El sello que deja Coloma en la SVS

Mar 11, 2014

El saliente titular de la SVS no le hizo el quite a nada. Enfrentó el Caso Enersis, el del alicaído grupo Cruzat, La Polar y el Cascada, probablemente, estos dos últimos entre los mayores escándalos financieros que conoce la historia reciente. Pero el trabajo fue duro, tuvo que cargar con las críticas de la industria y también con roces en la propia entidad.

(Pulso) El saliente titular de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), Fernando Coloma, mirará desde fuera un mercado totalmente distinto al que encontró. En cuatro años el mundo financiero chileno ha cambiado, hoy padece heridas que aún no cicatrizan del todo tras haber sufrido durante este período, probablemente, algunos de los escándalos más emblemáticos que conoce la historia reciente.

Coloma cargó sobre sí una mochila pesada como el «sheriff» del mercado. Su legado da pie para una dispersión de opiniones. Algunos valoran su gestión investigativa, la que arrojó a la luz pública una serie de hechos que durante mucho tiempo permanecieron en silencio, como La Polar y el reciente Caso Cascada; pero otros lo critican justamente por eso, pues mediante procedimientos sancionatorios que consideran discutibles, la imagen del mercado está dañada y la confianza en entredicho.

El sello Coloma

Adherentes y detractores coinciden en algo con respecto al saliente titular de la SVS, su sello académico, dejando en segundo plano el pragmatismo que ha caracterizado a la entidad.

Su gestión partió marcada por el 27/F, sorteando con éxito la difícil tarea de que la industria aseguradora respondiera a tiempo con los siniestros. No obstante, luego vinieron los primeros roces, con normas que el mercado consideraba poco prácticas y más bien teóricas, como la circular 1.985, la cual obligaba a las corredoras a informar las condiciones en las que se ejecutaron sus órdenes, incluyendo el precio de acciones en bolsas menos líquidas que la de Santiago; o la norma 341, que estableció que las empresas difundan las prácticas de sus directorios, razón por la cual llegaron a acusarlo de promover normas inconstitucionales.

El también docente e investigador del Instituto de Economía PUC enfrentó además divergencias en el plano interno, principalmente por su estilo. Llegó a sostener reuniones hasta de cinco horas, sacando poco en limpio, según explican conocedores de la entidad.

Y su labor en los casos que enfrentó fue, generalmente, aplaudida por el mercado, pero también hubo críticas, como cuando sancionó a directores con una responsabilidad menor en el Caso La Polar, considerando su breve paso por la compañía. De hecho, este mismo caso dio pie para que también surgieran roces de alto calibre en la entidad, sobre todo con el fiscal Armando Massarente.

Roces internos

Una vez a la semana, los martes a las 17 horas, se reunía el comité de investigación, compuestos por Coloma, el intendente de Valores, Hernán López, y el fiscal.

Esta instancia se ponía al día y daba las pautas al ACME (Área de Cumplimiento de Mercado) de su labor investigativa, entonces dirigida por Carlos Pavez. Conocedores de la entidad explican que cuando había que definir sanciones, éstas se hacían democráticamente, pero «Coloma empezó a imponer su criterio más académico, versus uno más de mercado», razón que habría sido uno de los factores que consideró Pavez para sumarse como director jurídico de la Sbif.

Lo sucedió Hugo Caneo, quien también es considerando al interior de la SVS como una persona con un alto perfil técnico, pero que coincidía con los criterios de Coloma.

Si bien conocedores de cómo funciona la entidad explican que las discusiones son intensas en cada uno de los casos que le tocó ver, también son propias a la naturaleza de la SVS. No obstante, esta «duplicidad» de criterios internos durante un lapso se hizo insostenible entre Coloma y Massarente. Un hecho que tampoco cesó en el marco del Caso Cascadas.

Cercanos al regulador afirman que de un tiempo a esta parte, Massarente no estaba cómodo en las reuniones en que se abordaba la coyuntura sobre las matrices de SQM, pues habría algunas diferencias respecto de cómo se enfrenta el caso. La relación de Coloma con el fiscal, afirman conocedores, no es del todo estrecha, a pesar de que Massarente es el abogado de mayor peso en el organismo. Sin embargo, pese a las diferencias, las distintas formulaciones sobre las 15 personas y compañías que ha arrojado este último caso, han contado con la firma del fiscal y la de López.

La última cena

Pese a las diferencias, la salida de Coloma es por la puerta ancha. No por nada ha sido el primer titular de la SVS que en casi 15 años se mantiene en su puesto durante un período presidencial completo.

A principios de año, Coloma ofició la última cuenta pública de su gestión. Fueron varios los personeros que se emocionaron con sus últimas palabras, marcadas por el orgullo que expresó al haberse sentido parte de la institución.

El respeto y el cariño hacia el saliente regulador del mercado fue factor para que hace unos días las distintas jefaturas de la SVS lo despidieran en La Hacienda del Gaucho, cita a la que asistieron cerca de 50 personas. No faltó nadie, tampoco López ni Massarente.

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