Bernardo Larraín Matte: «Nuestra recomendación no es un ataque al gobierno»

Jun 4, 2012

El presidente de la eléctrica Colbún explica el sentido, el timing y el alcance de la decisión de congelar su participación en el proyecto HidroAysén que anunciaron esta semana. También se refiere a cómo queda la relación con Endesa.

(La Tercera) Seis años después de haber tomado la decisión de incorporarse al proyecto HidroAysén, esta semana Colbún sorprendió al mercado. A los otros operadores de la industria eléctrica y al propio gobierno, al anunciar que recomendaría al directorio de HidroAysén -sociedad en la que posee el 49% de la propiedad- suspender la tramitación ambiental de la línea de transmisión del megaproyecto eléctrico que planean construir en la Región de Aysén.

De paso, con su decisión la generadora del grupo Matte también provocó asombro en Endesa, su socio en el desarrollo eléctrico. La razón: la generadora española no fue informada con anticipación de la comunicación pública que haría Colbún. Bernardo Larraín Matte, presidente de la eléctrica, revela que el análisis al interior de la firma, que derivó en la decisión que se conoció esta semana, se venía haciendo desde hace algunos meses.

Larraín descarta que la forma cómo se planteó signifique un ataque al gobierno, asegura que la relación con Endesa ha sido constructiva y reconoce que no anticiparon la oposición que ha tenido el proyecto.

¿Cuánto tiempo estuvieron evaluando esta decisión?
Desde hace algunos meses estábamos analizando en Colbún cómo enfrentar la etapa que viene, luego de cerrarse la tramitación ambiental de las centrales.

¿Hubo algunos hechos que gatillaron la determinación, como que el Presidente Piñera en su discurso del 21 de mayo haya dicho que la carretera eléctrica recién iba a estar a fin de año?

Nuestro planteamiento responde a una decisión con una mirada de largo plazo. No buscamos celeridad, ni es tema nuestro que los proyectos de ley ingresen al Congreso hoy o dentro de tres meses más. Creemos que hace falta un debate profundo, del cual surja un consenso de política energética. HidroAysén es un proyecto de largo tiempo de desarrollo, no tenemos apuro.

¿Por qué decidieron parar ahora?
Porque era el momento propicio, considerando que se había terminado una etapa (la tramitación ambiental del proyecto de generación) y entrábamos en una segunda fase (la tramitación ambiental del proyecto de transmisión). No hay ningún hito próximo que nos fuerce a tomar una definición, por lo tanto, era el contexto adecuado para analizar la situación desde una perspectiva más amplia: ¿quiere el país desarrollar el potencial hidroeléctrico de Aysén? Lo más importante que estamos diciendo es que falta que se debata la estrategia nacional de energía que propuso el gobierno y que se alcance un consenso amplio en torno a una política energética de Estado. Nos parece positivo que el proyecto HidroAysén, como otros de alta complejidad y envergadura, se debatan en ese contexto.

A la luz del debate generado, ¿consideran que fue una decisión acertada?
El que se esté produciendo un debate sobre política energética es algo positivo. Así como también evaluamos en su momento positivamente la iniciativa del gobierno de lanzar una estrategia nacional de energía que da lineamientos a través de siete pilares; es primera vez que un gobierno lo hace. Nuestra recomendación no es un ataque al gobierno. Buscamos una mirada a largo plazo que genere una política de Estado con el mayor consenso posible, y que trasciende a los gobiernos.

Entonces, ¿por qué detener HidroAysén si están conformes con esa estrategia del gobierno?
Esta decisión no es un capricho. El gobierno ha anunciado que de la estrategia surgirán muchos proyectos de ley que ingresarán al Parlamento. Nos parece que nuestra decisión es una señal de respeto al debate que debe producirse. Y también de realismo, por constatar que se requiere un consenso amplio en torno a una política energética para desarrollar proyectos de la complejidad y magnitud de HidroAysén.

¿El llamado es al gobierno o al Congreso?
Hay quienes leen esto como un llamado de una empresa privada al Parlamento o al gobierno, y no es así. Nuestra decisión sólo responde a constatar una realidad: desarrollar o no el potencial hidroeléctrico de Aysén es un tema que debe ser debatido en el contexto de una discusión sobre una política energética nacional, la que debe convocar un amplio consenso.

Pero esto se interpretó como una presión al gobierno para acelerar los temas legislativos, entre ellos, la carretera eléctrica.

