El último round de Villarzú al frente de Codelco

Dic 9, 2005

La autoridad dice que el próximo gobierno seguramente tendrá que optar por reinvertir una parte de las utilidades de Codelco, para financiar el plan de expansión de US$ 10 mil millones.

Pese a que hasta no hace mucho el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, había logrado mantener una relación relativamente buena con el presidente ejecutivo de Codelco, Juan Villarzú, -opacada en algunas oportunidades por el mayor poder que el primero quería alcanzar sobre la estatal-, lo cierto es que la amistad cultivada con esfuerzo parece estar en la cuerda floja con la discusión del proyecto de gobiernos corporativos en el Congreso, y tiene divididos a los principales protagonistas a cargo de la administración de la cuprífera.

Hacienda está siendo ampliamente cuestionada por la unanimidad de los directores de la estatal, los vicepresidentes e incluso el ministro de Minería, Alfonso Dulanto, que a su vez es presidente de Codelco. Todos ellos apoyan la visión de Villarzú respecto al futuro de la cuprífera, donde la premisa fundamental es que no ve asociada su gestión a una administración común con el resto de las empresas del Estado bajo el alero del Sistema de Empresas Públicas (SEP), porque simplemente se trata de empresas de menor tamaño e importancia, según recalcan.

Pero no es sólo esa la rencilla. Lo que causa mayor escozor al interior de la primera línea de colaboradores de Villarzú es que nadie le invitó a participar del proyecto estatal y la mayor parte de ellos considera errada las propuestas realizadas en esa iniciativa, simplemente por desconocimiento de cómo se administra la compañía.

Así, la actuación de Villarzú en las últimas semanas ha sido de máxima oposición a Eyzaguirre. En esencia, según su círculo más cercano, cree que lo que hizo el Ejecutivo fue enviar un proyecto para dejar “satisfecha” a la comisión de Hacienda del Senado -integrada por Carlos Ominami, Alejandro Foxley, Evelyn Matthei, José García Ruminot y Edgardo Boeninger- y de esa forma apaciguar las aguas luego de las críticas surgidas a raíz del caso MOP Gate y las acusaciones de mala gestión por el alza de los costos de la cuprífera, matizadas con el cariz privatizador propio de las elecciones presidenciales y parlamentarias.

Rechazo
Por eso, su rechazo se hizo más latente a comienzos de noviembre, cuando decidió no asistir a la reunión a la que había sido invitado por esa comisión para analizar el proyecto. A cambio, sólo se limitó a enviar un oficio breve donde explica sus principales puntos de vista, los que en todo caso, ya se había dedicado a proponer públicamente con anterioridad. “La posición de Juan Villarzú sobre el proyecto de gobiernos corporativos de las empresas públicas no es una opinión personal. Es una opinión que comparte el ministro de Minería (Alfonso) Dulanto y todos los vicepresidentes de Codelco”, sostuvo uno de los vicepresidentes de la estatal, como una forma de mostrar el apoyo generado al interior de la institución hacia el presidente ejecutivo.

La reflexión que hacen ejecutivos de primera línea es que la estatal es la mayor empresa del país, que además mantiene un elevado potencial de crecimiento. “Pero una gran empresa para crecer y captar su potencial de crecimiento tiene que ser manejada adecuadamente primero como empresa, que se mueve en un mundo competitivo, que vende y compite en prácticamente todos los mercados del mundo, que tiene que endeudarse y mantener relaciones fluidas con los bancos internacionales y el mercado de capitales, que tiene que poder captar a los mejores profesionales chilenos, entre muchos otros aspectos. En síntesis, esa reflexión concluye que Codelco por su tamaño y su especificidad necesita un estatuto propio. No es lo mismo Codelco que Correos por ejemplo”, acota la fuente.

A su juicio, el enfoque del proyecto enviado por Hacienda es radicalmente distinto. En ello concuerdan varios otros ejecutivos que explican que crear un estatuto único para todas las empresas públicas, lo que en la práctica implica dos directorios paralelos, induce a un mayor desorden en la gestión. Así, se pone nuevamente en el tapete, aseguran, el hecho de que a Hacienda “siempre le ha molestado ‘la independencia’ relativa de Codelco y esta es su oportunidad para poner ‘en cintura’ a la empresa”.

Detalles
Entre otros aspectos, la carta enviada por Villarzú agrupa planteamientos en reacción a la propuesta de Hacienda, lo que se mezcla con ideas propias sobre el desarrollo de Codelco en los próximos años. En otras palabras, aunque fue una opinión en respuesta al proyecto de ley de gobiernos corporativos que se discute actualmente, es un planteamiento sobre un gobierno corporativo propio de la estatal, ajena al resto de las empresas públicas.

Resalta su idea de que el directorio sea nombrado y removido por el Presidente de la República y no por el SEP -como plantea el proyecto- e incluso se abre a la posibilidad de sacar a los ministros de Hacienda y Minería de su composición, cuestión que en todo caso no todos comparten. La idea con más fuerza entre algunos de sus cercanos es que los ministros son incapaces de asumir el rol que les corresponde por sus responsabilidades políticas. Claro que se hace distinción a lo hecho por el ministro Dulanto, de quien se valora su alto conocimiento técnico en minería.

Otras modificaciones planteadas están relacionadas con la necesidad de redefinir la política de entrega de excedentes al Fisco reteniendo parte de las utilidades para nuevos proyectos con el respectivo compromiso de parte del directorio. Este tema ha estado en la agenda pública en los últimos meses, a raíz de la alerta de algunas agencias clasificadoras de riesgo internacional que han advertido el alto endeudamiento de la estatal.

Según sus cercanos, la posición de Villarzú en las últimas semanas no ha sido distinta de otras oportunidades en que ha manifestado sus opiniones, que le ha generado más de algún adversario incluso en su círculo político al interior de la Democracia Cristiana. Como cuando siendo ministro Secretario General de Gobierno -en la época de Eduardo Frei-, planteó desde Davos, Suiza, lo que debía ser la política tributaria del gobierno siguiente, lo que en la práctica le costó el cargo un par de meses más tarde, tras la ola de críticas generadas desde el sector privado.

Sin embargo, y pese a que su gestión finaliza en marzo próximo -ya se especulan varios nombres para su reemplazo, como el actual ministro de Obras Públicas, Jaime Estévez-, su círculo íntimo cree que Villarzú seguirá planteando comentarios como éstos, aunque esté alejado de cargos de relevancia.

Fuente/El Diario

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