo»

Jun 2, 2014

El presidente del Comité Eléctrico de Sofofa analiza los últimos anuncios en materia energética y el trabajo del ministro Pacheco. Su evaluación es positiva. Dice no creer que haya poca competencia, que lo ocurrido con Barrancones fue una mala señal y que no le molesta un Estado más presente.

(Pulso) Dice que a los 65 años se jubiló de la prensa y que hoy, casi un año después de su última entrevista, hace una excepción sólo porque se lo pidió expresamente el presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock.

Por eso, se excusa el empresario Juan Antonio Guzmán, “sólo hablaré de la agenda energética”. Una voz más que autorizada para referirse al tema: con una historia ligada al mundo eléctrico, fue gerente general de Gener, hoy preside el comité eléctrico de Sofofa y durante el gobierno de Piñera encabezó la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE).

De la agenda, dice que le pareció una buena propuesta, aterrizada y concreta. Ahora, eso sí, hay que implementarla.

¿Era la agenda que esperaba?

Es una buena propuesta que además tiene el mérito de ser elaborada en un tiempo muy breve y que tiene acciones bien específicas y concretas. Yo distinguiría que hay tres grupos, están las acciones concretas o micro propuestas. Hay cosas más macro, con propuestas que conllevan iniciativas legales, que tiene que ver con políticas a largo plazo. También hay algunas cosas que no están especificadas claramente, pero que podríamos decir: a buen entendedor pocas palabras (…) El ministro ha demostrado que ha sido eficiente en rayar la cancha y en tener la hoja de ruta, ahora yo espero que sea eficiente en ir cumpliendo y dando los pasos que son necesarios para obtener las metas como la reducción del precio de la energía, mayor competencia y mayor participación ciudadana.

Varios actores han dicho que las metas son ambiciosas…

Yo coincido con el criterio del ministro en términos de poner metas ambiciosas, porque si uno se pone metas mediocres no se requiere todo el esfuerzo para lograrlas.

¿Cree que es posible cumplir esas metas?

Lo veo posible, no es fácil, es un camino que requiere mucho esfuerzo, no sólo se trata de dar pautas, las líneas generales y las acciones concretas que deben tomarse, también hay que considerar  la adhesión y la credibilidad del sector que es el que tiene que hacer las inversiones y que tiene que coordinarse con la autoridad y con el Estado en las partes que corresponda. No olvidemos que ENAP tiene participación en los terminales de gas, en ese sentido yo creo que la incorporación del ex ministro Tokman a cargo de la ENAP es una buena noticia.

En la agenda se dice que se trabajará en una política energética, ¿usted esperaba que la agenda fuera ésta política?

Soy mucho más práctico, y creo que en ese sentido la agenda es bastante más aterrizada que hacer grandes discusiones teóricas sobre cuál tiene que ser la política energética  de los próximos 50 años. Las condiciones externas cambian, y cuando cambian, las políticas no son realizables. Ejemplo, si el precio del GNL sube tres veces su precio, la política perdería todo su sentido, por eso me quedo con una agenda mucho más concreta y tangible.

Varios expertos han reclamado que falta un acuerdo sobre matriz o que falta un acuerdo país sobre el sector energía y se esperaba que la agenda lo incluyera.

El acuerdo país con un 100% de acuerdo es imposible, este es un tema con detractores que son absolutamente refractarios frente a argumentos técnicos y las necesidades que requiere el país, por lo tanto lo que se requiere es tener una mayoría de acuerdo nacional. En ese sentido lo que se está proponiendo en esta agenda, lo que se ha propuesto en el CADE y otras comisiones, yo creo que reflejan ese acuerdo país. Ahora lo que hay que hacer es ponerlo en marcha, ya que uno no saca nada con tener todos los acuerdos del mundo si no los concretas.

Una cosa es la política, y otra cosa es distinguir cuál es la matriz energética, que muchos países tienen.

Eso está dicho en el diagnóstico. Hay gente que esperaba un plan quinquenal de esos que después no se cumple nada. Eso es lo que se va a ir definiendo, es bueno que el riesgo lo tomen los inversionistas, porque si el Estado define una matriz, que es lo que probablemente le gustaría a quienes prefieren los planes quinquenales, ahí el Estado debería hacerse responsable y eso no es bueno.

