Villarzú pone sobre la mesa los desafíos de la nueva Codelco

Feb 6, 2006

Buscar fórmulas de financiamiento, transformar la compañía en sociedad anónima y mantener continuidad en los equipos de trabajo son temas que enfrentará la próxima administración de la minera estatal.

Han pasado 11 años desde que Juan Villarzú comenzó a dirigir los destinos de la principal compañía estatal del país: Codelco.

Y en su gestión, el presidente ejecutivo de la minera distingue con claridad dos fases. La primera -entre 1994 y 1999, y que en parte dirigió Marcos Lima- fue la «fase de ordenamiento», la que estuvo centrada en recuperar la competitividad, bajar costos, sacar adelante el proyecto Radomiro Tomic, ordenar la casa y volver a posicionar a Codelco como una compañía competitiva dentro de la industria.

Mientras la segunda fase -desde 2000 a 2005- fue de transformación, y tuvo como propósito crear las bases para una gran expansión de Codelco, lo que se tradujo en duplicar las reservas económicas de la compañía, llevándolas a 70 años.

«Yo diría que en estos años, hemos consolidado una base de recursos y reservas que le garantizan a Codelco una fortaleza competitiva espectacular, eso es lo que los bancos extranjeros valorizan en forma muy destacada. Codelco tiene por lejos la mejor base de recursos», dice Villarzú.

-¿Cuántas son las reservas con las que cuenta hoy Codelco?
«Son 120 millones de toneladas de cobre fino en reservas económicas, a las cuales hay asignados planes de producción y que son viables de explotar dadas las estimaciones de precio de US$ 1.

Ahora Codelco tiene mucho más potencial que ese. Está todo lo que llamamos etapa de recursos, y que está en proceso de ir completando su información. Si sumamos estos recursos, tenemos el doble de lo que estamos hablando. Y eso, con la tecnología actual. Si somos exitosos en el cambio tecnológico que estamos embarcados, eso vuelve a multiplicarse por dos».

-¿En qué consisten estos cambios tecnológicos?
«Apuntan, fundamentalmente, al ámbito de biotecnología y minería subterránea. Tenemos avances importantes en nuestro proyecto de minería subterránea, fundamentalmente en el ámbito de lo que llamamos reacondicionamiento, que es la forma en que trituramos la roca, que nos está dando un muy buen resultado en nuestras pruebas en El Teniente y El Salvador. Esto puede tener un impacto de 2 o 3 centavos de dólar de menores costos, que cuando hablamos de miles de toneladas de mineral es mucha plata».

«A esto se suma todo lo que es biolixiviación, en donde estamos teniendo resultados muy interesantes. Lo que hemos hecho es identificar microorganismos más eficientes para distintos procesos, y hemos estudiado el código genético para poder clonarlos. Todos estos efectos todavía no los tenemos incluidos en los proyectos. Y esto va a significar probablemente que en vez de US$ 25 mil millones, al valorizar la compañía estemos hablando de bastante más».

-¿Qué otro gran cambio se ha hecho en la compañía?
«Un cambio organizacional muy importante, muy profundo, un modelo de negocios que tiene como objetivo centrar la relación de valor a diferencia del énfasis puramente en costos. Con esto no quiero decir que no hay un énfasis en los costos, pero lo relevante de preguntarse es más bien qué costos mirar, cuál es el costo relevante

«Por ejemplo, si sube el precio del cobre, eso hace que me interese explotar zonas de los yacimientos que son de más difícil acceso, lo que implica mayores costos, pero hoy lo puedo explotar porque el precio de cobre es alto. Cuando el precio del cobre vuelva al nivel normal, dejará de ser rentable, pero si no lo hago hoy día, pierdo, porque no los voy a poder explotar nunca».

-¿Qué es lo que viene ahora para la empresa, teniendo en cuenta lo ya hecho?
«La fase de consolidación de esta expansión. Una fase que contempla inversiones por US$ 12 mil millones hasta 2012».

«Una vez que se completen las expansiones en las distintas divisiones, la empresa quedaría en 2, 6 millones de toneladas de producción en 2012 -hoy es de 1,7 millones de toneladas-, y podrían llegar incluso a 3 millones de toneladas hacia 2015, si podemos avanzar rápidamente en consolidar algunos de los éxitos que estamos teniendo en materia tecnológica. Estamos hablando de un «nuevo Codelco»».

-¿Cuáles son los principales desafíos que se enfrentan en esta nueva fase?
«Un gran desafío de Codelco es ejecutar sus proyectos en el tiempo y plazo estimados. Para eso nos hemos dado una organización, y eso plantea un desafío de continuidad importante. Todas éstas son decisiones muy complejas que el equipo que hoy está las ha trabajado durante 4 a 5 años, y si hubiera aquí un cambio de equipo demasiado extenso podría significar una demora. Tiene un impacto importante en el plan de negocios».

