Asia se pregunta si imitar el modelo de A. Latina

Abr 17, 2014

El Banco Asiático de Desarrollo hace hincapié en las amplias brechas de ingresos particularmente en China, India e Indonesia.

(El Mercurio) Durante años, los llamados tigres asiáticos, con su crecimiento acelerado, han sido considerados como el modelo de desarrollo económico a seguir. Ahora, a medida que la desigualdad cobra importancia, los países de Asia con crecientes brechas de riqueza son instados a mirar el ejemplo de América Latina, donde programas de gasto social han acortado las diferencias entre ricos y pobres.

¿Pero puede Asia adoptar presupuestos al estilo de América Latina sin reducir su crecimiento?

El Banco Asiático de Desarrollo (ADB por sus siglas en inglés), sonó la alarma sobre la creciente desigualdad en la región en su más reciente informe. Por un lado, pronosticó para este año una tasa de expansión robusta de 6,2% para Asia en desarrollo, un pelo superior que en 2013. Por el otro, el documento hizo hincapié en las «brechas de ingresos más amplias» a lo largo de la región, particularmente en los tres mayores países: China, India e Indonesia.

El crecimiento acelerado de Asia en años recientes ha sacado a decenas de millones de personas de la pobreza y América Latina tiene mayores niveles de desigualdad. Pero la diferencia entre ricos y pobres se ha estado reduciendo rápidamente gracias a políticas de redistribución. La desigualdad asiática, en tanto, ha empeorado. El ADB cree que la desigualdad podría conducir a una inestabilidad social que ya se ha manifestado en Tailandia, y a un menor crecimiento.

«Asia en desarrollo está rezagada frente a otras regiones en gasto fiscal para promover la igualdad», dice el estudio de la entidad basada en Manila. El ADB subraya que los gobiernos de América Latina gastan 12% de su Producto Interno Bruto en programas de «protección social», como iniciativas de educación y salud, el doble que Asia en desarrollo.

La recomendación del ADB: un alza del gasto público financiada por aumentos de impuestos. El reporte señala que «el legado de prudencia fiscal» le otorga a Asia «margen fiscal para financiar programas gubernamentales que mitiguen la pobreza y la desigualdad» con políticas para «expandir y fortalecer su base de recursos fiscales comparativamente limitados».

Elevar impuestos como en Latinoamérica

Como prueba, el informe menciona que la deuda fiscal bruta de Asia en desarrollo y sus niveles de impuestos son considerablemente menores que los de América Latina, y sugiere que Asia podría elevar los impuestos y sus niveles de deuda a tasas más cercanas a las de América Latina.

El Banco Mundial publicó un ensayo en su sitio web titulado América Latina ya no mira con envidia a Asia. Hoy en día, Latinoamérica «tiene una ventaja sobre el ‘profesor’ asiático en muchos aspectos de desarrollo, como un aumento en el ingreso per cápita y la reducción de la pobreza y desigualdad», dice el ensayo que resume una discusión en un panel de expertos de cada región.

El Banco Mundial resalta que «la rapidez del crecimiento asiático sigue siendo una meta encomiable» y señala que se espera que la expansión de América Latina se reduzca a 2,3% este año.

También el Fondo Monetario Internacional se subió este año al carro de la redistribución de la riqueza para reducir la desigualdad. Pero el Fondo ha subrayado que no quiere impuestos que minimicen los incentivos de trabajar, ahorrar e invertir, lo que podría socavar el crecimiento.

Entonces, ¿qué tipo de impuestos son los más efectivos? El FMI estima que menos de 15% del ingreso en los países en desarrollo proviene de impuestos a la renta debido a ineficiencias burocráticas y la evasión. Varios países asiáticos están implementando impuestos al valor agregado.

Joseph Zveglich, economista del ADB, sostiene que «el impuesto al valor agregado tiende a ser un gravamen que no distorsiona», lo que significa que no afecta la inversión y otras decisiones. Pero el IVA también es regresivo, ya que los pobres tienden a gastar una mayor proporción de sus ingresos que los ricos, y así terminan pagando una tasa de impuestos efectiva más alta.

El informe del ADB sugiere que «destinar nuevos ingresos del IVA a elevar el gasto público puede hacer que, en el balance, este impuesto regresivo sea progresivo».

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