Han surgido distintas interpretaciones. Estamos hablando de una política de Estado para los próximos 10, 20 o 30 años. Tenemos claro que los tiempos los debe manejar el gobierno. Los tiempos legislativos y los que involucra el debate parlamentario son largos. Son procesos complejos donde se debe privilegiar la calidad y la profundidad del debate, más que la celeridad.

¿El tono político del planteamiento que hicieron podría dañar las relaciones con el gobierno?
Desde el punto de vista de una empresa de un sector regulado, nos relacionamos constructivamente con la autoridad. Y así será siempre.

¿Pero puede complicarse a futuro?
Nosotros hemos sido una de las empresas que más ha invertido en los últimos años en el sector. Al 2013 habremos invertido más de US$ 2.000 millones en los últimos años. Hoy, de los proyectos que están en construcción en el sector energético, los dos principales son de Colbún: Santa María y Angostura. Sólo estamos constatando una realidad que pensamos es ampliamente compartida: se requiere un amplio consenso en torno a una política energética para desarrollar proyectos de la magnitud y complejidad de HidroAysén. Un proyecto que tiene mucha visibilidad, que involucra largos tiempos de desarrollo, que trasciende a los gobiernos, que involucra varias regiones, más de mil kilómetros en tendido eléctrico… Sin duda es de alta complejidad y opinamos que es estratégico.

Para que vuelvan a retomar el proyecto, ¿qué condiciones se deben dar? ¿Requieren un respaldo a nivel nacional, de la comunidad?
Que se logre una política de Estado, consensuada, y de largo plazo. Y esa discusión debe ocurrir en el Poder Ejecutivo y Legislativo, y darse de cara al país. No nos corresponde pedir respaldo para un proyecto específico, pero se necesita una decisión: ¿El país quiere o no desarrollar el potencial hidroeléctrico de Aysén? Y sea cual fuera la definición que se adopte, ésta debe ser acompañada de un consenso amplio.

¿Requiere cambios el modelo eléctrico chileno?
El modelo está vigente, pero se requiere consenso en torno a una política de Estado que dé lineamientos de matriz energética; ¿más o menos carbón?, ¿más o menos hidro?, ¿cuánto es posible desarrollar en energías renovables no convencionales que sean competitivas? También existe consenso en la necesidad de cambios en la regulación de transmisión. Que el Estado se involucre más activamente en la definición de los trazados de las líneas de transmisión, por ejemplo, como lo sugiere la iniciativa anunciada por el gobierno de carretera eléctrica; esa es una necesidad que transciende a un proyecto específico, como se ha constatado en el debate de estos días.

Costo en imagen
¿Esta decisión de Colbún es una forma para enterrar el proyecto, de tratar de desligarse de él?
No, HidroAysén no ha perdido prioridad para Colbún. Estamos disponibles para aportar nuestros recursos, experiencia y capacidad. Si estuviéramos interesados en salirnos y recuperar la inversión, lo más sensato hubiera sido mantener silencio. Nosotros tenemos una visión de largo plazo y ojalá este proyecto se hiciera por el bien de Chile. Si no es parte de una política energética consensuada, nuestros recursos, experiencia y capacidad estarán disponibles para otros proyectos.

¿Cree que se ha desgastado el proyecto?
Lo que falta es dar a conocer la magnitud del desafío energético que tiene Chile y discutir como país sobre cómo enfrentarlo y las alternativas que existen para satisfacer esa demanda. HidroAysén ha liderado un gran esfuerzo en este sentido. Hemos avanzado, pero falta camino. Y esperamos que HidroAysén siga siendo un activo partícipe de este debate.

¿Ha permeado más el discurso ambientalista?
En el sector privado en general, hemos sido más pasivos y tardíos en reaccionar frente a las demandas ciudadanas de lo que han sido los grupos opositores, que han tenido una gran efectividad en transmitir sus argumentos. Hay que seguir cerrando esa brecha, es un gran desafío que tenemos. Las comunidades deben comprender mejor los proyectos, para que cuando decidan su apoyo o rechazo, estén informados. Eso es responsabilidad de la empresa privada.

Hoy hay muchos proyectos eléctricos y mineros que terminan judicializándose. ¿Qué opina al respecto?
Es una realidad. Si la judicialización responde a la legítima acción de una comunidad que se ve afectada por un proyecto, me parece bien. Lo que es inconveniente es que se usen las instancias judiciales para postergar y atrasar proyectos con un objetivo diferente a los de la comunidad afectada. Es otra materia que debe ser parte del debate de política energética.