Nadie en su sano juicio pretende tener los precios que hemos tenido en los últimos 6 años, producto de la sequía, de los precios de combustibles, de la demora en el ingreso de las centrales por distintas razones, permisos ambientales, eso es lo que tenemos que sentarnos a conversar. Hay un plan claro y objetivo, creo que  esto se recoge en gran parte de los diagnósticos, ahora hay que ponerse las mangas negras y manos a la obra.

La agenda habla del potencial hidroeléctrico de Chile, pero los más hidroeléctricos esperaban quizás que se dijera que por ahí iba el camino.

Supongamos que hubiera existido un capítulo dónde se hubiera dicho lo que los hidroeléctricos hubieran querido, ¿eso cambia en algo las cosas? No. Lo importante es definir lo concreto, dar claridad sobre el rumbo que va a tomar la autoridad y darle la confianza a los inversionistas.  Este es un problema país, este no es un problema de este gobierno, ni del gobierno pasado, ni del antepasado, este es un problema que venimos arrastrando que yo creo que hay que darle una solución, porque si no le damos una solución nos vamos a perjudicar todos, partiendo por la señora Juanita que la cuenta hoy día la tiene muy cara y que más adelante seguirá aumentando si seguimos con los precios de licitación que hoy día tenemos. Enfrentémoslo así y no busquemos ganancias de un grupo o de otro.

¿No cree que falta una definición más política sobre la hidroelectricidad, considerando que el agua es el único recurso propio?

Para ser bien franco, una declaración romántica sobre la hidroelectricidad no aporta. Aporta mucho más que se discutan y analicen las trabas y dificultades del desarrollo de los proyectos, que se vayan saltando todos los lomos de toro, y que se desarrollen todos los proyectos que cumplan con ser sustentables, que sean aceptados por la mayoría de la comunidad, no en forma unánime, eso para mí es más importante y creo que hacia allá va esta agenda.

¿No cree que faltó tal vez una decisión política sobre dos temas como HidroAysén y la energía nuclear, a los que la agenda no se refiere?

Si la agenda hubiera dicho que se va a hacer HidroAysén, primero no sería cierto. Porque no depende del ministro de Energía, ni del ministerio, hay otras instituciones.  Uno puede decir que es necesario modificar la institucionalidad para que las cosas sean más claras, eso es otro tema, pero eso no depende del ministro de Energía, es algo que tiene que resolver el Gobierno, en coordinación con varios ministerios como Medio Ambiente, Energía, Hacienda, pero eso escapa a una agenda energética. Si hubiera sido así, hubiera sido un discurso para la galería, y una de las gracias que le encuentro a la agenda es que no es un discurso para la galería.

Los grandes proyectos detenidos tienen que ver con el factor judicialización, ¿está ahí el problema?

Es un problema que creo es de todos, no sólo es del gobierno, ni de la judicatura, ni de las empresas. En ese sentido el capítulo relativo a participación ciudadana y relación con las comunidades es el camino. Ahora, siempre van a haber recursos de grupos ultra que se oponen, los ni-ni o los nimby never in my back yard, eso existe y pretender convencerlos es imposible, aquí y en la quebrada del ají. Pero también hay responsabilidad de las empresas que en algunos casos hacen la presentación de los proyectos con omisiones. Si todos nos ponemos a trabajar… de parte de los jueces, y así lo ha expresado el presidente de la Corte Suprema, el ministro Muñoz, si las cosas están bien hechas la judicialización va a existir pero se va a resolver. Y también tiene su participación el gobierno, desde el punto de vista de dar las directrices, hacer las modificaciones de la normativa o a la legalidad, que contribuyan a hacer más claro el cómo se otorgan los permisos y si algo es correcto o no. Entonces, es de todos.

Ud. habla del acuerdo país, donde siempre van a haber heridos, ¿pero no cree que es necesario intentar explorarlo? El ministro lo ha intentado…

No tengo ninguna duda que eso es lo que hay que buscar. Digo que es difícil de encontrar en un 100%, para mí un acuerdo país sería exitoso con un 70% o más, o los dos tercios, porque de esa manera va a haber de los dos sectores políticos. Un acuerdo de esta naturaleza va a tener gente de acuerdo tanto de gobierno como de oposición, y van a haber detractores también de gobierno y oposición, y por eso hay que lograr un criterio común ojalá con un 70% de apoyo, pero siempre va a haber un 10% en contra a cualquier argumento o razones.