«Espero, dado el éxito de la gestión y la experiencia, que tengamos la máxima continuidad posible, que es la única manera de manejar una empresa de este tipo. Sería una muy mala señal -sobre todo, pensando que tenemos un gobierno de sólo cuatro años-, que cada vez que haya cambio de gobierno haya un cambio muy radical en Codelco».

-A nivel institucional, ¿usted insiste en convertir Codelco en sociedad anónima?
«Hemos tratado de ir afirmando el «Codelco empresa competitiva» y dejando atrás el «Codelco empresa pública», porque creemos que ese es el camino correcto, dados los desafíos que tiene la compañía».

«A la propuesta que hoy día está sobre la mesa, en el marco del proyecto de gobiernos corporativos, le hemos planteado por escrito nuestras observaciones y nuestro desacuerdo con el hecho de que se incorpore a Codelco al tratamiento general de las empresas públicas. Hemos manifestado la necesidad de que mantenga su estatuto especial, que se revise, pero que lo ideal es que se transforme en sociedad anónima, con el 100% de las acciones en manos del Estado y la prohibición de enajenarlas, de manera de eliminar el riesgo de que se piense que éste es el inicio de un proceso de privatización».

«El hecho que sea sociedad anónima despeja varios problemas. Obliga a resolver el tema de la ley reservada, resuelve el rol del presidente ejecutivo, porque sería el directorio quien lo nombraría, define el tema de la fiscalización porque queda bajo la SVS y obliga a redefinir el régimen presupuestario con Hacienda.

«Estamos lejos de que haya consenso para una cosa de este tipo, y es, a mi juicio, uno de los temas más importantes que deberá resolver la próxima administración».

-¿Qué le diría, en este sentido, a la nueva ministra de Minería?
«Que Codelco tiene un lindo desafío por delante, pero que tiene la gran ventaja de contar con un equipo que tiene claro lo que hay que hacer, que está alineado, que está motivado, y que, en definitiva, que haga confianza en ese equipo. Que lleve a la práctica lo que está listo para ser implementado».

-¿La opción de que usted siga al mando de Codelco está absolutamente cerrada?
«En principio, creo que después de 11 años a cargo de la compañía hay un cambio de etapa. Hice un esfuerzo importante de diseño estratégico, de poner la compañía, de realizar el potencial de valor, pero el esfuerzo que viene ahora tiene el énfasis en la ejecución. Y eso requiere habilidades distintas.

Sin embargo, la señal de continuidad es extremadamente importante en la línea de fortalecer «Codelco empresa competitiva». Si en ese contexto se me plantea la opción de seguir, estaría dispuesto a seguir. Pero el que yo siga no es la única manera de garantizar continuidad en la empresa, también puede ser a través de cualquiera de los otros miembros del equipo».

«Podríamos llegar incluso a 3 millones de toneladas hacia 2015, si podemos avanzar rápidamente en consolidar éxitos en materia tecnológica. Es una «nueva Codelco»».

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La «fórmula contratista»
El reciente problema que debió enfrentar Codelco con el paro de una cuota importante de los trabajadores de sus contratistas no es un tema que sea indiferente para Juan Villarzú.

En efecto, hoy la minera estatal tiene cerca de 28 mil trabajadores de este tipo, mientras que sólo posee 12 mil funcionarios de planta, quienes se concentran en las operaciones del negocio «principal», vale decir, del negocio minero.

Sin embargo, la opción de tomar contratistas ha ayudado a externalizar servicios, lo que también explica, en parte, la reducción de costos que ha tenido Codelco en esta área.

-¿Cómo se resuelve el problema de los contratistas?
«Aquí hay una mezcla. Hay un problema que es del país, que no es de Codelco, que tiene que ver con la precariedad del trabajo en Chile. Un porcentaje alto de la fuerza de trabajo de este país tiene rotación, tiene que firmar tres o cuatro contratos al año. Pero no podemos nosotros subsidiar el tema».

-¿Pero qué es lo que hace Codelco frente al tema?
«Hay ciertas cosas que nosotros podemos hacer; por las condiciones que ponemos en los contratos podemos exigir que se cumplan las leyes laborales, que haya estándares de seguridad, de equipos industriales… aunque muchas de estas cosas nosotros las hacemos hace tiempo».

«Éste es un movimiento que estuvo radicado en El Teniente y en Andina, que son 12 mil de los 28 mil trabajadores contratistas. Y de esos 12 mil, nosotros siempre tuvimos 60% de la gente trabajando. Es un movimiento bastante concentrado en grupos de trabajadores de servicios. Esos trabajadores están ganando más de lo que ganarían en otra parte, pero ellos quieren ganar sueldos mineros y eso no tiene vuelta».

-¿Cuál es la solución de fondo entonces?
«Es un problema de expectativas que Codelco no puede resolver, porque si lo resolviera, estaría en el fondo favoreciendo a un grupo de trabajadores a costa de todo un país, porque Codelco transfiere el 100% de sus excedentes al Estado. Éste es un tema complejo y que nos sobrepasa con creces».

Fuente/El Mercurio

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