Mina de carbón transformará vida de habitantes en isla de Magallanes

Jul 28, 2008

Proyecto que se instalará en isla Riesco -la cuarta con mayor superficie del país- triplicará la actual población de 156 habitantes, el 90% de los cuales son hombres que hoy se dedican a la pesca artesanal y la crianza de animales.

Vivir en isla Riesco es cuidar ovejas y jugar a la pelota. En este solitario territorio de 5.005 kilómetros-la cuarta isla de mayor superficie del país- hay un pequeño club de fútbol integrado por 20 aficionados que tienen como máximo desafío enfrentar a sus vecinos de Punta Arenas. La mayor parte de ellos trabaja de las estancias ganaderas, pero en poco tiempo tendrán un nuevo vecino que revolucionará la vida en el lugar: una mina de carbón y un puerto que pretende surtir a las principales termoeléctricas del país.

Minera Isla Riesco, una inversión de empresas Copec (Angelini) y Ultraterra (filial de Ultramar, de los Von Appen) planea comenzar a operar en 2010 el yacimiento carbonífero más grande del país. La semana pasada culminaron una nueva fase de exploraciones para determinar dónde comenzarán las faenas.

Por eso, cuando le hablan de la futura mina, lo primero que plantea Isabel Herrera, concejala de Río Verde -comuna donde se emplaza la isla- es la palabra empleo. “Es fundamental que privilegien la mano de obra local y contribuyan a mejorar la infraestructura pública”.

Hoy, un 90% de los habitantes de la isla son hombres, quienes están expectantes, pues hasta ahora las fuentes de trabajo son la crianza de animales y la pesca artesanal. “Creemos que esto va a ser bueno para la gente, porque podrían mejorar los sueldos”, dice Raúl Cárcamo, quien esquila ovejas en el fundo Anquel. En una primera fase la compañía levantará el puerto -hoy en tramitación ambiental- donde se cargarán 43 barcos por año. Para esa obra se requerirán 450 empleados.

El gerente general de la minera, Jorge Pedrals, cuenta que se inició un plan para integrar a la gente de Magallanes. “Se podría aplicar el sistema de trabajo que se tuvo en el Yacimiento Pecket (que operó hasta 1997 en esa zona), donde los jóvenes aprendían diversas actividades en la mina”, dice. Para ello hay un gerente de Recursos Humanos instalado en el lugar para evaluar al personal y la compañía está en contacto con centros de formación técnica.

En la comuna hay una escuela con dos alumnos y seis profesores, y sólo dos lugares dan alojamiento. “La idea de las autoridades es que se pueda crecer: que el pequeño grupo de jóvenes pueda insertarse y que la gente pueda prestar servicios a la compañía”, dice la concejala Herrera.

Una vez en operación, la mina dará cerca de 800 empleos directos e indirectos. De ese grupo 350 vivirán en la isla, por lo que la población, actualmente de 156 personas, se triplicará.

Epoca de gloria

El resurgimiento del carbón en la Región de Magallanes trae inevitablemente a la memoria el período de esplendor que tuvo esa actividad en los yacimientos de Lota y Schwager, en la Región del Biobío. Entre 1979 y 1981 se producían cerca de 500mil toneladas anuales.

Sin embargo, debido a los altos costos de producción que implicaba las minas fueron cerradas en 1997 durante el gobierno de Eduardo Frei. Hoy no existen minas de producción industrial, sólo pequeños y medianos yacimientos. Tres de ellos, ubicados en Lebu, Coronel y Lota, cuentan con los permisos y generan 40 mil toneladas anuales. En tanto, el Sernageomin detectó ocho pirquenes ilegales en el sector de Loma Baja en Curanilahue el últimomes.

En Magallanes, entre 1987 y 1997 operó la mina Pecket, también a cargo de Copec y Ultramar, proyecto que suministró diez millones de toneladas al mercado nacional.

Extracción se hará a rajo abierto

Nada de caras negras y galerías claustrofóbicas, pero sí mucho frío. A diferencia de la imagen de un obrero internado en un pique subterráneo, húmedo y apenas iluminado, en la isla Riesco se operará a rajo abierto: camiones y palas hidráulicas reemplazarán a quienes extraen el material como se veía antes en Lota.

Los campos carboníferos del lugar llegan a las 200 millones de toneladas en tres puntos, lo que satisface la demanda durante 25 años para los privados y constituye la reserva más grande del país. Hoy la mayor parte de ese combustible se importa desde Colombia y Australia, por lo que se ve a Riesco como una fuente segura para las termoeléctricas, que con la falta de gas natural ven el carbón con buenos ojos.

“El carbón chileno puede recobrar el protagonismo que tuvo, ahora de la mano de tecnologías más limpias y ser un aporte a la diversificación energética”, afirmó hace poco el presidente de empresas Copec, Roberto Angelini.

Fuente / La Tercera

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