El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) paralizó ayer las funciones de los 11 camiones autónomos que opera la minera Gaby, de Codelco, en la Región de Antofagasta, tras dos accidentes protagonizados por estos pesados vehículos que trabajan sin asistencia humana.
La determinación se adoptó luego que el 11 de febrero pasado, cerca de las 14 horas, uno de los camiones se saliera de su ruta establecida, sin que respondiera ninguno de sus sistemas de frenado, y sólo se detuvo tras chocar con un cargador frontal.
En diciembre del año pasado ya había ocurrido un incidente similar, cuando otro vehículo sin control terminó volcando por la ladera de un botadero de lastre. En ninguno de los casos se registraron lesionados.
Ante estos incidentes, ayer se reunieron en forma privada el director regional de Sernageomin, Jorge Guerra; los representantes de la minera Gaby y de la empresa Komatsu Internacional, fabricantes de las máquinas, quienes viajaron especialmente desde Japón y Estados Unidos para intentar aclarar los hechos, sin arribar a explicaciones concluyentes.
Por ello, la autoridad determinó suspender las operaciones del sistema por al menos dos meses, hasta que existan las condiciones técnicas que permitan asegurar la integridad física de los trabajadores en la mina. Mientras tanto, los camiones sólo podrán operar con chofer.
La empresa Komatsu, proveedora del sistema, se comprometió a realizar los ajustes necesarios, incluidos cambio de software y simulaciones en un campo de pruebas en EE.UU.
La idea de los camiones autónomos en su minuto llenó de orgullo al presidente ejecutivo de Codelco, José Pablo Arellano, quien los inauguró personalmente en noviembre de 2007.
Se trata de vehículos que no necesitaban asistencia humana, con una altura de 7,4 metros y neumáticos de hasta 4 metros de diámetro, con capacidad para trasladar hasta 330 toneladas.
El sistema autónomo era el chofer perfecto, ya que podía funcionar hasta 22 horas continuas sin detenerse siquiera a tomar café. Los vehículos se desplazaban a una velocidad de hasta 55 kilómetros por hora, se movían en la marcha precisa y frenaban de manera correcta.
Fuente / El Mercurio