¿El costo en imagen que ha tenido HidroAysén para Colbún ha sido mayor que el beneficio logrado?
¿Cómo se mide el costo en imagen? Ese no es un tema, lo que nos mueve es una visión de largo plazo, y estamos dispuestos a asumir las incomprensiones y costos que se dan en el camino. Entramos a HidroAysén porque nos pareció y nos parece un proyecto fundamental para el país y que genera valor para Colbún. Como actor de este sector, siempre estamos pensando si nuestros proyectos están alineados con el interés general. De otra forma, no se puede generar valor para nuestros accionistas de manera sustentable.

¿Y ese costo ha sido mayor o menor a lo esperado?
No sería correcto decir que cuando tomamos la decisión de entrar al proyecto, en 2006, anticipamos el protagonismo, visibilidad, importancia y oposición que tendría el proyecto.

Si finalmente no se construye HidroAysén, ¿cuál es el impacto para el país?
Hoy Chile tiene el 67% de su consumo energético en base a combustibles fósiles importados. Pensamos que HidroAysén es estratégico para el desarrollo sustentable. Nos da autonomía, no es una fuente emisora de gases y partículas y aumenta nuestra competitividad. Si HidroAysén no se realiza, el país deberá decidir qué otras opciones energéticas quiere desarrollar y ponerse a trabajar rápidamente en ello.

¿Si fracasa HidroAysén, ello significaría un triunfo para los ambientalistas?
Si en este debate nacional se concluye que no hay que desarrollar HidroAysén, yo me pregunto: ¿alguien puede considerar un triunfo de quienes realmente se preocupan del medioambiente, que Chile siga desarrollando su energía como hasta ahora, en base a carbón y diésel?

Relación entre los socios
¿Por qué esta decisión la toman solos y no con Endesa? La moción de suspender el proyecto podría haber venido desde HidroAysén, sin pasar por esta etapa previa.

La empresa propuso su recomendación en la instancia que corresponde, es decir, en el directorio de HidroAysén. Posteriormente, Colbún hace pública su recomendación y las consideraciones que tuvo, a través de un hecho esencial. Es un deber de transparencia para nuestros accionistas y el mercado en general.

¿La relación con Endesa está en esa categoría, se comunican vía hecho esencial?
Antes de publicado el hecho esencial hubo directorio en HidroAysén donde Colbún planteó su recomendación. Endesa y Colbún son dos empresas independientes, que compiten en el mercado eléctrico chileno, que tienen un portafolio de proyectos diferente; lo que representa HidroAysén para Endesa y para Colbún puede ser distinto.

¿Hay diferencias de visión respecto de qué hacer y cómo conducir el proyecto HidroAysén?
La relación que hemos tenido con nuestro socio en el directorio ha sido siempre constructiva. Colbún puso sus considerandos a disposición del directorio de HidroAysén y en esa instancia serán debatidos.

¿Qué pasa si el directorio de HidroAysén no acoge el planteamiento de Colbún?
Esperemos primero a que el tema se debata en el próximo directorio de HidroAysén.

Nuevo modelo de negocios
¿Están dispuestos a modificar el modelo de negocios del proyecto? ¿Se está haciendo muy grande para Colbún y puede tener problemas para financiarlo?
Los buenos proyectos siempre encuentran financiamiento. El proyecto de HidroAysén está a años de iniciarse y hay muchas etapas que pasar antes de estructurar su financiamiento y precisar el modelo de negocios. Ahora, siempre hemos estado abiertos a evaluar distintas alternativas.

¿Qué cambios están evaluando introducir al proyecto?
Cuando decimos que estamos abiertos a adaptar el proyecto en aspectos como la propiedad o el modelo de negocios, estamos hablando de la disponibilidad a incorporar socios al proyecto de transmisión, de generación o en ambos; a que se incorporen inversionistas institucionales, a consumidores de energía, a los futuros comercializadores, etc. Todas estas son alternativas, entre otras más, que podrían surgir de la propia discusión de una política energética de largo plazo.

¿Salirse del proyecto es una opción?
No tenemos ningún interés en salirnos; bajar nuestra participación para incorporar socios, sí podría ser una alternativa.

¿Y qué opina de que el Estado pudiese ingresar a la propiedad de HidroAysén?
Creemos que el mayor aporte del Estado está en entregar los lineamientos y buscar las fórmulas que permitan consensuar una política energética nacional, y no a través de la propiedad de proyectos.

Fuente / La Tercera

Lo último
Te recomendamos

REVISTA DIGITAL

Temas relacionados

    Suscríbase al Newsletter Minería Chilena

    * indicates required