¿No teme que en lo energético pase algo parecido a lo que está pasando hoy en educación, que finalmente la voz de la calle se termine plasmando en la reforma?

No me quiero referir al tema de educación, no sabemos lo que va a pasar en educación…

Pero ya se presentaron proyectos…

Se presentan proyectos, se dice otra cosa… esto es como las polvoredas en los caminos de tierra, todavía esta muy difuso, no se puede saber para dónde va la cosa.

Pero le pregunto por los riesgos en energía.

El tema energético es mucho más concreto, el tema de la calle pesa menos, y pesa menos porque afecta a menos gente, básicamente a los grupos ultra o más sensible del tema ambiental, mientras que la educación le afecta a dos tercios de la población.

Pero las marchas contra HidroAysén juntaron a 100 mil personas  en el centro

Sí, pero 100 mil personas contra los 7 millones de santiaguinos no es mucho.

Sí tuvo peso la voz de la calle en el caso Barrancones.

Y creo que fue un gran error, y digo más: yo, acúsome padre,  no lo vi un error tan complicado porque creí que era por la vía de la excepción, que se había conversado con la empresa, pero visto en perspectiva creo que fue un gran error y hay que reconocerlo.

Lo mismo en la demora del Comité de Ministros con HidroAysén.

Insisto, esto es responsabilidad de todos, por supuesto que ha habido responsabilidad de los gobiernos, no sólo del anterior, y creo que llegó el minuto de no cobrar cuentas, reconocer que se han hecho cosas bien y cosas mal, y mirar para adelante porque este es un problema muy delicado, es decir, tener los costos de la energía que hoy tenemos nos hace un país menos competitivo y en un mundo cada vez más competitivo con los países de Asia no podemos darnos el lujo.

La agenda parte de la premisa de que en el sector hay poca competencia. ¿Comparte esa percepción?

Yo no diría que hay poca competencia, diría que es deseable que haya más competencia, que es distinto. La Pepsi y la Coca Cola pelean a muerte y son dos. Es cierto, es mejor que haya más competencia, pero también convengamos que es difícil incorporar competidores cuando existen todas las dificultades de las que hemos hablado largo rato para invertir en el sector. Si ya los que están en la cancha, con los botines, tienen dificultad para pegarle a la pelota, imagínense el que anda en la galería que vaya a bajar a la cancha si más encima anda con mocasines. Es difícil.

Uno de los empeños que tiene el ministro Pacheco, y que creo que es loable, es que ojalá hayan más actores. Y eso no le molesta a nadie. Y algunos dicen que los que están adentro están como gatos gordos y regalones, pero esa es una situación que conversando con las empresas, nadie está cómodo con eso, porque es una situación que no es estable, los equilibrios inestables son malos y muy especialmente malos para los inversionistas. Aquí lo que necesitamos es estabilidad y la estabilidad son reglas claras, y se necesitan solucionar ciertos problemas: la judicialización, el atraso en permisos, mala relación con comunidades.

Para buscar mayor competencia se propone en la agenda un mayor rol del Estado, ¿qué le parece?

A mí no me molesta. En la medida de que el rol del Estado contribuya a este propósito común, en buena hora.

Incluso si se trata de ordenamiento territorial, planificación, cuencas…

Pero seamos realistas, hoy día planificar en forma independiente un inversionista una central de cualquier orden es muy difícil. Si en ese sentido el Estado contribuye a facilitar eso, me parece fantástico. Pensemos que hay esquemas, y no estoy diciendo que es lo que haya que hacer, como el de Brasil donde el Estado entrega un paquete con el terreno, todo listo, y usted construye.

¿No es contradictorio que se busque energía más barata y que por otro lado se impongan impuestos verdes que según algunos en la industria provocará alzas en las tarifas?

Sí, creo que es contradictorio. Ahora, los impuestos verdes no se han puesto, es una propuesta que está siendo analizada en el Parlamento, y creo que al final hay que buscar un compromiso que sea coherente. Las cosas incoherentes no duran.

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