Inversiones chilenas en Perú anotan récord con más de US$ 15.000 millones y sobre 350 empresas

May 12, 2014

Perú se ha consolidado como plataforma para hacer negocios y como el primer paso para la internacionalización de las empresas chilenas. A junio de este año, el 63% de las inversiones en el país vecino estarán ligadas al sector servicios, como retail y salud.

(El Mercurio) Las inversiones chilenas siguen marcando récords en Perú. A junio de este año, los capitales nacionales acumulados en el país vecino superarán los US$ 15 mil millones, según estimó el agregado comercial de Chile en ese país, Camilo Navarro.

Esta cifra implicará un aumento de 12% respecto de un año atrás, ya que a junio de 2013 el total acumulado de inversiones chilenas en Perú ascendía a US$ 13.610 millones. Esta alza, incluso, supera el ritmo anual que venían experimentando estos montos, que lo hacían a tasas del 10%, confirmando no solo el atractivo de ese país como una plataforma de internacionalización de las compañías chilenas en el resto de la región, sino también el mínimo impacto que algunos temieron tras el fallo de La Haya en enero pasado. De hecho, Navarro indicó que el flujo anual de inversiones será de más de US$ 2 mil millones.

¿Por qué es tan atractivo Perú para invertir? De acuerdo a un estudio de EY, el país vecino subió seis posiciones en el ranking mundial de competitividad del World Economic Forum en 2012, y se mantuvo en ese lugar en 2013. Está entre los primeros lugares de Latinoamérica en los rubros de ambiente macroeconómico, tamaño del mercado, desempeño del mercado financiero, eficiencia del mercado laboral y del mercado de bienes raíces. Además, según Doing Business 2014, Perú ocupa el puesto 42 de 189 en el ranking de países con facilidad para hacer empresas y negocios y está posicionado en el segundo lugar dentro de los países de Latinoamérica, lo cual es corroborado por Forbes.

«Los países que reciben la mayor cantidad de exportaciones en el mundo son EE.UU. y Perú, tanto en términos de exportadores como de productos. Además, el país que más compra a Chile a nivel per cápita es Perú. La gracia es que el 99,9% del comercio es no cobre», asegura Navarro.

Según la Direcon, actualmente existen más de 350 empresas chilenas con presencia en Perú, las que llevan adelante más de 650 proyectos en curso.

El área de servicios, sector que por lejos ha sido el principal receptor de la inversión chilena en ese mercado, representa el 63% de las inversiones a la fecha, seguido de energía, con 23%, e industria, con 13%, dice Navarro.

«Dentro del área de servicios se incluyen inversiones en retail , transporte aéreo, salud, hotelería, construcción e inmobiliario y servicios financieros, entre otros. Es un sector enorme, donde las grandes empresas son las protagonistas, y le siguen las pymes proveedoras», señala Camilo Navarro.

Claves para invertir en Perú

Según expertos y empresarios, lo principal para ingresar al mercado peruano es desarrollar habilidades blandas, ya que los chilenos son vistos como personas «muy frías». Por eso, el objetivo de la primera reunión nunca debiera ser cerrar el negocio.
Según explican desde Pro Chile, en Perú negocian «las cabezas»; es decir, las jerarquías de alto nivel, que por lo general son centralizadas y no dan lugar a otras figuras en las tratativas.

El negociador peruano suele hablar bastante y muestra dominio del tema que lo convoca, y la concepción que predomina en sus conversaciones es el «regateo», comentan expertos.

Algunas de las estrategias son establecer una agenda de reuniones, para explorar no solo las posibilidades del negocio, sino también la red de contactos asociada a este. También se recomienda contratar un representante legal remunerado, y en caso de que la empresa decida instalarse en Perú, lo mejor es que el gerente general sea local, ya que será un interlocutor reconocido por sus pares, pero fundamentalmente, aseguran en Pro Chile, porque mientras la imagen de la empresa en Perú esté más lejos de Chile, será mejor asimilada y su proceso de integración será más dinámico.

La gran diferencia al hacer negocios es que los chilenos son muy transaccionales -es decir, van al grano-, mientras que los peruanos son relacionales, les gusta entablar una relación cercana con el que está haciendo negocios. «Esto se da por la falta de institucionalidad en Perú, defecto que se mitiga entablando relaciones de confianza. Tener un socio acorta tiempos y facilita los procesos», dice Navarro.
El protocolo y la forma son factores altamente importantes durante las fases iniciales vinculadas a los primeros acercamientos, explican desde Pro Chile. Antes de entrar en materias concretas vinculadas a una posibilidad de negocio, se revisan aspectos que ante los ojos de un ejecutivo chileno podrían pasar como subjetivos, como, por ejemplo, si ha probado algún plato típico peruano, qué opina del pisco sour, de la familia, el turismo en Perú, etc.

Para los peruanos, el tiempo es un concepto relativo en el que la impuntualidad y la informalidad son frecuentes, y no debe sorprender entonces cuando se dilatan los tiempos de negociación en actividades sociales, las cuales forman parte de la fase inicial de acercamiento.

Eso sí, la cultura peruana espera que las personas respeten la autoridad, el orden jerárquico, los títulos y la formalidad en los códigos de comportamiento.

Cómo crear una empresa en Lima

Según explican en el Departamento Económico de ProChile en Perú, para constituir una sociedad en ese país se necesita un capital mínimo de US$ 400; dos socios como mínimo, que pueden ser personas naturales o empresas; un gerente general al menos; un nombre ficticio que esté disponible, y que el negocio tenga alcance nacional.

El aporte de capital social de la nueva empresa debe ser depositado en una cuenta abierta en una entidad bancaria que opere en Perú. Los fundadores deben suscribir una minuta de constitución que debe tener el visto bueno de un abogado peruano. Esta debe ser inscrita en el registro de personas jurídicas de la zona registral de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos.

El costo de la creación de una sociedad se traduce en gastos notariales por el monto de capital y por la extensión de la escritura pública; gastos del registro, donde la tasa a pagar es el 3% del capital social, y otros gastos que comprenden el nombramiento de empleados y pago de honorarios de abogado.

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