Barrick entregó ayer a la autoridad ambiental la Adenda Nº2 con respuestas y aclaraciones a las observaciones y sugerencias que hiciera la Comisión Regional de Medio Ambiente (COREMA) de la Tercera Región a través del Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y/o Ampliaciones (ICSARA II) en mayo recién pasado.
El documento contiene una serie de mejoras en ámbitos como el sistema de manejo de aguas y tratamiento de drenajes ácidos, monitoreo de calidad de aguas y planes de contingencia; manejo de residuos sólidos; reubicación de hielos; emisión de polvo; transporte de personal, insumos y materiales peligrosos y flora y fauna.
El director adjunto de Barrick en Chile, José Antonio Urrutia, aseguró que “el documento que hemos entregado a la Corema recoge el interés de Barrick por mejorar el proyecto de manera de responder satisfactoriamente a todos los comentarios y preocupaciones plasmados por las autoridades en el ICSARA 2. En este sentido, lo hemos mejorado en forma importante en temas ambientales, físicos y humanos. En este proceso no sólo se acogen las sugerencias y observaciones hechas por la autoridad ambiental en el informe entregado en mayo pasado, sino también se acogen las aprensiones de las comunidades, incluyendo a todos los actores relevantes de la región, en un trabajo con los consultores de la Junta de Vigilancia del Río Huasco”.
En el documento también se acogen las apreciaciones y recomendaciones contenidas en el estudio entregado por glaciólogos independientes contratados por la Junta de Vigilancia, en el marco del protocolo de trabajo firmado con la compañía minera.
Urrutia señaló que “el interés de Barrick, desde el inicio, ha sido minimizar los impactos de los hielos cercanos al proyecto Pascua-Lama, independientemente del nombre con que se les designe por parte de los expertos”. Esta preocupación se demuestra en la propuesta de la empresa de trasladar parte de estos hielos a un área que les permita continuar con su rol natural en el balance hídrico del valle. Los estudios de glaciólogos internacionales, redefinen la clasificación de Esperanza, Toro 1 y 2, dadas sus características, como reservorios de hielo. Se estima que éstos serán interceptados por el rajo de la mina entre los años 2010 y 2016, afectando como máximo 5 hectáreas y no 10 hectáreas como se consideraba inicialmente. Ello, pues se ha calculado que por motivo de su deshielo natural, siguiendo la tendencia global, dichos hielos irán disminuyendo con el tiempo.
Acogiendo las sugerencias y estudios proporcionados por los glaciólogos extranjeros contratados por la Junta de Vigilancia, la propuesta inicial de reubicación de estos hielos para su conservación sobre el glaciar Guanaco se reemplazó por su disposición en el área de Toro 1 y sectores adyacentes, permitiendo así una mayor vida y mantener inalterado el balance hídrico de la cuenca del río Toro. “Para dar tranquilidad a la comunidad -especialmente a los agricultores- de la disponibilidad de agua, y para complementar los resultados de los estudios de los glaciólogos internacionales que demuestran un impacto imperceptible en los recursos hídricos, Barrick se comprometió, como medida de mitigación, a apoyar la construcción de un embalse de 5 millones de metros cúbicos de agua con capacidad de regulación, que se ubicará en la parte alta del río El Carmen. Con esto se beneficiarán las comunidades desde San Félix hasta Huasco”, dijo Urrutia.
Además, se establecerá un plan de monitoreo del comportamiento de los glaciares y cuerpos de hielo del área del proyecto. Este plan incluirá además monitoreo y puntos de control incluso en áreas fuera de la influencia del proyecto en la cuenca del río Ortigas.
Fuente / Barrick